Buba el Patrón. Reeditado

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Buba caminaba por los patios de su chalé observando calmadamente la playa, miró a las afueras de la valla que rodeaba su hogar viendo que no había una sola casa a kilómetros. Suspiró resignado, lo malo de no tener vecinos era que no tenías con quien hablar, pero que se le iba a hacer, era otro de los gajes de ser buscado por la policía. En eso cayó en la cuenta de algo, revisó su teléfono observando la fecha.

- Cuatro días...- susurró preocupado, así que guardando el aparato se encaminó hacia su garaje para ir a buscar a aquel idiota, suponiendo que se encontraba en algún bar bebiendo. Una vez llegó al garaje se detuvo unos instantes, decidido, pensó que podía ir a pata, después de todo le vendría bien hacer algo de ejercicio. Cogió su arma, su mochila y sus gafas de sol y a paso lento pero firme se dirigió hacia la ciudad.

Llegó relativamente en poco tiempo, se dirigió al barrio de BubaStreet, sonrió de manera inconsciente al recordar que fue él quien le puso aquel nombre a aquel barrio, ya que este formaba parte de su territorio.

- ¡Don Patrón! - se escuchó gritar desde una carnicería, giró la vista encontrándose a una señora que al igual que él era de tez oscura - ¿Por qué no se pasa por mi carnicería? ¡Tenemos croquetas caseras recién hechas! - propuso la mujer enseñando una bandeja con dichos aperitivos. Buba sonrió y negó con un ademán de mano. Siguiendo su camino pasó lo mismo con varios comercios diferentes, porque si, el nombre de Buba el Patrón era el nombre de un héroe en aquel barrio. Se detuvo un momento en un banco a observar aquella calle, esta que ahora estaba tan llena de vida y de negocios. Recordaba que solo hacía un par de años aquello estaba todo lleno de basura, delincuentes y prostitutas, gracias a él todo aquello había cambiado. Sonrió complacido y levantándose de aquel banco siguió su camino.

Llegó a un pequeño local en el que ponía en un gran letrero "Bar lil Peccato" seguramente su amigo estaría allí, ya que según este allí tenían el mejor Vodka de la ciudad. El de tez oscura no lo pensó más y se adentró en el local sentándose en la barra. Minutos después, el camarero se acercó limpiando un vaso.

- ¿Qué puedo servirle? - preguntó el joven mesero con calma.

-Has crecido mucho Daniel- explicó Buba bajando levemente sus gafas, el nombrado reconoció al acto a aquel hombre.

-Patrón- susurró alarmado - ¿Qué hace aquí? Debe tener más cuidado por donde va- explicó preocupado por el estado de aquel hombre, sorprendiéndose cuando el Patrón le entregó un billete de cinco.

-Tráeme un poco de whisky, tío- pidió con una sonrisa diminuta pero amigable.

Minutos más tarde Buba estaba disfrutando de su trago acompañado del joven que no debía pasar de los 17 años -dime Daniel, ¿Cómo está tu padre? - preguntó apoyado en la barra.

-Mucho mejor Patrón, le agradeceremos toda la vida el que nos ayudara en la operación- agradeció feliz causando que Buba riera levemente.

-Yo siempre devuelvo un favor Daniel...- entonces el semblante de este se endureció -perdona que cambie de tema, tío, pero... ¿Has visto a Blasko últimamente? - preguntó para seguidamente acabarse su vaso de un trago.

- ¿Se refiere a Don Blasko? - preguntó tratando de recordar -sí, ahora que lo dice estuvo aquí hace un par de noches- explicó en un susurro.

- ¿Sabes a dónde fue? - preguntó frunciendo el ceño a lo que Daniel negó con la cabeza.

-Estuvo aquí hace un par de noches. Como ya le he dicho, pero no sé más, solo sé que bebió y bebió hasta no poder más y luego se marchó- explicó tratando de recordar algún detalle.