La clase pasó sin ningún problema y fue muy tranquila. Me hizo recordar a los viejos tiempos cuando empecé a entrenar. Según mí tío hoy sería solo de calentamiento para que los chicos se aclimataran y pudieran entender sobre lo que hacíamos; la próxima clase empezaríamos a hacer los famosos “enfrentamientos”.
Recordaba perfectamente algunas de mis primeras peleas. Empecé peleando uno contra uno y luego fueron en aumento. Llegué a pelear con cinco oponentes en una ocasión. Siempre fui vencedora.
Cuando la clase dió por terminada ví que mí tío se dirigió hacia su oficina ubicada en la parte de arriba. Los chicos se fueron yendo de a uno; casi nadie solía ducharse en el gimnasio salvo mi prima y yo y ahora también los chicos.
Mi prima se fue hacia los vestuarios junto con los chicos y yo decidí quedarme unos minutos mirando el lugar. Nada había cambiado; mi tío mantenía su lugar de trabajo tal como siempre lo tuvo. Era como volver en el tiempo a una época en la que no conocía nada más allá de las peleas y el entrenamiento. Cuando sólo vivía para pelear y nada más. Supongo que ahora que sé lo que es tener una vida más allá de ésto, me doy cuenta de lo triste que era vivir en esa situación. No me arrepiento de haber huido esa noche.
Comencé a quitarme las vendas para poder ir a bañarme. Me miré las manos unos segundos y cuando levanté la mirada los ví.
Hacia mucho que no los veía; habían crecido.
Lucas y Esteban solían ser parte de los mejores peleadores de papá; eran de la élite, como él solía llamarnos.
Nunca nos llevamos bien aunque ellos me llevaran un año de edad. Siempre creyeron que yo no merecía pelear y que era menos por ser mujer. Pero lo que siempre odiaron fue que mi padre me considerara mejor que ellos.
No quería problemas, por lo que decidí ignorarlos y empecé a caminar hacia los vestuarios. Ellos se acercaron unos pasos y cuando ya estaban frente a mí se detuvieron. Quise evitarlos y pasar entre ellos pero ellos me cerraron el paso. Respiré hondo y di unos pasos hacia atrás.
— No necesito problemas ahora, ¿Está bien? Sólo quiero irme.
— Aw... No me digas, ¿Asustada linda?
Lucas sonrió y Esteban sólo asintió.
— No tengo porqué estar asustada.
— Nunca debiste volver, linda— dijo Esteban—. Éste no es un lugar para vos, siempre te lo dijimos. Ya no sos la mejor; nosotros lo somos. Es hora que aprendas cual es tu lugar.
— ¡No me digas! ¿Cuál es? ¿Limpiando o cocinando? Les traigo una noticia, los tiempos cambiaron y las mujeres podemos hacer lo que querramos sin tener que pedirles permiso. Que ustedes sean “hombres”— dije haciendo las comillas con mis dedos.— no les da el derecho a decirme qué puedo y qué no puedo hacer.
Ambos se miraron y sonrieron. Algo en sus ojos me dijo que no iba a suceder algo bueno.
— Creo que es hora de que esta putita aprenda lo que es el respeto, ¿No te parece Lucas?
— Si, tenés razón.
Mi corazón empezó a latir cada vez más fuerte. Podía sentir mi sangre bombear por mis venas a toda velocidad e incluso podía escucharla en mis oídos.
Ví como Esteban estiró sus brazos para agarrarme pero logré esquivarlo. Lo que no tomé en cuenta fue que Lucas aprovecharía la oportunidad y me tomaría de los brazos por detrás. Estaba acorralada. Intenté quitármelo de encima pero él era mucho más fuerte de lo que esperaba.
Esteban se puso frente a mí y acercó su cara a la mía.
— Vamos a ver qué tan valiente es la estúpida. Te crees muy fuerte, ¿no? Sabemos bien que no lo sos. ¿Pensás que no sabemos la razón por la que desapareciste?
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Mis Reglas
Fiksi Remaja"Una palabra, una acción o un momento puede cambiarlo todo. En una noche muchas cosas pueden suceder. La pregunta es: ¿Estarías dispuesto a cambiar tu vida sólo por lo que pase en esa noche?". ***************** "- Estás acá...- dijo mientras tomaba...