Cap. 34

416 66 4
                                    

Hasta el domingo mi madre realmente no se despertó, pero pudimos desayunar juntos como muchos otros fines de semana.

Le conté sobre lo que había ocurrido con Chad, pero no sobre mi miedo y el incidente en la playa que me hizo entrar en pánico... seguía prefiriendo que solo Siro lo supiera.

Entonces entró por la puerta de casa quien menos esperábamos ninguno de los tres interrumpiendo a mi madre mientras me contaba sobre algunas cosas que le habían ocurrido a ella.

–Buenos días –Murmuró la voz de mi padre al entrar en el salón y encontrarnos a los tres sentados en la mesa de comedor en silencio por su llegada.

–Hola Cariño, conseguiste tener un hueco libre en el trabajo? –Saludó mi madre levantándose de su silla para acercarse y darle un beso.

La situación era incómoda, se notaba como podías cortar la tensión con un papel.

Pero... algo estaba invadiendo a mayores el ambiente y no era la presencia de mi padre.

Podía notarlo perfectamente, era parecido a cuando estaba la mujer cerca... y Siro también lo sintió.

–Creo que voy a...

–No –Ordené sabiendo lo nervioso que me estaba poniendo y las intenciones de salir de casa de Siro.

Querría ir a dar una vuelta y mirar que era lo que alteraba el ambiente mientras yo me quedaba aquí.

–Que ocurre? –Preguntó mi madre dudosa sin entender mi respuesta tajante y casi a modo de grito.

–Que tengo que ir a vigilar los alrededores, volveré enseguida y no ocurrirá nada –Contestó Siro mirándome fijamente sin detenerse en levantarse de la silla para irse.

–No te vas a mover de aquí –Insistí agarrando su muñeca de golpe–. No me hagas ordenarlo...

–Aike si es un poseído tengo que...

–Me da igual lo que sea, no me vas a dejar solo!  –Corté agarrandolo con las dos manos.

–Vale... no me iré –Contestó con un suspiro sentándose de nuevo y dejando que aún sujetara su muñeca con fuerza.

Había empezado a temblar de miedo solo de pensar en volver a estar al borde de la muerte, y esta vez involucrando a mis padres.

Me dio igual que lo que quiera que fuera siguiera cerca, Siro estaba aquí y podía controlar la situación sin necesidad de que se separara de mi.

–Entonces tienes que volver en un rato? –Dudó mi madre tras escuchar a mi padre sobre el por que estaba aquí mientras le preparaba un café.

–Si, realmente vine solo a decir hola –Comentó mirando hacia mi.

Pero era incapaz de atenderle del todo sintiendo esa presencia tan cerca, aun con Siro asegurándose de que no estaba en el jardín mirando por las ventanas.

Me estaba ahogando en un vaso de aire y lo sabía.

–Que tal todo? –Preguntó sentándose a mi lado.

–Bien... muy bien –Contesté moviendo con nerviosismo la pierna intentando controlar mi ansiedad.

Mi padre era de color marrón, por que ahora me resultaba tan difícil contagiarme de él?

–Entonces son buenos contigo, no son estrictos ni nada –Trató de mantener la conversación me gustara o no.

–Son algo estrictos en algunas cosas... pero por mi seguridad, por lo demás son buenos –Respondí mirando a Siro cerrar la cortina del salón.

Colors (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora