Capítulo 18 - Animadoras VS jugadoras

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La convivencia con una persona completamente ajena y diferente a ti era un reto nuevo para Sapphire. Las primeras semanas de compartir piso con Peridot fueron tensas. La chica rubia resultó tener un temperamento bastante corto y un carácter bastante fuerte. Sapphire, armada con toda su paciencia, logró esquivar disputas y debates con su nueva compañera. Pero Ruby no, y en más de una ocasión lo que había empezado como una cena tranquila acabó con la morena golpeando la mesa con el puño y marchándose a la habitación. Siempre empezaba como una charla amistosa y acababa en acaloradas discusiones sobre teorías que sólo los más fans apoyaban.

Cuando las aguas volvieron a su cauce, Peridot parecía salir poco a poco de su metafórico cascarón y dejando ver su verdadera personalidad. En seguida las disputas quedaron en apasionadas conversaciones sobre los diferentes puntos de vista de cada una y las cenas acababan en largas sobremesas compartiendo anécdotas de sus vidas. Una bonita amistad se estaba forjando entre las tres chicas. 

Con la llegada del otoño y el comienzo del curso, Ruby regresó a casa de sus padres. Muy a su pesar. Peridot parecía adaptarse bien al instituto y el cambio en la dinámica sin la energía de la morena en el piso era notorio. Sapphire no podía esperar a que llegasen las vacaciones de navidad y volver a dormir junto a su llama eterna. Por el momento, los fines de semana y los ratitos juntas tendrían que ser suficientes.

Las bajas temperaturas de diciembre calaba hasta sus huesos. El uniforme de su equipaje de béisbol no hacía nada para mantener el frío a raya. Era la segunda semana de diciembre y el equipo jugaba el partido anual de animadoras versus jugadoras. Este año Ruby estaba más excitada que nunca, puesto que Sapphire  había aceptado por primera vez a ser jugadora en lugar de animar desde las gradas. Era su turno de batear, y a pesar de que sus ojos miraban a la jugadora que estaba a punto de lanzar, su mente no podía parar de reproducir la imagen de Sapphire en esa falda tan corta y sonriéndole coquetamente. El frío no parecía molestarle en absoluto, lo que le hizo ganar el mote de "Elsa" por parte de Peridot. Ruby salió de su trance cuando escuchó el grito de su compañera anunciando el primer strike. Era momento de concentrarse en el juego.

Pero era imposible. Su novia no dejaba de guiñarle el ojo, menear las caderas disimuladamente y jugar con mechones de su melena azul, actuando como si nada ocurriese. Cuando fue su turno de batear, Ruby era la encargada de recibir los strikes. La vista era maravillosa, las femeninas pero poderosas piernas de su novia estaban a tan sólo unos centímetros de su alcance. "Ey, guapa, ¿Ves algo que te guste?" Ruby se sonrojó y se limitó a gruñir, toda la provocación de Sapphire estaba comenzando a hacer mella en su juego y estaba perdiendo de vista todo el rato la pelota. Cuando llegó el descanso, la peli azul se acercó a ella, un contoneo en su andar.

"Pero bueno, si es mi jugadora favorita… ¿Podría firmarme un autógrafo, señorita Ruby?". Ruby sonrió y le siguió el juego, haciendo una firma imaginaria en el antebrazo de su novia y besándole el dorso de la mano. "Oh, que caballerosa. Jamás me lavaré el brazo". Ambas se miraron por un instante, tratando de mantener la fachada de los personajes que habían estado jugando hasta el momento. Pero la risa se les escapó y Ruby no pudo evitar aupar a su novia y besarla. Cuando sus labios se separaron, un "ejem" llamó la atención de ambas. La entrenadora Barb y una de las animadoras estaban allí, con los brazos cruzados sobre el pecho y cara de pocos amigos. "Ruby, deja de ser adorable. Y por favor, Sapphire, fija la mirada en la pelota. Dejen los arrumacos para luego". Ruby hizo pucheritos y apoyó la cabeza en el hombro de su novia. "¿Qué acabo de decir, jovencita? Venga, a sus puestos que el partido está a punto de comenzar". Con un rápido beso, Ruby y Sapphire retomaron posiciones e intentaron tomárselo más en serio.

Pero fue en vano, nadie podía dejar de mirar cómo la parejita se lanzaba besos y se ayudaban a pesar de estar en equipos contrarios. Cuando volvió a ser el turno de Sapphire de batear, Ruby miraba ansiosa el tablero de puntuaciones. Si daba a la bola, las animadoras ganarían el partido por primera vez en años. La peli azul falló el primer intento, respiró profundamente y sacudió los hombros para aliviar tensión. La segunda pelota fue lanzada y esta vez el bate la golpeó. Atónita, Sapphire comenzó su carrera a través de las bases. Ruby estaba orgullosa de su chica, había hecho un home run en su primera vez jugando. Sapphire se aproximaba hacia ella a toda velocidad y su reflejo no fue otro que abrir los brazos. La peli azul se abalanzó sobre ella y ambas cayeron al suelo, riéndose histéricamente entre besos. "¡Lo hiciste, Sapphi! ¡Esa es mi chica!". 

Tras la correspondiente bronca y felicitaciones de la entrenadora, la pareja abandonó el campo de béisbol y decidieron cenar algo en su hamburguesería favorita. Sapphire, como siempre, pedía poca comida y robaba papas fritas a Ruby. Ruby, por su parte, pedía ración doble porque sabía de sobra las tendencias de su novia. Sentadas en el lugar de su primera cita, cenaron contando estrellas. 

"Sapphi, está empezando a hacer viento y yo no sé tú, pero yo me estoy helando" dijo Ruby, visiblemente temblando de frío a pesar de estar vistiendo una chaqueta. Sapphire seguía con su uniforme de animadora puesto, la falda agitada constantemente por el viento. "¿No prefieres entrar en calor, mi amor?" Ruby parecía no pillar el ligero subtono pícaro se la propuesta y simplemente asintió. Sapphire se levantó y recogió los restos de la cena, haciendo hincapié en agacharse y menear las caderas lo suficiente para dar a Ruby un buen plano de su ropa interior. 

Cuando la morena se percató del juego de su novia y de las magníficas vistas, su cara comenzó a arder. Todo el frío se disipó y la sangre de su cuerpo parecía estar ahora concentrada en sus mejillas. "Ey, Ruby… ¿Qué tal si me sigues hasta tu coche? Igual puedo ayudarte con el frío" Sapphire soltó una risita al final de la frase y comenzó a descender el camino hasta el coche rojo familiar, Ruby siguiendo sus pasos muy de cerca.

Los cristales del coche estaban completamente empañados y el único sonido audible dentro de él era la respiración agitada de las dos chicas en su interior. Sapphire reposó su frente en el hombro descubierto de su novia y acarició su desnudo torso. "Eres increíble, Ruby, ¿Lo sabías?" Ruby sonrió y le besó la sien, acariciándole dulcemente la espalda. "Me lo dices tan a menudo que me lo voy a tener que creer, Sapphi". Sapphire estaba a punto de responder cuando el móvil de Ruby comenzó a sonar. Sin mirar quién llamaba, Ruby descolgó el teléfono.

"Hey, Rubes, ¿Te pillo ocupada?" La voz de Amatista sonaba un tanto vacilona, así que Ruby se aclaró la garganta antes de responder un silencioso no. La carcajada escandalosa al otro lado de la línea le hizo despegar el teléfono de su cara. "Eres demasiado, Ruby. Sólo quería darles las gracias a Sapphire y a ti por el espectáculo que nos dieron a Perla y a mí. Den gracias de que sólo vinimos nosotras y no el equipo entero". Ruby estaba confusa, ¿Espectáculo? Pero si ellas no habían… Oh. OH. Ese espectáculo. Ruby se llevó la mano a la frente, sintiéndose tonta por no checar los alrededores antes de dejar que la lujuria las consumiese. "Gracias, Amatista. Ni una palabra a nadie de lo que sea que vieron, por favor". La latina volvió a reír, pero esta vez sin malicia "Tranqui, Ru. Con nosotras el secreto de que no pueden aguantar hasta llegar a casa está a salvo". Y con eso acabó la llamada. Sapphire le ofreció una sonrisa de consolación, sintiéndose culpable de no haber visto venir esta. Con la vergüenza evidente en las mejillas, la pareja se adecentó y pusieron rumbo a su casa. Una ducha caliente era más que necesaria para olvidar el incidente.

El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora