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El rubio y el moreno llegaron al chalet de Buba pasada la hora de comer. Y tan pronto se detuvo el coche, Bruno bajó dejándose caer al suelo sujetándose con firmeza al césped - ¡Tierra...! - se quejó de forma melodramática.

-Ni que hubieras estado meses en un coche- se quejó Buba cerrando la puerta. Bromas a un lado, este miró en dirección al chalet intentando ver cualquier imperfección, pero nada, Buba sonrió al ver que todo estaba en orden.

Ambos entraron por la puerta viendo que de la misma manera todo estaba en orden por dentro. Subieron las escaleras que daban al segundo piso y entonces una femenina voz llamó su atención - ¡Buba! - delante de ellos bajaba las escaleras Shiva con cara de preocupación.

-Ey Shiva- saludó el moreno levantando la mano -me alegro de...- la mujer lo cogió por los hombros zarandeándolo con fuerza.

- ¡Menos mal que has vuelto ¿Dónde estabas pedazo de patán?!- gritó entre molesta y desesperada.

-Shi... Shiva, que...- tragó pesado ante la cercanía - ¿Qué ocurre? - preguntó tratando de mantener la compostura.

- ¡Blasko...! ¡Blasko está...! - aquellas palabras metieron al Patrón en asunto.

- ¿Que le ha pasado a Blasko? - preguntó, siendo ahora él quien la sujetaba con firmeza.

-Sígueme rápido- explicó arrastrando a ambos hombres a la habitación del tan mencionado ruso. Una vez delante de la puerta la morena se planteó varias veces si abrir la puerta o no -antes de entrar- anunció -os advierto de que esto no es fácil de digerir- advirtió abriendo la puerta, tras esta no se podía ver nada, las luces estaban apagadas y las persianas bajadas - ¿Blasko? - llamó la mujer con el ceño levemente fruncido. Un grave gruñido sonó en la habitación -maldita sea...- se quejó la mujer - ¡Blasko Poliovich! - gritó encendiendo la luz dejando horrorizado a Buba, Blasko estaba sentado en una silla sin camiseta y con claros signos de desnutrición, sumado a una piel pálida como la leche -vas a comerte hasta la última migaja de este plato ¿Entendido? - exigió Shiva poniendo un plato de comida delante del maltratado Blasko. Este se limitó a girar la cabeza y con sus pocas fuerzas tiró el plato al suelo -maldito capullo- se quejó nuevamente la mujer.

- ¿Qué le ha pasado? - preguntó Buba arrodillándose ante su amigo con una notable preocupación.

-No lo sé...- dijo sentándose en un sillón mientras encendía un cigarro, molestándose al ver que no tenía fuego, pero Bruno llegó al rescate encendiéndoselo con el suyo propio. La hindú soltó el humo y continuo -no ha querido comer nada desde que os fuisteis- explicó la mujer cruzada de brazos -es pronto para sacar conclusiones, pero creo que tiene algún tipo de brote anoréxico- la mujer volvió a calar y tiró la ceniza al suelo sin ningún reparo -este es el caso más extraño que he visto en mi vida- explicó ajustándose las gafas.

-Blasko, mírame Blasko- llamó el Patrón tratando de causar algún tipo de reacción en él, este lo miró con los ojos entreabiertos -vamos, tomaremos unas botellas de Vodka- explicó con una sonrisa, pero para su sorpresa este negó con la cabeza. Buba se levantó serio - ¿Quién es este y que ha hecho con Blasko? - dijo con voz seria.

-No es tiempo para bromas Patrón- se quejó Shiva molesta.

-No era una broma- explicó confundido.

-Eh... Perdonad- llamó Bruno levantando la mano, Patrón y doctora lo miraron curiosos -creo que yo he tenido algo de culpa en el hecho de que Blasko esté en este estado- explicó con una sonrisa divertida.

-Explícate- ordenó Buba con el ceño fruncido.

-Bueno, para reírme un rato le dije que estaba subiendo de peso- rio rascándose la nuca. Buba se sujetó el puente de la nariz.

- ¡¿Y qué piensas hacer para remediarlo?!- preguntó Shiva alzando la voz.

-Déjamelo a mí- dijo el rubio ajustándose la corbata con las manos dejando extrañados a los otros dos. El rubio se acercó al ruso y se agachó ante él -ey Blasko- llamó con una sonrisa amigable, el nombrado le puso la mano en el hombro y con voz pobre habló.

-Italiano... tenías... tenías razón... Blasko... Blasko está gordo- explicó con un enorme sufrimiento, uno que estaba más alojado en su corazón que en su cuerpo.

-Sí, de eso te quería hablar... solo lo dije para molestarte- explicó haciendo que Blasko abriera los ojos como platos.

-Otra ronda más- explicó Bruno saliendo de la cocina con la décimo sexta ronda de platos de comida para Blasko, el cual llevaba comiendo desde hacía ya varias horas -espero que te guste- Blasko dijo algo que jamás sabremos si era en ruso o en el idioma de la boca llena, pero estaba claro que era un insulto hacia el impecable rubio.

-Madre mía- dijo Shiva desconcertada - ¿Era tan simple como eso? - preguntó señalando hacia la escena.

-Tu- llamó Buba acercándose al italiano, este se limpiaba las manos con el delantal que llevaba puesto - ¿Cómo sabías que eso iba a funcionar? - preguntó curioso el moreno.

-Fácil, aunque no hubiera funcionado con cualquiera- explicó quitándose ahora el delantal.

- ¿Funcionar? Explícate- al moreno no se le aclaraba nada.

-Solo tenía que decirle que no estaba gordo- explicó fumándose un cigarro manteniendo su sonrisa.

- ¿Así de simple? No me lo creo- escupió el melenudo molesto.

-Es simple, porque Blasko es un simple- explicó señalando de manera indiscriminada al susodicho con el cigarro.

- ¡Blyat! ¡Simple tu puta madre! - se quejó Blasko sujetando una pata de pollo que le daba un aspecto algo cómico. Tanto Shiva como Buba rieron ante aquella escena - ¡Callaos, a Blasko no le hace gracia! - gritó golpeando la mesa con los puños cerrados.

Aprovechando el escándalo Bruno se escabulló y se fue a su habitación a descansar, una vez en su habitación se quitó los zapatos, los puso en una esquina y se tumbó sobre la cama dispuesto a dormir un rato, estaba agotado. En eso que recibió una llamada - ¿Diga? - preguntó descolgando el teléfono.

- ¿Puedes hablar? - se escuchó decir al otro lado de la línea.

-Déjame que lo compruebe- Bruno abrió la puerta del cuarto y miró arriba y abajo del pasillo -nadie a la vista- anunció tumbándose nuevamente en la cama.

-Bien, porque quiero hablar muy seriamente contigo- la voz de Abraham se tornó molesta.

-Dispare- respondió Bruno jugando con uno de sus cuchillos.

- ¡A ti es a quien voy a disparar maldito desgraciado! - se quejó el policía dejándolo mareado ante el grito - ¡Se supone que estas con nosotros! ¿Cómo se te ocurre abrir fuego contra uno de mis hombres? - preguntó colérico.

- ¿Contra uno de sus hombres dice? - preguntó al aire tratando de recordar. Si, había disparado al francotirador, pero aquello fue porque el último de los agentes murió cuando iba a matar a Buba, si le hubiera disparado la banda de aquel musulmán tarado, del cual que no recordaba el nombre, lo hubieran matado. Y por muchas habilidades que tuviese no podía hacer nada frente a cinco hombres armados y menos si uno de ellos tenía una jodida Minigun, lo hubieran rellenado de plomo antes de que pudiera darse cuenta -estaban derrotados jefe, era eso o que me descubrieran- explicó escurriendo el bulto.

- ¿Y ahora me dirás que no has tenido ninguna otra oportunidad para matar a ese negrata? - preguntó hartando al rubio.

-Oiga, escúcheme, pero escúcheme bien, matare a Buba el Patrón eso téngalo por seguro, pero lo haré a mi manera o...- algo llamó su atención -tengo que colgar-.

- ¡Ni se te ocurra...! - no le dio tiempo a terminar.

Buba el Patrón. ReeditadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora