Prologo: Adiós.

7.4K 504 356
                                    

¿... Cuándo fue la última vez que lo vi ...?

Como todos los días, el amante de lo paranormal perseguía a su némesis espacial.

- ¡No huyas, Zim!

- ¡Jamás atraparás al gran Zim! -grito- ¡Yo soy Zim!

La persecución se había prolongado hace ya unos cuantos metros a las afueras de la eskuela, siempre era la misma rutina, un plan totalmente descabellado e "infalible" por parte del Irken, que una vez llevado a cabo era frustrado por el humano, llevando así a una pelea seguido por una breve persecución hasta que alguno de los dos se rendía. Hoy no era la excepción a esa regla.

El irken ya sin aliento divisó la cercanía de su base, sin pensárselo dos veces acortó el estrecho camino aun más por un callejón, aun abrumado, se detuvo un momento para tomar aire, miró a su alrededor para buscar con la mirada a ese humano-apestoso que al parecer no se encontraba por ningún lado.

Una sonrisa ladina se formó en el rostro del piel verde, no dudo mas, con un paso apresurado se dirigió a su base. Sólo logró avanzar unos cuantos pasos cuando un peso muerto cayó sobre el.

- ¡Ahora eres mio, Zim! -susurro el de lentes con una sonrisa maliciosa

- ¡Agh! ¡Apestosa larva! -chillo molesto el invasor moviéndose con intención de liberarse- ¡Quítate de encima de Zim!

Unos cuantos forcejeos de ambas partes dejaron como resultado al humano sobre el irken, acorralando y apresando sus manos.

- Mph, esta vez te tengo, niño espacial. -se acercó más al rostro el alíen- Por fin voy a cumplir mi fantasía de realizarte una necropsia.

Dib simplemente sacó unas esposas de su gabardina negra. El invasor bufo molesto, nadie pero ¡NADIE! iba a humillar de tal forma al gran y poderoso Zim. Confiado el amante de lo paranormal intentó ponerle las esposas al de piel verde, pero este no se dejó, con ayuda de su pak activo sus extremidades robóticas dando así vuelta la situación... Literalmente.

Ahora las cosas estaban a favor del invasor, quien estaba arriba del humano, el cual quedó desorientado por unos breves segundos, al percatarse de lo sucedido intentó desesperadamente zafarse del agarre del alíen pero este no se dejó, usando de apoyo nuevamente a sus extremidades robóticas, uso todo el peso para inmovilizar a Dib.

- Humano despreciable, ahora tu estas a merced de Zim.

Compartieron miradas desafiantes.

- Jamás detendrás los planes del poderoso Zim. -se burló con desdén- Voy a conquistar esta bola de tierra y exterminar a toda la raza humana, y ni tu, ni nadie podrá detener a Zim.

- ¡No! -grito en un tono eufórico- ¡Jamás llevarás a cabo tus malditos planes! ¡¿Entendiste?!

- Ha, ha, ha.

- Voy a detenerte cuantas veces sea necesario porque... -una sonrisa orgullosa dibujó su rostro- ¡Soy el salvador de la Tierra!

- Gusano-Dib vas a sufrir. -se acerco aun mas al humano con una sonrisa tétrica- Voy a hacer que te retuerzas de dolor que provocare desde tus entrañas.

Con esa simple amenaza, el irken desactivo sus extremidades y se levantó rápidamente de encima del humano, que al no sentir más el peso del alíen se re-incorporó con ligereza volviendo a estar en posición de batalla pero Zim solo hizo su típico grito de victoria para luego dirigirse a su base.

El amante de lo paranormal solo chasqueo la lengua y apretó fuertes sus puños, sentía una mezcla de frustración e indignación.

- ¡ZIM!

- ¿Ahora que, sucio humano?

- No importa cuanto tardes, no importa cuanto huyas.. ¡No importa cuanto te escondas! -tomo un poco de aire para continuar- ¡Yo te esperare! ¡Esperare por ti, Zim! ¡No podrás deshacerte de mí!

Un juramento verbal de un odio eterno.

- Como sea que digas, humano. -rodó los ojos- Adiós, Zim se va.

El amante de lo paranormal solo miro como el irken se marchaba de nuevo a su base.

Y esa vez fue la última que vez que lo vio.

Y esa vez fue la última que vez que lo vio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mas allá del Odio [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora