Daniel
No podía creer todo lo que había pasado hace tan sólo diez minutos.
Verla ahí... Siendo tocada contra su voluntad... No es algo que le hiciera bien a mi salud mental. Mientras manejaba no podía evitar recordar una y otra vez esa imagen. Mis manos apretaban con fuerza el volante a tal punto que mis nudillos estaban blancos. Presionaba los dientes con tanta fuerza que tranquilamente podría romperlos.
Sebas me miraba y supe que no se animaba a decir nada.
Pasados cinco minutos él habló.
— Hermano, ¿Estás bien? Tenés la cara roja y una vena se te marca en la frente. Me das miedo... Parece como si fueras a mutar y a convertirte en Hulk...
No llegó a terminar ya que comenzó a reírse de su propio chiste. Se tentó a tal punto que empezó a hacer ruidos como de chancho. Sabía que eso solo pasaba cuando algo realmente le daba gracia. No pude evitar reír al escucharlo. Admitámoslo, nadie puede evitar reírse cuando alguien tiene una risa graciosa y mi hermano la tiene.
— Uff, menos mal. Ya estás mejor. Realmente creí que te ibas a convertir en un gigante verde furioso que solo quiere aplastar cosas. “Hulk aplasta”— dijo entre risas mientras hacía gestos.
— ¿Tan mal me veía?— dije riendo ante sus movimientos imitando al gigante verde de Marvel.
— Tendría que haberte sacado una foto. Aunque, ahora que lo pienso, me hubieras dado una paliza.
Asentí. Ambos sabemos que eso es cierto.
— Tranquilo hermano. Sé que te molesta lo que pasó pero no podemos evitarlo y lo sabés.
— Es la impotencia, ¿si? No puedo evitarlo. Nadie merece que le pase algo así.
— En eso te doy toda la razón.
— ¿Sabés que es lo peor? Que al parecer cosas así ya les han pasado.
— Lo sé. Ali me lo dijo.
Lo miré sorprendido.
—¿Qué te dijo?
Sebas miró sus manos, las cuales retorcía y apretaba. Estaba nervioso. Eso no significaba nada bueno.
— ¿Estás seguro que querés escuchar ésto?
No tuve que pensarlo mucho y solo asentí.
— Bueno... Al parecer, cuando Alex tenía unos 16 años, a la salida de una de esas fiestas que hay luego de una pelea quisieron violarla.
— ¿QUÉ?— Rugí.
— Ali no me contó mucho sobre eso pero al parecer unos chicos que la vieron pelear la siguieron. Ella salió de la fiesta y esos malditos la interceptaron. Ella entró en pánico pero peleó contra todos ellos. Lamentablemente uno de ellos agarró una botella y la golpeó en la cabeza con ella, haciendo que perdiera levemente la conciencia—. me miró y volvió a mirarse las manos.— por suerte uno de sus hermanos salió a buscarla junto a su primo y su tío. Ellos lograron salvarla justo a tiempo.
— No puedo creerlo...
— Según Ali esa es la razón por la cual cada vez que Alex entra en pánico buscan a su tío o a sus hermanos. Ellos hacen que ella se sienta segura. Son pocas las veces que ella tiene un ataque de pánico pero, cada vez que ocurren, Alex se paraliza. Deja de respirar y parece como si se fuera a otro mundo. Dice Ali que lo hace para poder escapar de la situación.
Cerré los ojos y respiré hondo por la nariz mientras apoyaba la cabeza en el volante. Gracias a Dios estábamos parados en un semáforo.
— No puedo creer que alguien pueda soportar tantas cosas...
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Mis Reglas
Ficção Adolescente"Una palabra, una acción o un momento puede cambiarlo todo. En una noche muchas cosas pueden suceder. La pregunta es: ¿Estarías dispuesto a cambiar tu vida sólo por lo que pase en esa noche?". ***************** "- Estás acá...- dijo mientras tomaba...