Capítulo 34 - Juventud

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[Adivinen quién tuvo tiempo para sacarse un capítulo de la manga y no tenerles esperando una semana. Les dejo unas notas al final. Que lo disfruten ]

Tres días. Tres días fue todo lo que necesitaron Ruby y Sapphire para reunir fuerzas suficientes para dar el primer paseo con Garnet. No tenían nada grande planeado, pero cuando vieron la fecha en el calendario, decidieron alargar la estancia en el exterior unas cuantas horas. 

El preludio a la salida fue digno de tragedia griega. Como buenas madres primerizas, las chicas no se ponían de acuerdo en si Garnet iba demasiado abrigada o no, en si debía ir en el cochecito o si debían practicar porteo o en si debían salir por la mañana o por la tarde. Finalmente, llegaron a un acuerdo. La pequeña iría vestida acorde al tiempo, pero abrigada con el arrullo que sus tías le habían regalado y un abrigo en el bolso; para poder cambiarla con mayor facilidad, la llevarían en el cochecito y lo más importante de todo: para llevar a cabo su plan, saldrían por la tarde.  En cuanto Sapphire decidió qué modelito usar y Ruby encontró las llaves del coche, la pequeña familia salió del apartamento rumbo a su primera aventura.

La primera parada fue la avenida marítima. Tras tres días de encierro absoluto las chicas ansiaban la calidez de los rayos del sol en su piel. Andaban despacio, disfrutando del olor de la brisa marina, de los turistas que llegaban a la pequeña ciudad costera para disfrutar del verano, del sonido de las olas rompiendo en la orilla del mar. Desde que avistaron el Big Donut, supieron que había que entrar, sus planes requerían más de una docena de dulces y algún que otro refresco. La pareja hizo una compra rápida en el normalmente desierto establecimiento y se sentó en una de las mesas de la terraza, tratando de exprimir cada segundo de la experiencia. 

"Es gracioso si lo piensas. Hace sólo unos meses estábamos sentadas aquí hablando de cómo nuestra vida había cambiado y no teníamos ni idea de lo que realmente iba a cambiar según naciera Garnet". Sapphire sonrió, mirando a su hija que dormía plácidamente en el cochecito. "No teníamos ni idea, pero no lo cambiaría por nada ahora que lo sé". Ruby asintió, completamente de acuerdo con su prometida. "¿Lista para irnos? Tenemos una sorpresa que dar" dijo Sapphire acabándose su limonada. Ruby no tardó en acabarse la suya y seguirla.

El edificio era ciertamente antiguo y de alguna forma u otra era el lugar perfecto para quienes ahora vivían allí. Después de una larga espera para el viejo ascensor y maniobrar un poco para caber ambas junto al cochecito, Ruby y Sapphire estaban listas para sorprender a sus mejores amigas. Apenas unos segundos después de haber tocado el timbre Amatista abrió la puerta con cara de pocos amigos. Al ver quiénes eran las que osaban interrumpir la hora de la siesta -aun siendo pasadas las cinco de la tarde- su cara cambió por completo y prácticamente comenzó a correr por el rellano. "¡Perla, Perla!, ¡Ven aquí, mira quiénes vinieron a vernos! Pasen, pasen. Oh, tías. Estoy tan feliz". 

Tras dar un fuerte abrazo a cada una, las cuatro chicas se sentaron en el pequeño salón. Amatista no perdió detalle de los donuts que habían traído sus amigas para celebrar el cumpleaños de su novia y comenzó a devorarlos con regocijo mientras las otras tres se ponían al día en sus vidas. "Es raro pensar que de un accidente con un condón puede salir una niña tan bonita. En serio, no vuelvan a comprar esa marca jamás, pero en cierto modo quiero agradecerles el haberme dado una sobrina digna de catálogo" comentó la latina en tono burlón a sus amigas mientras observaba a la bebé que dormía en su cochecito. Perla trató de disculpar su comportamiento, pero tras tantos años de amistad la pareja estaba más que acostumbrada a su humor crudo.

Al cabo de un rato, cuando Sapphire estaba casi segura de que Garnet no demandaría ser alimentada de inmediato, la peli azul ofreció a las otras chicas cogerla en brazos. Las respuestas fueron casi inmediatas. Perla, por supuesto, quiso ser la primera y en cuanto la tuvo acurrucada junto a su pecho, lágrimas brotaron de sus ojos. "Oh, P. No llores. Sé que lo que dije antes estuvo feo pero me voy a portar bien". Su novia sonrió y acarició la mejilla de la pequeña. "No seas boba, Amatista. Es sólo que el tiempo pasa tan rápido. ¿Te imaginas que seamos nosotras las próximas en tener una hija? Sería precioso verlas crecer juntas". La latina, que había comenzado a comerse otro donut, se atragantó al escuchar las palabras de su novia. Ruby no pudo evitar soltar una carcajada y pronto todas se unieron a ella. Todas menos Amatista, que aún debía recuperarse del susto. Tener hijos cuando aún no has cumplido los veinticinco no era algo con lo que bromear.

Cuando llegó su turno de coger a la pequeña, la chica peli violeta no podía parar de pedir instrucciones. Había cogido antes a otros bebés, a primos segundos y algún que otro vecino. Pero Garnet, a pesar de no compartir realmente lazos sanguíneos con ella, se sentía como si fuera su familia y por nada del mundo quería hacerle daño. Perla le entregó a la niña perfectamente arropada en el suave arrullo que ellas le habían regalado y Amatista no podía parar de contemplar sus rasgos. Aun siendo tan pequeña, parecía la perfecta combinación entre sus dos madres. El pensamiento le dibujó una sonrisa en la cara. 

"¿Saben lo que es raro? Que como ésta colega de aquí ya está con nosotras se nos acabaron los sábados de chicas por muchos años, si no para siempre. Igual que los partidos de béisbol las cuatro juntas. O las citas dobles. Un día fue el último día que hicimos planes como parejas y es como despedirse de una parte de nuestra juventud. Y tías, yo no sé ustedes, pero estoy muy joven para despedirme de eso. ¿Me oyes, Garnet? Si tenemos que arrastrarte a una cita, lo haremos" comentó a la pequeña, más reflexionando para ella misma que una conversación. Sin embargo, Garnet no parecía estar de acuerdo y comenzó a llorar. La latina trató de calmarla mientras sus madres la miraban con carcajadas apenas contenidas. "¿Ustedes dos qué miran? Háganla callar o algo, pobrecita" dijo ofendida. Sapphire se apiadó de la pobre bebé y fue en su rescate, regresando al sofá con ella en brazos. "Sólo tiene hambre. Te prometemos que no te odia" aseguró la peli azul a Amatista, que se había cruzado de brazos y estaba haciendo pucheros en el otro lado del sofá, esperando ser consolada por su novia. Cuando comprobó que efectivamente lo que tenía Garnet era hambre, un comentario jocoso se le vino a la mente. "Sapphire, ¿Estás segura de que la niña es la única que tiene hambre? Porque Ruby parece que también quiere que le des la te-". Antes de que una sola palabra más saliera de sus labios, las manos de Perla habían cubierto su boca. "Una palabra más y duermes en el sofá un mes". El pánico fue evidente en los ojos de la latina, que abrazó a su novia claramente rogando clemencia. Ruby y Sapphire intercambiaron una mirada cómplice. Habían echado de menos a ese dúo tan singular.

La tarde se pasó en un abrir y cerrar de ojos y cuando se quisieron dar cuenta, ya era la hora de comenzar con la rutina de la pequeña Garnet. Ruby y Sapphire se despidieron de sus amigas con la promesa de verse más a menudo en cuanto se adaptaran mejor a la maternidad, pero ellas comprendían que cuidar de un bebé no era coser y cantar. El ocio podía esperar. Al llegar a su apartamento se dieron cuenta de que reinaba el más absoluto silencio y que en la mesa de café había una nota. 

"Salimos a tomar algo por el cumple de Perla, Pumpkin está con Steven y Connie. No sabemos a qué hora llegaremos y en qué condiciones, pero prometemos no hacer ruido para no despertar a Garnet. Si llegamos de amanecida cuenten con el desayuno" leyó Ruby, que sonrió y se giró hacia su prometida para coger a la bebé del cochecito. "Quizá tenga razón Amatista y perdimos toda una etapa de nuestra juventud sin darnos cuenta. Míranos, llegando a casa pronto un viernes noche para bañar a nuestra hija". Sapphire negó con la cabeza y besó la mejilla de la morena y la de su hija. "Seamos honestas, corazón. Puede que ahora perdamos esas pequeñas libertades. Pero mira hacia el futuro. De aquí a diez años ellas serán las que perderán sus libertades porque querrán asentar la cabeza y nosotras estaremos viviendo como reinas porque ya tendremos todo, o casi todo, resuelto" Ruby asintió, encontrando algo de lógica en lo que su prometida decía. "Anda, corazón. Tengo un plan de viernes noche ideal. Terminamos la rutina de la peque y nos acurrucamos en la cama a ver una peli, tú eliges. ¿Qué te parece?" La morena sonrió, sabía que Sapphire sólo estaba tratando de animarla y estaba funcionando. "Me parece un plan perfecto y apto para todas las edades. Pero veo un problema, Sapphi". La peli azul la miró desconcertada, no sabiendo a qué se refería. "El problema es que sólo te quiero ver a ti" Sapphire soltó una risa irónica y golpeó juguetonamente el brazo de su prometida. Ruby y sus cursiladas. "Y que probablemente nos quedaremos dormidas en cuanto toquemos el colchón". Ante eso sí que no podía discutir. Redescubrir la juventud a través de la maternidad estaba siendo otra aventura para la que nadie las había preparado. Y estaban dispuestas a vivirla a tope, aunque significara dormirse sobre cualquier superficie blanda.

[Con el final de Steven Universe este mes me está costando encontrar inspiración para escribir cosas felices, espero que los capítulos que comienzan mañana me dejen un mejor sabor de boca que los anteriores. Como siempre, intentaré no tardar más de una semana en actualizar, pero no prometo nada ahora que empecé a trabajar y la serie me está poniendo difícil mantenerme positiva con respecto a estos personajes. Gracias siempre por leerme💕]

El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora