Cap. 22

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Una vez me duché, se me pasó la sensación extraña en la piel y me masturbé me quedé mucho más tranquilo como para hablar decentemente con Siro.

–Así que una barrera protectora –Murmuró tras escucharme hablar sobre las clases.

Yo estaba sobre él sentado bocetando en una libreta sobre algunas partes de su cuerpo.

–No se que es lo que pretenden, creo que se ve claramente que no se destruye –Me quejé pinchando con el lápiz su brazo para que lo moviera.

–Lo has creado tu, manipúlalo para destruirla sin fuerza física –Concluyó tratando de ayudarme.

–Pero ellos no me han dicho que lo haga así –Murmuré dejando de atender a lo que dibujaba para mirarlo.

–No siempre la solución que te dan puede ser la más adecuada para ti, y creo que la fuerza física no va a ser tu fuerte ni tu solución, pero tal vez se te de bien manipular energía, aunque no como yo, sino más bien para proteger –Explicó llevando sus manos a mis piernas.

–No me ganaré una bronca? El entrenador es...

–Jodido, le gusta que todo se solucione a su forma, lo sé –Terminó mi frase sonriéndome subiendo sus dedos por mis muslos–. Pero si el Maestro te supervisa también en sus entrenamientos y lo consigues no creo que permita que te eche la bronca. Ahora mismo están tratando de averiguar cómo entrenarte, si funciona lo que digo puede ayudar bastante, y podrías librarte de tantos problemas y cardenales.

–Si... eso es verdad.

–Inténtalo al menos, si no funciona pensaremos juntos en algo más –Me trató de animar incorporándose sin quitarme de encima.

Aprovechó el momento y me beso con cariño.

Sus labios me gustaban mucho, así que le robe otro beso antes de que volviera a tumbarse.

–Y que tal con lo demás, Gracia, Claus y Abel? –Preguntó sonriéndome y poniendo de otra forma la mano para que siguiera dibujando.

–He estado igual de castigado que tú, no he interactuado con nadie –Contesté haciendo un estudio de su brazo entero–. Solo puedo decirte que hablé con Andre, mi amiga, arreglamos todo, le jodio y se cabreo, pero lo entendió.

–Al final ves como tenía razón? –Picó riéndose.

–Si... la mayoría del cabreo realmente vino por culpa de lo que le solté en la graduación con una sonrisa... pero bueno, lo entendió y eso me llega –Contesté pasando la página de la libreta–. Puedes quedarte en una postura en concreta hasta que termine?

Acepto sin dudar, así que lo moví poniendo los brazos cruzados tapando en parte sus ojos y subí su camiseta hasta la mitad de su abdomen, nunca había tenido la oportunidad de dibujar esta clase de posturas y con este ángulo, así que no podía desaprovechar la oportunidad.

–Esa mujer dijo que si sobrevivía volvería a por mi –Murmuré tratando de bocetar con rapidez.

–Sigues siendo el eslabón más débil... así que no lo dudo –Respondió haciendo que un pinchazo atravesara mi pecho.

Siempre sería el débil...

–Está noche dormiré contigo, dijiste que llevabas días durmiendo de pena, y mañana tienes entrenamiento, así que tengo que asegurarme de que descansas –Comentó tratando de cambiar de tema–. Pero no te dejes llevar por fantasías adolescentes ni nada.

Ambos nos reímos ante su comentario con naturalidad.

–No te preocupes –Le quité toda la importancia–, no soy un virgen para pasar por una noche "complicada".

Colors (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora