Prologo: Buba

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Para este prologó viajamos lejos, muy lejos. En una gigantesca explanada en la sabana un jeep viajaba con solo dos pasajeros en su interior, ambos de piel oscura, uno el conductor y otro un pasajero que iba atrás con los brazos cruzados, sin decir mucho a pesar de los insistentes intentos de charlar por parte del conductor del vehículo que también sería su guía.

-Y dígame señor ¿Que le ha traído a África? -Buba permaneció callado unos segundos hasta que finalmente habló.

-De allí de dónde vengo, ya no me queda nada- explicó sin muchos rodeos.

-Vaya- dijo el hombre apenado, ¿Habría dicho algo que no debía? Pasados unos minutos llegaron a la zona que Buba quería visitar -bien señor, es aquí- explicó el tipo girándose sobre su asiento, Buba asintió y se bajó del coche sin decir nada más - ¡Oiga amigo no salga del vehículo! - llamó alarmado, pero Buba seguía caminando - ¡¿Me está escuchando?! ¡Este es territorio de leones! - y ahí Buba fue cuando se detuvo - ¡Venga va! ¡Vuelva aquí! - gritó con un ademán de mano.

- ¡Si tan peligrosa es la zona váyase! - y continuó caminando para luego susurrarse a sí mismo -yo aquí... tengo una deuda pendiente...- y así siguió caminando, camino por más de una hora hasta que finalmente lo encontró - ¡Eh tú! ¡Hijoputa!- insultó, unos metros más adelante había un trío de leones devorando una cebra, estos se giraron para mirar a Buba fijamente, el nombrado afiló la mirada haciendo retroceder a dos de ellos pero uno se mantuvo firme, al parecer era el jefe de la manada, siendo destacable una enorme cicatriz en su ojo derecho -vengo a solucionar unos problemas que tengo contigo- dijo de forma amenazante mientras se quitaba la chaqueta para seguidamente sacarse el camisa mostrando así su cicatriz, aquella que un león le había hecho tantos años atrás. La bestia se relamió la cicatriz del ojo mientras gruñía -te acuerdas de mi por lo que veo, bien...- dijo sacando algo de su bolsillo, este era un cuchillo hecho de hueso muy viejo - ¡Porque yo también me acuerdo de ti! - y tras aquel grito de guerra ambas bestias corrieron la una contra la otra resultando en la que sería la batalla más grande de sus vidas.

Al final.

¿Son solo negocios?

Buba el Patrón. ReeditadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora