Capitulo Sesenta-Dos: Confrontar.

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El infinito y glorioso espacio prestaba su extenso territorio para dar lugar a un magnífico escenario, siendo exitosamente utilizado, para la ferviente contienda entre las diversas razas, con la sola intención de obtener una deseable venganza, debido a la rigurosa tiranía establecida en un régimen totalitario. Buscando la tan ansiada e aclamada paz intergaláctica, sin tener que depender de un modo de vida esclavista, eliminando de raíz a la gigantesca ruina que sólo traia miseria, envidia y desdicha, a lo que alguna vez fue, una sociedad pacífica.

Ahora la intensidad de la pelea entraba en un acogido clímax de destrucción masiva, la desesperación por ambas partes era claramente notable, mientras que los ideales recaían en lo que realmente era correcto. Las armas apoyaban esa moción, ejecutando la catástrofe de diversas muertes, un saldo totalmente comprensible e igual de desastroso en este tipo de casos. No obstante, todo esto era parte de un bien elaborado telón que disfrazaba la verdadera intención de algo mucho mayor. La distracción pactada era el entretener a las tropas de ambos bandos, para evitar cualquier interrupción que obstruya el tan ansiado evento principal.

La verdadera batalla estaba a punto de comenzar.

Un muy conocido crucero boot, estaba atravesando sin temor cualquier tipo de ambiente ensordecedor, sobrevolando con una velocidad considerable a las poderosas naves enemigas que desde hace algunas millas, intentaban derribarlo, a lo que simplemente se limitó a seguir su inherente camino, esquivando hábilmente cada ataque, disparó y uno que otro choque, con el único objetivo de querer frenarlo, algo que consideraba totalmente estúpido e innecesario. A este punto, lo ultimo que quería el de piel verdosa era que atrasaran lo inevitable, tenía pendiente una labor que brindaría una saciedad satisfactoria a su orgullo de invasor.

La exagerada pero bien predispuesta determinación, al establecer su frágil concentración en temas de extrema relevancia, se posicionaron en un tedioso segundo plano, era imposible no suspirar de vez en cuando, un constante vacío estaba dominándolo poco a poco, a la vez que el dolor en su pak se profundizaba haciendo que cambiará temporalmente de humor. Ya se estaba empezando a cansar de sufrir ese increíble y molesto malestar, mentalmente solo le exigía que se detuviera, solo hasta que todo al fin acabará, tenía la intención de prometerse a sí mismo que le solicitaría ayuda a Axl, para conseguir la mejor solución a todo ese maldito y brutal castigo.

El extenso camino hacia las cercanías de la majestuosa e imponente nave "La Inmensa", estaba cada vez más cerca, era cuestión de tiempo para que aterrizara en las compuertas traseras de la misma, en donde desembarcaría sigilosamente entre la nula seguridad, confirmada desde la interna zona segura que era pobremente vigilada, debido a los escasos irkens comandantes que descendían despavoridos para invadir a toda costa el planeta Meekrob, usando tácticas tan viles y patéticas en medio del horror exasperado al tener latente el temor de ser derrotado.

Unas suaves risas escapaban de sus labios ante aquel pensamiento tan divertido e inherente, movía alegremente su cabeza de un lado al otro, tarareando una pegajosa tonada, cortesía de su mediocre asistente robot Gir, que casualmente empezaba a recordar de manera amena, incluso deseando que estuviera en buenas condiciones. No podía engañarse a sí mismo, el culposo remordimiento de la preocupación material, en términos más simples, no quería que su inservible robot no destruyera absolutamente nada, pero para la desgracia del irken, eso era pedir demasiado.

- Oh.. Ha pasado tiempo desde que estuve tan cerca.. "Mis altos".

Ahora toda distancia era más que nula, ignoro todo el auge de recuerdos sentimentales que le producía su antigua vida de invasor, se convenció a sí mismo a no caer en una efímera debilidad. Desactivo el eficaz camuflaje de su crucero boot, instalado recientemente por los conocimientos de la rebelión. Los controles acotaban a la perfección cada una de sus órdenes, para así descender cuidadosamente hasta los interiores de la parte inferior de tan espectacular nave. Sin ninguna necesidad de rebuscar algo forzado o un tonto obstáculo, se adentro sin mayor problema en medio de los legítimos planes ocultos que necesitaban urgentemente realizarse.

Mas allá del Odio [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora