Cerró los ojos esperando recibir el disparo que acabaría con su vida, pero el dolor no llegó y el disparo de Bruno hizo que todos los demás dejaran de soltar plomo, finalmente. Buba sintió una mano en su hombro abriendo así los ojos, viendo al italiano a su lado con la vista clavada hacia el horizonte.
-Encontré al francotirador- afirmó con una sonrisa ladina, pasándole unos prismáticos que a saber de dónde los había sacado. Buba se giró en la misma dirección que él viendo, a través de estos, como colgando de un árbol no muy lejos de allí había un hombre vestido de arbusto, al parecer se había quedado enganchado en la rama con su cinturón. El moreno no cavia en su impresión.
- ¡Patrón! - llamó Abderrahim llegando al lugar eufórico - ¿Se encuentra bien? - preguntó revisándolo de arriba abajo.
-Sí, estoy...- miró por un segundo al rubio, el cual mantenía su mirada sonriente, como de costumbre -estoy bien- dijo volviendo a su estado de siempre, miró a su alrededor viendo a todos los agentes muertos -siento que esto haya tenido que ser así Abderrahim- se disculpó bajando la cabeza.
-Nada, nada Patrón- dijo quitándole importancia con un gesto de mano -no es culpa suya, además...- palmeó la enorme arma que llevaba uno de sus hombres -hemos podido probar esta bestia- sonrió mostrando todos los dientes. Acto seguido el musulmán les dijo algo a sus hombres en un idioma que ni Buba ni Bruno pudieron entender, estos pareciera que asentían y se marcharon de nuevo al coche -mis hombres se encargaran de que todo esto desaparezca, ha sido un placer hacer negocios usted Patrón- explicó sujetándole la mano con fuerza -que Allah te bendiga Buba el Patrón- y acto seguido se marchó junto con sus hombres.
Solo quedaron Bruno y Buba, y allí se quedaron inmóviles durante un largo minuto, así que harto de esperar una orden el rubio miró al cabizbajo Patrón - ¿Tierra llamando a Patrón? - preguntó sonriente como siempre, pero no obtuvo respuesta -he dicho... ¿Tierra llamando a...? - el llamado lo cogió por el cuello del traje y lo empotró contra el tronco de un árbol con tanta fuerza que casi le rompe un par de costillas, haciéndole incluso escupir algo de sangre - ¿Patrón? - dijo en un quejido. Este mostraba una cara de furia.
- ¿Qué intentas baboso? - preguntó con voz de pocos amigos, Bruno no entendió - ¿Puedo saber porque te has atrevido a dirigir tu arma hacia mí? - preguntó sin darle tiempo a responder - ¡¿Te he hecho una pregunta?!- gritó haciéndolo chocar contra el árbol de forma bruta.
-Yo apuntaba al... Francotirador...- gruñó por el dolor, pero Buba parecía dudar de sus palabras.
- ¿Y lo de Arrivedercci Bambinno?- preguntó aligerando un poco su agarre.
-Solo fue... un mal chiste... el francotirador... le estaba apuntando...- al parecer la explicación le valió al moreno, ya que lo soltó haciéndolo apoyarse sobre una rodilla para recuperar el aire.
-No vuelvas a apuntarme con un arma en tu vida, tío- gruñó mirándolo desde arriba, entonces volvió al coche dejándolo solo. Una vez se hubo escuchado el ruido de la puerta cerrarse Bruno sonrió.
-Espero que el día que tenga que matarte me des una buena pelea- pensó con una sonrisa sádica.
Buba y Bruno iban en el coche dirigiéndose a Barcelona nuevamente, pero esta vez ninguno de ellos había dicho ni una palabra durante el trayecto haciendo que lo poco que llevaban de viaje fuera bastante incómodo para el moreno. Cuando dirigió su mirada hacia el rubio, por primera vez en todo el trayecto, se dio cuenta de que éste estaba tratando de reprimir las ganas de echar todo por la boca, así que dando un ligero giro al volante aparcó a un lado de la carretera haciendo que, sin darle tiempo a hablar, Bruno se bajase del coche en dirección a unos matorrales donde dejó caer todo a los pies de aquella pobre planta. Poco después el rubio volvió a subir al coche sin pronunciar palabra alguna, solo limpiándose los labios con un pañuelo.
- ¿Mejor? - preguntó sin mirarlo directamente, Bruno asintió con la mirada calmada y fue entonces cuando el moreno volvió a pisar el acelerador y volvieron a la carretera, pasando nuevamente varios minutos sin que ninguno dijera nada -lo siento...- susurró Buba con un ápice de culpabilidad en su voz, el italiano giró la cabeza hacia él mirándolo con la ceja levemente alzada -me dejé llevar por mis instintos, no debí hacerte lo que te hice, solo fue una broma. Macabra, sí, pero una broma a fin de cuentas- explicó dándole leves toquecitos al volante. Bruno volvió a girarse hacia el paisaje apoyando su rostro sobre la palma de su mano.
-Nunca le había visto así, Patrón- respondió con serenidad.
-Poca gente me ha visto en esa faceta, Bruno- explicó girando el volante para tomar una curva -y los que la han visto ahora están muertos- sentenció mientras aún seguía con su labor.
-Eso me convierte en el primero que le ha visto cabreado y ha vivido para contarlo ¿Cierto? - preguntó mirándolo por el rabillo del ojo.
-No, el primero fue Blasko- explicó deteniéndose de repente y bajando del coche, Bruno se fijó que volvían a estar en una estación de servicio dejándolo con una pequeña duda.
- ¿Cómo se conocieron usted y Blasko, Patrón? - preguntó cuando escucho que la puerta se abría, sintió como el nombrado tomaba asiento nuevamente y volvía a encender el automóvil.
-Es una historia curiosa, pero creo que no soy yo quien debe contártela- explicó mostrando una sonrisa nostálgica.
- ¿Y cómo llegó a España? Eso sí puede contármelo- la mirada del Patrón se volvió sombría de repente.
-Ten cuidado con lo que preguntas italiano, no serías el primero al que cortan la lengua por hacer ese tipo de preguntas- explicó mirándolo por el lado de sus gafas de sol, a Bruno le molestó aquellas palabras, pero no lo mostró en lo más mínimo, entonces Buba empezó a reír- vamos tío, era una broma, una macabra, pero a fin de cuentas una broma -el rubio se volvió hacia la ventana sin decir nada, pero después de pensarlo un poco mostró una sonrisa divertida.
-Sí, y una muy buena- explicó con un ligero calor en el pecho.
Ya llegada la noche, ambos tomaron hospedaje en un hotel de carretera. El plan seguía siendo el mismo que los días pasados, se acostaban temprano y se levantaban temprano. Y así fue hasta que el rubio se despertó por el sonoro zumbido de la nariz de su jefe, al esnifar cocaína en la mesita de la habitación, mientras susurraba cosas sin sentido. Bruno se levantó y le puso la mano en el hombro haciéndolo dar un brinco de la silla poniéndose alerta.
-Tranquilo Patrón, soy yo- explicó con calma colocándose las manos en el pecho, el moreno tardó unos segundos en asimilar aquella información, tenía los ojos rojos y toda la nariz empolvada de aquella maligna sustancia - ¿Necesita que hablemos? - preguntó el rubio al ver que su jefe había estado llorando.
Ambos estaban fuera de la habitación, Buba sentado sobre el bordillo que daba a las habitaciones y Bruno apoyado sobre un pilar encendiéndose un cigarro, acto seguido este último se acercó al melenudo ofreciéndole un cigarro, éste miró embobado el paquete y lo apartó con torpeza -no... no... no fumo...- tartamudeó con algo de dificultad, estaba mareado, seguramente por las indigestas cantidades de cocaína que tenía en el cuerpo. Bruno solo se encogió de hombros y guardó el paquete dentro de su chaqueta -he tenido otra pesadilla- habló Buba de repente, el rubio se sentó a su lado mirando al horizonte, esperando a que él hablara si tenía que hacerlo -era mi hermano- aquello lo pilló desprevenido, ¿Aquello era la cocaína o el mismo Buba quien hablaba?
- ¿Se refiere a Gabriel? - preguntó. Buba negó con la cabeza - ¿Usted tiene hermanos? - preguntó, quitándose el cigarro de la boca mientras que Buba miraba hacia el cielo estrellado con cara de anhelo.
-Lo tenía, pero ya no está... - se pasó el brazo por la nariz -y nunca lo voy a recuperar- continuó con voz distraída. Bruno miró al suelo buscando algún tipo de respuesta, pero no se le ocurría nada - ¿Tú tienes hermanos? - preguntó el moreno mirando hacia él con los ojos caídos, el italiano dio una calada y soltó el humo con resignación.
-Iba a tenerlo, pero falleció en el parto... llevándose a mi madre por delante- confesó apretando levemente el puño.
-Que putada loco- respondió Buba volviendo la mirada al frente - ¿Sabes? - dijo de repente llamando la atención del rubio -quiero contarte una historia- volvió la mirada hacia él -una historia de África-
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Buba el Patrón. Reeditado
HumorLa idea de "Mafia" a cambiado radicalmente con el tiempo, pero todo lo que conozcas sobre este tema dará un giro de tuerca cuando el Cartel de BubaStreet, una Mafia diferente, llegue a la cima. Sigue las aventuras de Buba el Patrón, un negro cocain...