Cap. 11

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La conversación con Chad fue difícil, pero Siro se quedó ahí, manteniéndose con esa fresca aura blanca y sus ojos azules. Aún así Chad entendió que simplemente ahora mismo solo estaba acojonado.

–"Ni siquiera estás ya en la misma ciudad! Tus padres como pudieron simplemente tirarte!?" –Dudó mientras yo me dejaba guiar por Siro hasta la pared.

–Simplemente aceptaron lo que les ofrecieron, para ellos era mejor así que correr el riesgo a no poder verme más –Expliqué mirando como Siro apoyaba la espalda en la pared sin soltar mi muñeca–. En principio iré fines de semana alternos, pero prácticamente ya vivo aquí... tengo de repente otros padres y un hermano mayor, es todo muy raro.

Siro tiró entonces de mi y me hizo apoyar mi espalda en su torso pudiendo abrazarme por detrás por debajo de mis brazos apoyando la cabeza en mi hombro.

–"Tío, mándame la dirección en cuanto puedas, voy a intentar hacer un hueco de los turnos de trabajo para ir a hacerte una visita esta semana, hablarlo en persona va a ser mejor" –Pidió escuchando de fondo a su padre.

Seguramente habría salido a hurtadillas un segundo de la cafetería para atender la llamada.

–Si, en cuanto sepas qué día puedes dime y preguntaré –Acepté intentando que no se me notara tenso.

Pero la cercanía de Siro al mismo tiempo no me tensaba del todo, seguía transmitiéndome una calma constante que era hasta raro.

Dejé la conversación con Chad para que volviera a trabajar y suspire mirando en la pantalla casi la hora que me había pasado hablando con él.

–Por que está postura? –Dudé dándole con el teléfono en la mano.

–Así estoy más cómodo que plantado en mitad de la habitación, no hay ni un misero mueble –Contestó sin ningún tipo de vergüenza.

No era de color rojo.

–Lo veo... puedo preguntarte una cosa? –Dudé girando ligeramente la cabeza hacia él pudiendo oler su pelo.

Olía a vainilla.

–Dime –Aceptó levantando la cabeza haciendo que de repente nuestras caras estuvieran demasiado cerca.

Gire la cara tan rápido como podía hacia el otro lado y traté de no pensar en seguramente el aura roja de vergüenza que tenía que estar invadiéndome.

–Como puedes ser tan tranquilo? Siempre pareces rodeado de ese aura blanca de tranquilidad y si estamos cerca es como una brisa de verano, como cuando vas a la playa y llega esa brisa refrescante que te hace suspirar de alivio y el mar resonando por las olas rompiendo en la orilla...

Me estaba yendo por las ramas... demasiado.

–En general nos entrenan para eso –Explicó ignorando cuanto había perdido realmente el hilo de la conversación delirando con la playa y dejando que jugara con una de sus manos–. Controlar nuestra aura y mantenernos relajados es lo mejor que podemos hacer, dejarnos invadir por el pánico en una batalla no ayuda en nada.

–Pero a Claus también lo han entrenado y él expresa muchos más colores, igual que Abel y Gracia –Le llevé la contraria sintiendo como me abrazaba más con el brazo que aún me rodeaba.

–Gracia hace mucho que perdió el control sobre sus emociones, Claus y Abel están aún adaptándose a tu llegada, Claus por lo general también suele estar rodeado por el color blanco y Abel por el marrón –Explicó medio riéndose por las cosquillas que le estaba provocando en la mano–. Cuando comiencen tus entrenamientos te enseñarán a controlar tus emociones y comenzarás a ver mucho más el color marrón.

Colors (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora