Blasko y Bruno avanzaron a paso ligero hasta donde estaba el coche de Buba. Una vez allí ambos soltaron a sus rehenes, los cuales se quedaron en el sitio aterrados - ¡Largo! - ordenó el ruso con mal genio, ambos jóvenes se miraron y echaron a correr.
-Un momento- llamó Bruno, los chicos se giraron únicamente para recibir cada uno un disparo en la frente -listo, ya podéis iros- bromeó guardando su revólver.
- ¡¿Por qué has hecho eso?! ¡Ellos no tenían nada que ver! - gritó Blasko encarando al rubio, Bruno quitó su sonrisa de siempre mostrando una mirada imperturbable.
-Nunca se si pueden volver por venganza, no voy a arriesgarme- dijo con suma calma -nos vamos- explicó volviendo a sonreír, se alejó del lugar siendo seguido por un mosqueado Blasko.
- ¿Qué crees que haces? - preguntó este viendo como Bruno entraba en el asiento del piloto.
-Conducir, ¿No se ve? - respondió bajando la ventanilla y sacando el codo.
-Perdona, pero el que tiene las llaves soy...- Blasko tocó su bolsillo quedándose de piedra al no notar las llaves en este - ¿Dónde están? - preguntó aterrado, se tiró al suelo y empezó a buscar las llaves por todos lados.
- ¿Buscas esto? - preguntó el italiano mostrando el pequeño artefacto de metal.
-Serás...- gruñó el ruso apretando los puños. En ese momento se escucharon las sirenas de la policía acercarse y segundos después estaban entrando en la callejuela - ¡Mierda! - gritó corriendo a meterse en el Mustang - ¡Arranca ostia! - gritó eufórico. Bruno asintió y metiendo las llaves en el contacto aceleró, saliendo del lugar tras chocar con unos cubos de basura - ¡Ten más cuidado este es el coche de...! - no pudo terminar al dar un pequeño vuelco tras saltar un pequeño bache - ¡Quieres tener más cuidado estúpido! - un disparo acertó en el retrovisor, haciendo que el castaño se agachase temiendo por su vida.
- ¡Dispara Blasko, quítanoslos de encima! - gritó tratando de hacerse oír por encima de los disparos que iban en aumento.
- ¡No me des órdenes, italiano! - se quejó sacando su pistola por la ventanilla y abriendo fuego, el intercambio de disparos duró unos minutos, hasta que Blasko volvió a entrar al coche tirando la pistola fuera de éste.
- ¡¿No tienes más balas?!- preguntó Bruno viendo a su acompañante sacar algo de la guantera.
- ¡Blasko tiene balas de sobra! - dijo abriendo la guantera y sacando una PPSH-41 dejando al italiano patidifuso - ¡Balas y cadencia! - explicó recargando el arma para salir nuevamente por la ventanilla, empezando a disparar como loco - ¡Dabaï! - varios coches fueron descarrilados a causa de la enorme cadencia del arma del ruso, hasta que finalmente aparecieron dos blindados con los cuales el arma de Blasko no podía hacer nada. Por muy clásica que fuese - ¡Mierda! -.
- ¡Coge el volante! - gritó Bruno saliendo por la ventanilla.
- ¡¿Estás loco italiano?!- se quejó el ruso, agarrando torpemente el volante desde su asiento, desde ahí pudo ver como Bruno sacaba un revólver y parecía apuntar - ¡¿Qué crees que harás con una mierda de...?!- Bruno disparó un solo disparo que hizo explotar uno de los blindados, cosa que hizo que el otro chocase con este librándose al fin de la policía -revolver...- susurró Blasko estupefacto, el rubio volvió a entrar poniéndose nuevamente el volante - ¿Quién cojones eres? - preguntó confundido.
-Bruno Auditore, un placer Blasko Poliovich- explicó sonriente como siempre -tengo fama de no haber fallado nunca un tiro que requiera de precisión- explicó mirando nuevamente a la carretera. Blasko iba a mencionar algo, pero fue interrumpido por el sonido de su teléfono.
- ¿Da? - preguntó esperando respuesta.
-Blasko, soy yo, Antonio y yo hemos logrado escapar, te envió la localización y venís a buscarnos- el ruso asintió colgando el teléfono, segundos después el artefacto vibró indicando que su jefe ya le había enviado la localización.
Media hora más tarde Bruno y Blasko llegaban cerca de una playa -parece que el Patrón está por aquí- explicó el ruso mirando su teléfono.
- ¡Blasko estamos aquí! - llamó una voz no muy lejos de allí, ambos corrieron siguiendo la procedencia de esta, varios metros más allá encontraron una gran tubería que entraba en la tierra dentro de ésta estaban Buba y Antonio.
- ¿Está bien Patrón? - preguntó el castaño llegando junto a su jefe, este último se limpiaba algo de suciedad de la chaqueta.
-Sí, todo bien Blasko- dijo algo asqueado -en fin, Don. Canelone- llamó viendo como Bruno se juntaba con su jefe -ha sido un placer hablar con usted- y tras aquello empezó a caminar.
-No tan rápido Don. Patrón- llamó el ensillado, ambos agentes de BubaStreet se giraron hacia él- no ha respondido mi petición, responda, ¿Acepta el trato? - preguntó sonriendo confiado. Buba se tensó de repente mirando hacia el suelo pensado bien su respuesta.
-Patrón...- susurró Blasko preocupado.
-Está bien- respondió Buba tras un largo suspiro.
-Molto bene Patrón, ha tomado la mejor decisión- explicó dando unos cortos aplausos -espero que BubaStreet y la Familia Canelone puedan seguir trabajando juntos en el futuro- explicó entregando su mano, el moreno se acercó y la estrechó con fuerza.
-Lo mismo digo- mintió Buba soltando la mano de aquel parapléjico.
-Una última cosa- dijo de repente Canelone -tengo un último favor que pedirle- explicó calmado.
-Adelante- respondió el mulato con un ademán de mano.
-Mi querido Bruno tendría que trabajar entre sus filas durante un tiempo- explicó dándole una palmada en la espalda al rubio, aquella petición sorprendió tanto a Buba como a Blasko.
-No entiendo él porqué pediría algo así- explicó Buba con desconfianza.
-Ya le digo yo que no, vámonos Patrón- pidió Blasko tirando de la chaqueta de su jefe.
-No se lo tome a mal Don. Patrón, pero usted debe saber mejor que nadie que en este mundo las traiciones están a la orden del día...- Antonio se ajustó los lentes -y no quisiera que me traicionaran... Patrón- aquello ofendió terriblemente al ruso, casi estuvo a punto de partirle la cara a aquel canijo si no fuera porque el melenudo se anticipó a sus movimientos y lo detuvo poniéndole la mano en el pecho.
- ¿En qué consistiría esta parte del trato? - preguntó con el ceño levemente fruncido.
-No sería demasiado, Bruno solo tendría que trabajar como un hombre más durante unos meses, si puede ser cuanto más cerca de usted mejor, y si quiere podría usarlo para algún encargo o cualquier cosa, ya sabe- Blasko miró suplicante, tratando de hacer que aquel italiano no se fuera con ellos. Pero Buba no tenía otra elección si quería que aquello saliera bien.
-De acuerdo, no me parece mal, puedo asegurarle que será uno más de BubaStreet- Antonio dio varios aplausos, contento.
-Grazie, grazie Patrón, es usted un hombre muy considerado- el ensillado miró a su secuaz- adelante Bruno, preséntate como es debido- este asintió y dio un par de pasos al frente.
-Un placer Patrón, soy Bruno Auditore, será un placer trabajar para usted- explicó haciendo una leve reverencia.
- ¿Auditore? - preguntó Buba sonriente - ¿Como el del videojuego? - rápidamente fue interrumpido por Bruno.
-Tengo que pedirle que no lo diga o podríamos tener problemas con los derechos de autor- dijo riendo de forma nerviosa.
-Eh... de acuerdo- Buba se giró sonriente y miró a Blasko, el cual estaba con cara de pocos amigos - ¿Nos vamos? - el ruso chistó y dándose media vuelta empezó a caminar.
-Que no conduzca el italiano- explicó seguido por su jefe y su nuevo compañero.
-Vamos, no lo hago tan mal- respondió Bruno riéndose.
Cuando todos se fueron, Antonio sacó un walkie talkie de su pantalón y lo encendió -sí, soy yo... está dentro- susurró con malicia.
Los problemas empezaban ahora, más para Canelone que tenía que volver solo siendo parapléjico.
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Buba el Patrón. Reeditado
UmorismoLa idea de "Mafia" a cambiado radicalmente con el tiempo, pero todo lo que conozcas sobre este tema dará un giro de tuerca cuando el Cartel de BubaStreet, una Mafia diferente, llegue a la cima. Sigue las aventuras de Buba el Patrón, un negro cocain...