Capítulo 17 - Fusión

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Con una sonrisa forzada, Sapphire invitó a pasar a las dos mujeres frente ella y cerró la puerta con un suspiro. La más alta parecía examinar el salón comedor con la mirada, mientras la bajita parecía tan nerviosa como incómoda. La peli azul suspiró y recobró fuerzas. "Mi nombre es Sapphire, supongo que tú serás Peridot y usted es su madre" educadamente, extendió la mano a ambas a modo de saludo. La madre de su nueva compañera tenía una mano firme, sin duda una mujer de negocios. "Yellow. Llámame Yellow. Y no me trates de usted, por favor". Sapphire asintió y escuchó ruidos en su habitación. Sonrojándose hasta las cejas recordando lo que había sido interrumpido hacía sólo unos minutos, disculpó a Ruby alegando que se acababa de despertar tras un largo turno de noche. 

El tour del piso fue breve pero intenso. Yellow quería todos los detalles de la vivienda. Desde cuándo había sido construida a la última vez que habían limpiado. Sapphire estaba empezando a cansarse de esa mujer. "Muy bien, pues parece que todo está como esperaba. Me pondré en contacto con la casera para tener mi propia copia de las llaves y el contrato. Si me disculpas, me gustaría tener unas palabras a solas con mi hija". La peli azul se retiró para darles intimidad y fue a ver cómo estaba su novia.

Cuando abrió la puerta, Ruby estaba en proceso de ponerse una camiseta. La habitación olía al gel de fresas que usaba la morena para ducharse y en sus pantalones ya no había signo alguno de los tórridos momentos que habían sido interrumpidos. "Hey, Sapphi. ¿Cómo va la visita?" Sapphire suspiró y se echó las manos a la cabeza. "No muy bien. Espero que esta mujer se vaya ya. Perdona por dejarte así antes, corazón. Aunque veo que ya te hiciste cargo tú solita" Ruby se sonrojó y comenzó a rascarse el cuello, señal de que estaba algo incómoda. "Sí bueno… ya sabes… Avísame cuando se vaya para poder salir". La peli azul sonrió ante la repentina vergüenza de su novia y tras darle un beso en la mejilla, regresó al salón. 

Yellow y Peridot parecían haber estado esperándola. Tras una cortés despida, la mujer se marchó. La chica parecía haber sido plantada en el suelo, sonrojada y visiblemente nerviosa. "Siento mucho la actitud de mi madre, en serio. Yo no quería irrumpir aquí sin previo aviso pero ella cree que es la dueña del mundo. Em… Um… creo que voy a mi habitación a desempacar todo" Sapphire no pudo evitar sonreír en simpatía, sabía muy bien lo que era tener una madre controladora a tu lado todo el rato. "Tranquila, ya me habían avisado. Ponte cómoda y cuando quieras sales y así podemos discutir las normas de la casa y te presento a mi novia, que ya debe haber acabado de arreglarse" Peridot asintió y abandonó la estancia. 

Cuando Peridot salió de la habitación, se encontró con la parejita acurrucada en el sofá, hablando en susurros y compartiendo risas cómplices. Ruby fue la primera en percatarse de la nueva presencia y rápidamente se deshizo del abrazo para extender la mano a la otra chica. "Encantada, soy Ruby. Peridot, me imagino. Siéntate, por favor. No mordemos" Peridot soltó una risa nerviosa y tomó asiento en el sillón individual junto a ellas. "Siento si tenían planes para hoy, de verdad. No quiero ser una molestia" Sapphire notó que la otra chica estaba cabizbaja y no les miraba a los ojos. Sin duda alguna se había dado cuenta de que sus planes no eran estar en casa explicándole las normas y pagos. Respiró profundamente y trató de encontrar la mirada de Peridot. Cuando la tuvo, sonrió esperando ser amigable. Peridot se relajó visiblemente y comenzaron a discutir sobre qué líneas se podían cruzar y cuáles no.

Tras hora y media de debate, las chicas llegaron al acuerdo de que con sentido común y sensatez no harían falta muchas normas. Más allá de avisar las visitas y repartirse las tareas del hogar, todas coincidían en lo mismo. Peridot fue avisada por una sonrojadísima Ruby de que ella sólo vivía allí cuando no había clase y de que muchas de sus visitas acabarían con ruido al otro lado del piso. La chica rubia se sonrojó y asintió, asegurando que no había problema alguno y que, siendo ella todo lo lesbiana que era, no tenía problema alguno en compartir piso con otras personas pertenecientes al colectivo. 

El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora