Con estos papeles ya era un Archer de verdad, mis apellidos habían sido cambiados junto con mi fecha de cumpleaños y ahora iría a entrenamientos... y yo seguía sin recuperarme de lo de Siro.
Seguíamos hablando y fingíamos que todo estaba bien, pero ambos sabíamos que no era verdad... ni siquiera podía alargar la mano para tocarle por que me esquivaba, y seguramente al resto conseguiría tapar su intranquilidad con él aura marrón, pero yo podía ver como el verde desde ese día cuando estaba cerca de mi no se disipaba.
Pero como él me dejó claro, agarré los papeles y trate de seguir con mi vida como si no hubiera pasado.
–Estas listo? –Preguntó Claus entrando en mi habitación ahora ya amueblada como a Gracia le gustaba.
Al fin habían puesto todo como Gracia quería, así que esta noche ya dormiría aquí y mi ropa ya estaba perfectamente colocada en el vestidor.
–Quiero creer que si –Contesté tratando de ponerme correctamente la muñequera del uniforme.
Siro me había traído un chándal que llamó uniforme de entrenamiento, era completamente negro y constaba de varias partes, la camiseta extremadamente ajustada que me cubría hasta el cuello, pero sin ser un cuello vuelto, y no tenía mangas solo tenía el bordeado de una A en la zona izquierda del pecho en pequeño, el pantalón era igual de ajustado en la cinturita como en los tobillos pero extremadamente suelto en el resto, parecía hasta que me quedaba grande, y unas bailarinas que parecían hechas a medida y eran extremadamente elásticas eran los zapatos. El problema eran todos los accesorios.
–Que haces? Eso no se pone así –Corrigió Claus al verme tener problemas con la muñequera–. Eres su guardaespaldas, podrías haberle ayudado tu.
Siro pareció despertar de repente de sus pensamientos dándose cuenta de que Claus había tenido que quitarme la muñequera.
–Lo siento –Se trató de disculpar.
–Llevas varios días que no das ni una, después no te quejes de que Cid anda cabreado contigo –Contestó ligeramente molesto vendándome con mas presión de la que me esperaba la mano para después seguir con mi muñeca–. Vete a organizar el coche, a ver si eso lo puedes hacer sin cagarla.
–Si señorito Archer –Aceptó haciendo la reverencia poniéndose tenso y con ambos brazos tras la espalda.
No dijo nada más y se fue.
–No me quedan un poco grandes los pantalones? –Dudé empezamos a temer por mi circulación.
–No, son perfectos.
–Y por qué me tienes que vendar la mano?
–Para asegurarte que no vas a abrirte las muñecas o sufrir una lesión, te ensañaran a hacerlo en las clases –Contestó suspirando poniéndome ya la muñequera.
Cerró con más fuerza de la que me esperaba las dos hebillas y tuvo que repetir el proceso con mi otra mano.
–Hay cosas que no se como se supone que se ponen –Dudé mirando aun sobre la cama correas que no me había puesto.
–Siro tendría que habértelo explicado y puesto –Refunfuñó apretando sin querer más de lo que debía–. Lo siento.
Una vez tuve colocado con las vendas el guante sin dedos de la otra mano Claus tuvo que coger los arneses y explicarme para que eran.
Uno para el brazo, otro para la cintura unido a una especie de riñonera que se debía terminar atando en mi pierna derecha y otro para la zona del pecho... este dio más problemas ponerlo.
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Colors (Yaoi/BL)
ФэнтезиAike estaba acostumbrado a la tranquilidad de su vida normal, tenía amigos y unos padres que lo querían, simplemente tenía que mantener en secreto su extraña habilidad de ver el aura de las personas. Que hará ahora que alguien llega a su vida, lo de...