Capítulo treinta y uno

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Este capítulo está dedicado a @MaxPower9000 ❤️

El concurso siguió su curso.

Por suerte ganó el grupo de Demian y Valerie. Ellos fueron increíbles; brillaban mientras cantaban.

Cuando los ví venir a todos, solo sonreí. Por un momento quise creer las palabras de Daniel. Quise creer que podrían amarme sin importar lo mucho que pudiera herirlos siendo quien soy.

Porque, ¡Vamos! Les he traído más problemas a ellos que a cualquier otra persona.

Un ejemplo es mi pequeño Demian. Él ha tenido que pelear por mí desde que éramos chiquitos.

Nos metimos en más problemas que cualquier nene a esa edad, pero creo que para él siempre fue necesario. Jamás quiso que nada ni nadie me molestara.

Todavía recuerdo una de sus primeras peleas. Dios mío. Fue en un castillo inflable en un cumpleaños de un compañero del colegio. No tendríamos más de siete u ocho años.

Simplemente me empujaron.

En realidad, el que me empujó fue el chico que me molestó lo que duró el jardín y gran parte de lo que fue la primaria. Dejó de hacerlo el día que me enojé y le di un golpe en la cara. Fue mi primer pelea a puño limpio.

En fin, retomemos esa pelea en el castillo inflable.

Dem y yo jugábamos como típicos niños en ese increíble castillo que para nosotros era todo un mundo de posibilidades.

La imaginación de un pequeño es poderosa. Puede tomar un simple y llano objeto, o un lugar cotidiano, y convertirlo en algo completamente diferente. Los niños nos pueden llevar hasta las estrellas y más allá sólo con sus palabras.

A veces los adultos incluso tenemos el privilegio de poder viajar a su lado.

Lo aprendí cuando tuve la suerte de cuidar a mi primita.

Bueno, sigo desviándome de mis recuerdos aunque sé que sigo junto a él; junto a Dem. Junto al Dem de mis recuerdos. Pequeño y valiente.

Él jugaba conmigo a saltar y bailar sin parar al compás de la música de fondo.

Pero todo cambió cuando ese nene molesto me empujó y caí contra la columna del castillo que estaba justo contra la pared. Eso hizo que mi cuerpo, por más que tuviera la columna rellena de aire para atajarme, fuera a impactar bastante fuerte contra la pared.

Para mí cuerpo pequeño fue lo bastante fuerte como para causarme dolor.

Y eso fue lo que sacó a Demian.

Verme sentada con una mueca de dolor fue suficiente como para que perdiera la razón.

Él era pequeño, ambos lo éramos, pero eso jamás nos detuvo.

Fue con todo lo que era e impactó contra el otro chico. Eso lo mandó a volar.

Cuando se levantó recuperado del topetazo, fue y golpeó a Dem justo en la mejilla. Pero, ¡Ojo! Eso no detuvo al Demian en miniatura. No. Sólo causo que él respondiera más fuerte. Y eso mando a mi atacante a volar.

Me acerqué a Demian y no pude evitar sonreírle y abrazarlo. Él me había defendido tal y como siempre, aunque está vez había sido peor.

Lo gracioso es que aunque tumbó al chico, éste quiso volver a pegarle.

Ahí fue cuando yo me enojé y saqué toda la frustración. Le dí un fuerte empujón que lo dejó sentado en la lona. Cuando se quiso levantar para enfrentarme, Dem se puso delante de mí y simplemente lo amenazó.

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