Varios meses antes
Su oficina estaba pobremente iluminada por la lámpara del ventilador de techo, estaba sentado en su butaca mientras se fumaba el tercer puro aquella mañana. Miró su reloj viendo que eran las diez de la mañana causándole un suspiro, le había dicho que llegaría a las ocho y que le hicieran esperar lo desesperaba mucho.
-Señor Abraham, su invitado ha llegado- se escuchó decir por el altavoz del teléfono.
-Dile que pase- respondió pulsando el botón. Cinco minutos más tarde alguien llamó a la puerta -adelante- respondió, sacándose el puro de la boca y apagándolo en el cenicero, acto seguido entró un joven rubio muy bien vestido, con el pelo peinado en un ligero tupé -Bruno Carpaccio- dijo a modo de saludo.
-Siento llegar tarde, me surgió un pequeño...-
-Me importa una mierda porque has llegado dos horas tarde- escupió encorvándose hasta estar con los codos apoyados sobre la mesa -siéntate- ordenó, señalando la silla delante de su mesa. Bruno se sentó y esperó órdenes. -Supongo que quieres saber porque te hemos llamado desde Italia...- preguntó levantándose con las manos a la espalda.
-Más bien me pregunto el cómo ha sabido de mí- dijo el rubio con una ligera sonrisa.
-Eres un asesino de renombre en Italia, más aún que tu familia, que no es poco- Bruno se encogió de hombros.
-Es lo que tiene ser el hijo de la mayor mafia de Italia- el policía maldijo lo creído que aquel crío lo tenía.
-En fin, te hemos llamado para cumplir un trabajo que solo alguien con tu nombre puede cumplir- dijo dando vueltas por la habitación, hasta que se detuvo delante de la mesa y girándose de repente, dio un golpe seco sobre esta con la palma de la mano -capturar o matar a Buba el Patrón- aquella confesión sorprendió al italiano, pero trató de no demostrarlo.
-Vaya...- susurró coqueto apoyando un codo sobre la mesa y la mejilla sobre dicha mano -así que la policía no puede hacerse cargo y me han llamado a mí para limpiarles el culo- se burló con voz calmada.
-Sí...- susurró Abraham apretando el puño, aunque le doliera en su orgullo de policía aquello era cierto.
-Bien, si eso es todo, me retiro- explicó levantándose.
-Espera ahí Carpaccio- dijo el mayor señalándolo con el dedo, Bruno se detuvo con el pomo en la mano -ni tú podrías encontrar a ese maldito negrata- explicó entrelazando los dedos -llevamos buscando el paradero de ese hijoputa por más de veinte años- Bruno se cruzó de brazos ladeando la cabeza, confuso.
- ¿Entonces porque me habéis contratado? - Abraham volvió encender un puro y caló el humo antes de continuar.
-Tenemos un plan Carpaccio, con la policía trabajan varias bandas criminales, entre ellas una en la que encajarías muy bien- esto último lo dijo apuntándole con el puro.
-Vaya, policías corruptos, me gusta la idea- Bruno volvió a sentarse -déjeme adivinar, me meten en esa banda y de ahí me las ingenio para llegar a Buba el Patrón -explicó sacando un paquete de cigarros y encendiéndose uno.
-Casi pero no chico listo, te meteremos en esa banda, la idea es que ésta una fuerzas con la banda de Buba, BubaStreet, para que te metan dentro. Los detalles te los iremos dando de a poco- Bruno caló el cigarro y soltó el humo con elegancia, esperando algo más -eso es todo chico, toma- dijo entregándole un sobre -aquí está tu nueva identidad, Bruno Auditore- y nuevamente caló de su puro. En cambio, el rubio apagó su cigarro y abrió el sobre encontrando varios papeles, ojeándolos uno por uno.
-Bruno Auditore...- repitió el nombre, ahora con el sobre entre sus manos - ¿Como el del videojuego? - el dedo rechoncho de Abraham lo interrumpió.
-Más te vale no terminar esa frase si no quieres tener problemas con los derechos de autor- entonces relajó su mano -puedes irte- dijo calando de nuevo, Bruno asintió con él sobre entre sus manos -una cosa- llamó en el último segundo -no tienes la pinta que imaginaba, es decir no aparentas ser el tipo sediento de sangre que describen los rumores- Bruno ladeo la cabeza, confuso.
- ¿Porque lo dice? - preguntó con falsa inocencia.
-Bueno- al acabarse el puro lo apagó en el cenicero y continuó -tienes una cara de niño bueno que me pone los pelos de...-
- ¿Sí...? - preguntó Bruno alargando la pregunta, de repente se encontraba sobre el agente con un cuchillo sobre su garganta. Abraham estaba estupefacto, ni lo había visto ¿Qué tan rápido había sido? -vamos continúe- el mayor tragó pesado levantando las manos en señal de rendición.
-Na... nada- Bruno se separó lentamente guardando su cuchillo en el interior de su chaqueta y al sacar la mano sacó un cigarro metiéndoselo a la boca y encendiéndolo con un mechero de tipo zippo.
-Bien, ahora me retiro- dijo con el tubito aun en la boca.
-Una última cosa- Bruno volvió a detenerse y Abraham se acobardó
- ¿Sí? - el mayor giró la vista dudando si preguntar -no tenga miedo, no muerdo- bromeó con su típica sonrisa, Abraham tomó valor y preguntó.
-Perteneciendo a la familia de la que procedes... ¿Por qué sicario? - Bruno se quedó callado ante aquella pregunta, acobardando al de pelo canoso. El rubio caló por última vez aquel cigarro, soltó el humo y lo apagó con su suela.
-Por aburrimiento- y finalmente salió del lugar dando un portazo.

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Buba el Patrón. Reeditado
HumorLa idea de "Mafia" a cambiado radicalmente con el tiempo, pero todo lo que conozcas sobre este tema dará un giro de tuerca cuando el Cartel de BubaStreet, una Mafia diferente, llegue a la cima. Sigue las aventuras de Buba el Patrón, un negro cocain...