Capítulo 15 - La tregua

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La tarde transcurrió sin percances mayores. Los caramelos fueron repartidos y todos los invitados a la fiesta parecían pasarlo bien. Pero Ruby conocía la mirada en los profundos ojos azules de su novia. Cogiendo un vaso de refresco, tomó asiento junto a ella y se lo ofreció. "¿Pasas mucho por aquí? No había visto una chica tan guapa desde hace mucho. ¿Estás soltera?" con su hombro empujó el de Sapphire, tratando de sacarle una sonrisa. Sapphire sonrió y le tomó la mano, acariciándole la palma. "Pues resulta que no, que tengo una novia preciosa y maravillosa. ¿La conoces? Estoy segura de que te caería bien" Ruby se sonrojó y trató de esconder su evidente vergüenza. Sapphire carcajeó y le besó la mejilla. "¿Sigues pensando en tu hermana?" la peli azul asintió. Aquamarine había aceptado la invitación, pero Ágata le había prohibido terminantemente que asistiese. Sapphire estaba visiblemente molesta por ello. "Pero ya no importa. Ya tendremos ocasión de hablar. ¿Qué te parece si nos vamos a casa y seguimos la fiesta por nuestra parte?" Ruby asintió efusivamente, levantándose de inmediato para dejar la fiesta.

Dicen que el tiempo pasa volando cuando las cosas te van bien, pero Sapphire no lo había tomado en serio hasta que su hermana y su madre vinieron a visitarla una tarde de marzo. Seis meses completos después de la última conversación que había tenido con su familia. La peli azul se quedó helada en la puerta principal hasta que Ruby llamó desde la cocina para ver quién había llamado a la puerta. La ansiedad de la morena aumentó considerablemente al ver la expresión fría y seria de su suegra. Gentilmente, tomó la mano de Sapphire y ésta salió de su estupor. "¿Pasó algo? ¿Está la abuela bien?" preguntó Sapphire preocupada. No ocurre todos los días que tu familia volviera a dirigirte la palabra tras medio año. Su hermana negó con la cabeza "sólo queríamos hablar con ustedes, si es posible y no interrumpimos nada" dijo Aqua, echándoles una mirada fulminadora a los modelitos dignos de vagabundo que ambas chicas vestían y un par de chupetones aún evidentes en la clavícula de Sapphire. La peli azul intentó sonreír y las dejó pasar a la sala.

Tras un rápido té y un momento para respirar profundo, la pareja se sentó junto a la misma persona que hacía sólo unos meses había intentado romper su relación. Ruby se sentó en su sitio habitual, sólo con la diferencia de que su lenguaje corporal gritaba lo incómoda que se encontraba. Sapphire tomó su mano y las descansó en el muslo de su novia, dejando claro sutilmente que en absoluto habían considerado la proposición de su madre. Ágata se aclaró la garganta cuando su hija pequeña le tocó el brazo, indicando que era el momento. "Sapphire, hija... Estoy muy feliz de que estés bien. La abuela me contó todo en lo que te ha estado ayudando. Y... bueno. Me gustaría pedirte perdón por todas las cosas que te he dicho desde que comenzaste esta relación. Espero que puedas perdonarme y volver a casa, tu hermana y yo te echamos de menos". Sapphire agradecía sus palabras enormemente, pero algo no le terminaba de encajar, ¿ni una sola disculpa hacia Ruby? Eso no lo iba a tolerar ella. "Perfecto, mamá. Gracias. Pero quiero dejar un par de cosas claras si vamos a volver a tener relación. Número uno, mi vida amorosa sólo me incumbe a mí y a mi pareja. Número dos, pienso seguir viviendo fuera de casa porque ahora que conozco la libertad, no la voy a dejar ir jamás. Y tercero y más importante, a menos que aceptes a Ruby y le pidas las más que rigurosas disculpas, no pienso volver a dirigirte la palabra ni caer en tus juegos".

Ágata gruñó y apretó los puños. Esto no estaba yendo como ella lo había planeado. Viendo la inquisitiva mirada de su hija menor para hacer lo correcto y la gélida mirada que su hija mayor estaba dándole, no le quedaba otro remedio. Suspirando profundamente, la policía se levantó de su asiento y miró fijamente a los ojos atemorizados de Ruby. "Ruby. Quiero ofrecerte mis más sinceras disculpas. Desde que tuvimos aquel... desencuentro hace un tiempo, Aqua me ha ayudado a aprender y entender a personas como tú. Ruego que si sigo haciendo las cosas mal de algún modo, me disculpes. Es algo complicado y estoy aún aprendiendo. Me gustaría hacer las paces, por el bien de nuestra familia. O al menos, tener una tregua". Dicho esto, extendió su mano hacia la chica que ahora la miraba con el ceño fruncido. Ruby se levantó también e intentó ser todo lo intimidante posible midiendo, al menos, 30 centímetros menos que su suegra. "Está bien. Pero quiero que sepa usted que a la mínima falta de respeto hacia su hija, la voy a denunciar. Y me da igual cuantos colegas tengas en comisaría, porque si le haces daño a Sapphire me voy a encargar personalmente de verte entre rejas. Encantada de tener una tregua, Señora". Con firmeza, le dio la mano a su suegra para cerrar el pacto.

Notando la tensión en el ambiente, Aquamarine abrazó a su hermana en señal de despedida y ofreció una sonrisa amable a Ruby. Cogiendo a su madre del brazo, se despidió de ambas chicas y se disculpó por las molestias causadas. En cuanto la puerta se cerró tras de ellas, la parejita se abrazó. Una explosiva mezcla de emociones contenidas en un gesto tan simple. Ruby soltó un gritito de alegría, viendo cómo la mirada de su novia irradiaba felicidad. "No te olvides de ti, Ruby. Te agradezco todo lo que dijiste a mi madre, pero pensar en ti también es importante. Acuérdate que siempre vas a tener gente que se preocupa por ti, yo entre ellas". La morena asintió sintiéndose algo culpable. Su instinto protector siempre le llevaba a proteger a las personas que le importan primero y luego ella misma. Desde el comienzo de su relación con Sapphire y el largo camino descubriendo su identidad, era algo que hacía con menos frecuencia. Aun así, seguía habiendo ocasiones en la que no podía evitarlo.

Lo que había comenzado como un simple abrazo, acabó en una ducha larga y caliente para calmar los tensos músculos de ambas. Las pequeñas manos de Sapphire y el calor del agua estaban obrando milagros en la tensa espalda de Ruby. Ruby y sus fuertes manos lograron ayudar a Sapphire a deshacerse del dolor cervical que se había hecho cabida tras la visita de su madre. Envueltas en albornoces y dejando completamente de lado sus planes habituales para un viernes por la noche, las dos decidieron que era hora de mimarse tanto como por fuera como por dentro. Mientras Ruby cuidaba de su frondoso afro, Sapphire se encargó de elegir serie, hacer palomitas y sacar el arsenal de mascarillas. Cuando ambas terminaron con sus tareas, Sapphire tomó asiento en el regazo de Ruby para aplicarle mascarillas. Que si exfoliante para la zona T, que si humectante para sus mejillas y un mejunje negro del que Ruby no se fiaba ni un pelo para su nariz. Sapphire, sin embargo, parecía sólo usar la humectante, alegando que el frío no le maltrataba la piel tanto como el calor.

El primer episodio de la serie se esfumó en apenas 20 minutos y el sonido de la alarma para quitarse las mascarillas les avisó de que debían moverse para ir al baño. Pero Sapphire había encontrado la postura perfecta y estaba más dormida que despierta. Entre balbuceos inteligibles, rogó a Ruby que la llevase ella hasta el baño. La otra chica, encantada de cargar con su novia, la cogió en brazos y le hizo pedorretas en el cuello hasta que la otra rompió en carcajadas. Era en momentos como ese en el que Ruby se preguntaba cómo Ágata pudo querer separarlas, viendo lo feliz que era su hija y lo celestial que sonaba su risa. 

El amor a primera vista no existe [Rupphyre - Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora