Aike comenzo con una rehabilitación especial para tratar de que volviera a caminar lo antes posible, así que mis entrenamientos por la tarde terminaron, pero no me quitaba la sensación de que algo fallaba.
–Respira, tiene que tirar –Pidió el doctor Kalu haciendo que flexionara la pierna al mismo tiempo que le hacia estirar consiguiendo que se quejar.
Había ciertos momentos en los que se ponia tan tenso y su aura se volvía violeta puramente, pero no me había querido decir que pasaba, solo decía que había notado algo y al segundo se le pasaba.
–Dios, tu cuerpo es tan delicado que es hasta frustrante –Se volvió a quejar el doctor Kalu terminando la rehabilitación–. Y aún por encima tu profesor no se da recuperado y no puede volver a darte clases atrasando más las cosas, si es que no sale nada bien.
–El Maestro aún está mal? –Preguntó Aike con miedo sentándose al borde de la camilla.
–Si, solo se despierta para comer y cae inconsciente al poco tiempo, su energía se está recuperando de una forma muy extraña desde lo sucedido –Explicó apuntando unas cosas en su libreta mientras yo ayudaba a Aike a ponerse de pie–. Vamos a intentar que empieces con las muletas, un par de horas al día al menos, si te agotas o te duele algo no te fuertes y vuelve a la silla de ruedas hasta que te recuperes.
Aike salió de la consulta en muletas mientras yo cargaba con la silla plegada, pero podía ver en su aura el sentimiento de culpa que no se quitaba de encima ahora que sabía el estado del Maestro. Todo eso junto con la distancia que mantenía Gracia por lo ocurrido me hacia preocuparme más aún por él.
–No te comas la cabeza, el Maestro se recuperará –Traté de calmarlo realmente sin saber que decir.
–Si, el Maestro no es tan fácil de tumbar –Me dio la razón con una sonrisa forzada antes de soplar un mechón que le molestaba.
El pelo le había crecido lo suficiente para molestarle en los ojos.
Caminamos por los pasillos sin tener mucho rumbo fijo al estar más atentos a cuanto podía aguantar en muletas, pero paramos de golpe al encontrarnos al girar una esquina con Claus y una chica desconocida.
La chica era rubio platino y tenía un perfil casi digno de una princesa disney, los ojos los tenía verdes y la cara la tenía llena de pecas, aparentaba mucho más joven de lo que seguramente era por su expresión natural infantil y su estatura bastante por debajo de la media, eso junto con una ropa mona y una diadema de flores hacían que pareciera tal vez de 15 años dando lugar a una situación extrala si pensabas en los 23 años de Claus.
Hablaban en lo que creía que era húngaro y no entendía nada, no conocía el idioma... aunque Claus se veía que si en como tonteaba con ella.
–Media vuelta –Susurró Aike una vez analizó la escena tanto como yo.
No le llevé la contraria y volvimos sobre nuestros pasos dejándolos solos.
Seguramente era ella la chica de las cartas, Claus llevaba ya dos años hablando con ella y no iba a desaprovechar ni un segundo de su vida si le daban la oportunidad de mirarla.
Si no estuviera enconado se habría dado cuenta de nuestra presencia.
–Vamos al gimnasio mejor, así puedes seguir con tu entrenamiento en el tiempo que queda –Comentó poniendo rumbo a nuestro camino.
No puse ninguna pega y fuimos al gimnasio que, como siempre, estaba a reventar.
Los hijos de las familias del Congreso tampoco es que tuvieran nada más que hacer, igual que nosotros, teníamos restringidas las salidas del terreno, y no teníamos contacto alguno con el exterior ni por teléfono, nada de televisiones ni Internet... solo este edificio y la compañia de los unos y los otros, ni siquiera sabíamos que era lo que estaban discutiendo la mayoría de los días en esas puertas cerradas... yo ni siquiera terminaba de encajar... no era hijo de nadie importante ni tenía fuerzas especiales, era simplemente alguien más que era fuerte por entrenar y serbia a una familia, a nadie le interesaba relacionarse con un sirviente por mucho que hiciera de guardaespaldas ni nada...
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Colors (Yaoi/BL)
FantasyAike estaba acostumbrado a la tranquilidad de su vida normal, tenía amigos y unos padres que lo querían, simplemente tenía que mantener en secreto su extraña habilidad de ver el aura de las personas. Que hará ahora que alguien llega a su vida, lo de...