Pasó una semana con facilidad desde que ocurrió el incidente en el lago, la mujer no había vuelto a aparecer, así que estaba tranquilo, pero con una sensación de que en cualquier momento podría desatarse lo peor.
Me levanté de cama y me puse las zapatillas para ir en pijama a desayunar, esta noche Siro no había dormido conmigo por que decía que le habían asignado una misión nocturna, no es que me interpusiera en su trabajo, pero algo no me olía bien, Claus, Gracia y Abel también estaban raros.
Suspirando abrí la puerta del comedor sonando de repente petardos haciéndome pegar un brinco del susto.
–Feliz cumpleaños! –Saltaron al unísono todos siendo los que sostenían los tubos de confeti que me habían asustado.
El comedor estaba completamente decorado de globos, carteles y adornos en general.
Aún no asimilaba que mi cumpleaños no era el 30 de agosto.
–No vas a entrar? –Dudó Siro acercándose a mi.
–Ni siquiera me había acordado de que mi cumpleaños era otro día –Comenté dando unos pasos al frente para coger su mano.
–Nos lo imaginábamos, así que aprovechamos –Admitió Gracia riéndose antes de lanzarse a mis brazos y abrazarme con fuerza.
Tuve que abrazarlos a todos, incluso a Ángel, Marina y el cocinero, estaría bien que averiguara su nombre.
–Para la hora de la comida vendrá toda la familia a festejar tu cumpleaños... será como tu primer cumpleaños, incluso hemos conseguido que hoy no tengas que ir a clase –Explicaba Gracia inundada por la alegría mientras desayunábamos.
Preferí no comentar nada mientras saboreaba las tortitas con sirope de arándanos que me habían preparado.
Lo tenían todo tan perfectamente preparado, ni Abel ni Claus tenían incluso su expresión sería característica.
–Y por la noche tendrás otra sorpresa especial, pero eso no te lo diremos hasta la noche –Añadió terminando su explicación del plan de hoy.
Cuando terminamos cada uno se levantó dispuesto a hacer algo muy importante para la hora de la comida de hoy, mientras que yo solo camine hasta mi habitación con Siro.
–Quieres que te lave el pelo después de que te duches? –Preguntó una vez llegamos a mi habitación.
–Si, estaría bien –Acepté aún no sintiéndome cómodo con tener que lavar mi cabeza.
Pero ni de lejos me invadía el miedo de la misma forma que si me duchaba completo, así que me duché y Siro me lavó la cabeza una vez me vestí.
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–Aike –Canturreaba Gracia entrando en mi habitación sin llamar mientras Siro me secaba el pelo.Llevaba con ella un traje de etiqueta y una caja de zapatos.
–Es el regalo del abuelo, un traje hecho a medida con las mejores telas, le encantará ver que lo llevas hoy puesto –Comentó dejando el traje perfectamente colocado sobre mi cama–. Él siempre dice que el traje hace al hombre.
No me llamaba mucho la idea de tener que ponerme eso, pero acepté y Gracia se fue volviendo a dejarnos solos teniendo que desvestirme de nuevo.
–El abuelo Archer siempre regala trajes en los 18 años –Explicó Siro mientras me ayudaba a abotonarme la camisa–. Lo considera el momento exacto en el que debes enfundarte en un traje y afrontar el mundo como un hombre.
–Pues a mi me agobia –Murmuré notando tan a la perfección el cuello de la camisa que me ahogaba.
–Es por la falta de costumbre.
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Colors (Yaoi/BL)
FantasyAike estaba acostumbrado a la tranquilidad de su vida normal, tenía amigos y unos padres que lo querían, simplemente tenía que mantener en secreto su extraña habilidad de ver el aura de las personas. Que hará ahora que alguien llega a su vida, lo de...