Capitulo Cinco: Dolor.

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La magia siempre dura un momento. Nadie necesita más de eso.

Todo había cambiado con esa acción de parte del alíen. Una acción que se supone que fue una "falla". Pero Dib no sabía eso, ni mucho menos lo aceptaría, las explicaciones, los reproches y los arrepentimientos se desvanecieron por solo un momento.

Una calidez desbordante los invadía a ambos en ese preciso momento. Fue el primer paso para una extraña unión y devoción, pero eso sería entrar en demasiado detalle. Solo digamos que volvieron a complementarse.

El beso se rompió, el hechizo terminó.

- Z-Zim... -susurro sin salir de su asombro- T-Tu... -un sonrojo se dibujó en su rostro- ¿P-Por qué me besaste?

- Tus lágrimas lastimaban a Zim. -contestó acompañado con un leve sonrojo azulado

- ¿Acaso sabes lo que acabas de hacer?

- Es así como los humanos se demuestran afecto ¿Verdad?

Sus miradas no se apartaban uno del otro. Ninguno entendía bien las intenciones ocultas a través de sus ojos.

Unos gritos seguidos por unos saltos y alguna que otra explosión rompió el ambiente. Gir apareció diciendo sus típicas incoherencias provocando que el de lentes y extraterrestre desvíen su mirada. Dib se levantó sacudiéndose su gabardina negra, acomodo sus lentes para luego observar al alíen que rápidamente se incorporó para enfrentarse al humano, pero no pudo.

- Zim, realmente necesito hablar contigo pero no es el momento. -sonrió dulcemente- Hay tantas cosas que quiero preguntarte.

- No te equivoques, apestoso-Dib. -lo miro fijamente- Nosotros somos enemigos a muerte. ¿Recuerdas?

- Lo se. -se cruzó de brazos- Pero ahora que has vuelto eso cambiara.

- Zim no entiende de qué hablas. -se quejo- ¡Ahora largo de mi base!

El irken empezó a empujar a Dib con todas sus fuerzas y con ayuda de las extremidades de su pak, pero esta vez si funciono ya que el amante de lo paranormal no puso resistencia. Lo arrastró con facilidad hasta afuera de su puerta para luego sin dudar cerrarla de un golpe. Pero el humano no se rindió.

- ¡Zim!

- Por Irk.. ¡¿QUE?!

- ¡Te quiero, estúpido alíen!

Esa simple frase acompañada con esa estúpida sonrisa provocó un escalofrío placentero en el extraterrestre.

- Apestoso Dib-cosa..

Recargo su cuerpo sobre la puerta por unos cuantos segundos, para luego deslizarse y dejarse caer, se acorraló a sí mismo volviendo a esa bola de tierra, eso lo tenía bien en claro.

Comenzó a caminar para atravesar la sala y luego sumergirse en el inodoro hasta ser llevado a su laboratorio interno, todo estaba tal como lo había dejado, encendió su computadora para luego teclear lo más rápido que pudo para así poder configurarla, en solo unos momentos todo estaba listo.

- Computadora, analiza y registra los cambios durante este periodo de tiempo, activa y haz una copia de seguridad de la base.

- Entendido.

-Luego arregla, limpia y modifica la base.

- Como ordene.

Se alejó de aquel computador, las preparaciones estaban en marcha.

Nuevamente se hundió en sus pensamientos, se sentía frustrado, acabado y enojado.

Necesitaba destruir.. Quería calmar algo de todo el odio acumulado.

Recordar su destierro y la traición de sus Más Altos, le dolía. ¿Cómo era posible odiar a los que por ley deberías amar y venerar? Le arrebataron todo, su orgullo, su propósito, su vida como invasor. De un momento a otro no le queda nada. Era un hazme reír, una burla y un chiste que no daba gracia, era consciente de eso desde un principio pero se negaba a creerlo, no podía, algo se lo impedía... Pero ese algo, se desmoronó.

Todos lo abandonaron.

Lo expulsaron.

Y se burlaron.

"¿Pero saben? Yo soy Zim. Un invasor nato.

Entrenado para conquistar y con un don de destruir todo lo que me propongo y más."

Soy defectuoso, pero eso me hace grandioso.

Eliminaré a todos en Irk, incluso a mis altos.

Eliminaré a todos en Irk, incluso a mis altos

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Mas allá del Odio [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora