Capítulo Ochenta: Preparativos Nupciales.

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Los abundantes, y constantes latidos de su corazón comenzaban a impacientarlo, aumentando los nervios que anteriormente creía que era un producto de su fantasiosa imaginación, creyendo tontamente que de alguna manera ese incesante sonido resonaba por las extensas paredes de color marfil. El cuarto estaba decorado por algunos cuadros abstractos junto algunas lámparas que iluminaban el interior de la habitación, un suelo alfombrado de colores sobrios, destacando sutilmente algunos muebles antiguos, un inusual juego de sillones negros, un enorme reloj de madera y una estantería repleta de libros que solo se utilizaban para rellenar el módico espacio. Sin embargo, ese era el único lugar en toda la propiedad que tenía un ambiente "normal" o "cotidiano", algo que el amante de lo paranormal agradeció, ya que podía utilizarlo como un vestidor apropiado para ponerse su traje, y darle los últimos detalles. 

Finalmente el día había llegado, faltaba menos de una hora para casarse con ese pequeño alienígena que odio desde primaria, para luego descubrir que no podía imaginar su vida sin él. Efectivamente fue conquistado a toda ley por su "chico espacial", quien estaba a unos pocos metros, detrás de una enorme pared que los separaba, no podían verse hasta que fuera el momento indicado, esto fue acordado por la insistencia del invasor.

"¿Que importa?. Ambos aceptarían unir sus vidas por lo que deseaban fuera por el resto de sus días."

El tenue temor acompañado por la impaciencia, le impedía ignorar todos los pensamientos con respecto a su futura vida junto al irken, era imposible no emocionarse, su convivencia en estos últimos años fue perfecta, al menos desde su punto de vista, como toda pareja tuvieron sus problemas, pero hicieron un esfuerzo para que funcionará, logrando un cambio significativo en ambos. Sin embargo, sus actitudes, tratos y muestras de afecto no cambiaron, sus personalidades chocaban, sobretodo cuando el de lentes inició su trabajo como investigador de lo paranormal, afortunadamente le fue excelente en el área en la cual se especializó, incluso tuvo ayuda de su novio en las misiones que creía más "peligrosas", haciendo que el tiempo compartido aumentará, y experimentaran aventuras bastantes bizarras. Tales recuerdos, hicieron que una pequeña sonrisa se formara en sus labios, eliminando cualquier tipo de preocupación que pudo crearse a partir de sus inseguridades, amaba a su tonto extraterrestre con complejo de superioridad, y lo que mas quería en toda su vida, era tenerlo eternamente para el.

Dio unos pocos pasos hasta el gigantesco espejo de cuerpo completo, reflejando en el cristal a un elegante humano trajeado, conformado por un modesto saco negro que resaltaba sutilmente un ilustre chaleco oscuro con botones plateados que daban la ilusión de ser góticos, justo debajo se apreciaba una camisa negra que dejaba a la vista una corbata con una gama azulada, y un pequeño broche de una calavera, cortesía de su dulce hermana Gaz. Ademas, como un buen complemento en sus manos traía unos guantes de cuero negros, sin dedos, haciendo juego con un pantalón negro, y sus clásicas botas negras que tenían ese peculiar estilo militar. Observó por última vez su outfit, le fascinaba, ordenó ligeramente su cabello, peinandolo hacia atrás, resaltando sus perforaciones, para acto seguido, acomodar sus lentes que escondían una profunda mirada color ámbar.

Unos suaves toquidos, llamaron inmediatamente su atención, por lo que dio un permiso verbal para que quien estuviera esperando detrás de la puerta pudiera entrar, sintiendo curiosidad desvió la vista hacia la entrada encontrándose con su hermana que se adentraba al cuarto, vistiendo un agraciado vestido corto, apenas llegandole hasta un poco mas arriba de las rodillas, de un sombrío color violeta con unos pequeños detalles en negro, mientras que su peinado era bastante sencillo, destacando un broche de una rosa negra que lucia muy bien en su cabello morado.

- Hey, inútil. -lo nombró con burla, acercándose a su hermano- Vengo a buscarte porque se acerca la hora de la ceremonia, recuerda que debes estar allí primero. -mencionó aburrida, arreglando la corbata del contrario- Te ves decente.

Mas allá del Odio [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora