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Bruno estaba sentado en una silla revisando algunos papeles, que Buba le había dejado preparados para que revisara durante su ausencia, nada que no pudiera manejar: Cuentas bancarias, confirmaciones de asesinato, la lista de la compra... Cosas típicas de la mafia. La puerta se abrió de repente dejando ver al ruso -ey Blasko, ¿Qué te cuentas? - preguntó mirando los papeles, sin recibir ninguna respuesta por parte del castaño - ¿Sabes que es de mala educación no responder Blasko? - bromeó sin mirarlo aún, entonces el ruso lo cogió por el cuello de la camisa haciendo que él llevase su mano al interior de su traje buscando su revólver.

- ¡¿Te has bebido el vodka de Blasko?!- gritó escupiéndole en la cara al rubio, igualmente le calmó oír esas palabras y no otras.

- ¿De qué vodka hablas? - preguntó Bruno estupefacto.

-Blasko guardó una botella de vodka en la nevera hace un par de días, ¿Te la has bebido? - preguntó entre gruñidos y extraños sonidos de locura.

-No sé Blasko, te la habrás bebido y no te acuerdas- el ruso iba a reclamar algo más, pero pensó que aquello tenía sentido. Este soltó un gruñido y se sentó justo al lado del italiano viendo como él se volvía a sentar más tranquilo y escribía en una calculadora.

-Blasko quería decirte... tú conoces el pasado de Blasko- Bruno soltó un "ajá" como respuesta -pero Blasko no conoce nada sobre ti, Bruno...- el susodicho se extrañó porque no lo llamara italiano o soltase alguno de sus típicos insultos.

-Bueno... ¿Qué querrías saber de alguien como yo? - preguntó mientras seguía con su trabajo, tratado de desviar el tema.

-Bueno...- el tan nombrado ruso se apoyó con el codo en la mesa mirando directamente al italiano - ¿Dónde naciste? - preguntó curioso. Aquello era raro, y no era el hecho de que Blasko estuviera sobrio, no, era que preguntara por alguien que no fuera él mismo o el Patrón.

-En Italia- respondió con rapidez tratando de esquivar el tema de su vida personal, al mismo tiempo seguía observando los papeles y haciendo diversos apuntes.

- ¿Solo eso? - preguntó Blasko extrañado. Recibiendo un asentimiento por parte del italiano -en fin, ¿Cómo se llamaban tus padres? - preguntó nuevamente para ver si conseguía algún tipo de reacción en él.

-Mi padre se llamaba Gastón, mi madre Adrienna- escupió algo acelerado, había tenido que mentir en el nombre de su padre.

- ¿Gastón Auditore...? A Blasko le parece un nombre curioso- respondió el ruso rascándose la cabeza.

-Sí, lo comentamos todos en la familia- mintió nuevamente, algo nervioso.

-Y otra cosa, Blasko cree que...- fue interrumpido por Bruno antes de que continuara con sus preguntas.

-Blasko, agradezco que te preocupes por una vez por alguien que no seas tú, pero ahora tengo trabajo- explicó tratando de sonar lo más normal posible.

-Está bien, está bien, Blasko te deja trabajar...- esperó unos segundos antes de continuar -Bruno Carpaccio- el sonido de una hoja de papel rompiéndose llamó la atención del ruso, Bruno estaba con los ojos como platos con una hoja partida por la mitad entre sus manos.

-Ejem...- tosió guardando la hoja rota aparte - ¿Cómo me has llamado? - preguntó manteniendo la calma, seguro que había entendido mal.

-Lo sé todo...- dijo con una sonrisa coqueta, acercándose lentamente al italiano -TO... DO...- Bruno suspiró y lentamente empezó a doblar y guardar las hojas en una carpeta para finalmente dejarla apartada.

- ¿Puedo decir algo en mi defensa? - preguntó guardando la compostura.

-Sorpréndeme- respondió Blasko con un ademán de mano.

Buba el Patrón. ReeditadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora