Colors (Yaoi/BL)

Cap. 4

–Aprieta con fuerza, toda la que tengas –Pidió Siro haciendo unas comprobaciones para saber si estaba bien de verdad.

Pero realmente en comparación a hace unos cinco minutos estaba como una rosa.

Apreté con todas las fuerzas que tenía la muñeca de Siro como me había pedido, pero realmente parecía que no le estaba haciendo nada.

–Aún estas débil, pero será cuestión de minutos que te pongas bien, y si comes algo ayudaría bastante –Concluyó una vez lo solté con intenciones de levantarse.

–Que es lo que acaba de sucederme!? –Pregunté deteniéndolo de golpe agarrándolo por los brazos.

–Perdiste el control, te estresaste demasiado en muy poco tiempo y desequilibraste a tu cuerpo, pero es normal por tu falta de experiencia, no te preocupes –Explicó sin problemas haciendo que lo soltara–. Te ha ocurrido más veces?

–Solo cuando me choqué contigo –Contesté dejando que se levantara para agarrarme.

–Arriba –Murmuró antes de tirar de mí con la suficiente fuerza como para ponerme de pie de un golpe.

Pero mis piernas fallaron con rapidez haciendo que tuviera que sostenerme.

–Empezaste a ver demasiados colores y dejaste de ver a las personas, verdad?

Asentí con la cabeza empezando a parecerme incómoda tanta cercanía con él aun siendo un desconocido. Aunque era la primera vez que podía hablar de estas cosas sin miedo con nadie, y él parecía tan agradable que no conseguía desconfiar.

Sus colores tampoco me decían que desconfiara.

–Eso también es normal, si te vuelve a pasar no entres en pánico, solo lo empeorarás –Aconsejó haciendo que comenzáramos a caminar sin importarle tener que cargar conmigo.

Cuando llegamos al salón mis padres estaban discutiendo algo entre ellos ignorando que había vuelto.

–Como te encuentras? –Preguntó Cid mirando su reloj siendo el primero en darse cuenta de mi presencia.

–Bastante mejor –Contesté viendo a mis padres girarse invadidos aún por el aura negra.

No dudaron en correr hasta mi haciendo que Siro tuviera que soltarme.

Tardaron un buen rato en expresar todo lo preocupados que estaban.

–Dado su perfecta recuperación tengo que pedir una respuesta clara ya, necesitamos comunicársela a la familia –Pidió Cid intentando no arruinar el momento.

–Está noche? –Preguntó mi padre haciendo que Cid asintiera.

Mis padres se miraron por un instante, pero sin explicar nada aceptaron las palabras de Cid.

–Vendrán a recogerlos a las 8:30 en punto, les aconsejaría a los tres que llevaran prendas para pasar la noche en la casa y el día siguiente –Explicó Cid mirando un detallado reloj de bolsillo suspirando–. Hasta entonces y por seguridad dejaré asignado a Siro como vigilante de la unidad familiar.

–Cree que nos vamos a fugar? –Insinuó mi padre con algo de molestia.

–No, no, no malinterprete mis palabras, no es por ustedes, es por el miedo de que alguien más pueda intentar haceros daño. Precisamente la posibilidad de vuestra fuga es la menor de nuestras preocupaciones ahora mismo –Explicó Cid con calma haciendo que los otros dos hombres fueran saliendo antes de girarse hacia Siro–. Cualquier incidente debe seguir siendo notificado de inmediato.

–Si señor –Respondió haciendo una reverencia.

Cid se terminó de despedir y desaparecieron de mi casa tan rápido como habían llegado.