Capítulo 19: El bosque de los grandes.

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Lawliet colocó más leña sobre la fogata para avivar aún más las llamas. El camino de regreso había sido tan silencioso que por más curiosidad que tuviese no podía bombardearlo con mis preguntas. Sé sentía incorrecto hacerlo.

Me trago la bola de preguntas que se atascan a mi garganta y me enfoco en preparar bien mi lugar para pasar la noche y dormir alrededor de aquélla cálida fogata.



Sin embargo, la imagen de la brúja y la sangre que le sale a borbotones, me hacen imposible la tarea de dormir.
Un supiro cansino sale de entre mis labios a medida que las palmas de mis manos recorren mi rostro. Aturdida por la pesadilla, me pongo en una posición sentada y viajó mi mirada por los cuerpos que descansan sin preocupación alguna. El crujir de la leña que es consumida por el fuego y el sonido de los grillos llega a mis oídos. Y a pesar de que todo a mi alrededor luce tranquilo, me es difícil conciliar el sueño.

Mi cuerpo se siente pesado pero mis párpados se mantienen abiertos.
No sé cuanto tiempo llevo viendo cómo el fuego comienza a debilitarse. Y me digo a mi misma que debo hacer un esfuerzo por dormir ya que mañana continuaremos con nuestro camino.

Haciendo un intento más por dormir.

Mi espalda cae sobre la colcha y admiro por unos momentos la luna cercana y el sol distante.





Los rayos del sol golpean mi rostro, mis ojos se abren y se cierran inmediatamente ante el golpe de luz. Espero unos segundos más para hacer un nuevo intento. Mis ojos pestañean repetidas veces hasta que soy capaz de acostumbrarme a la iluminación. Encontrandome con la imagen de los chicos que suben sus pertenencias a los pegasos.

Me toma unos instantes procesar la sonrisa burlona que se forma en la comisura de los labios de Lawliet, y es entonces, cuando caigo a la cuenta de que probablemente me veo terrible.

Mis manos rápidamente pasan por mi maraña de cabello en un débil intento por asentar mis mechones que parecen resortes.

一¿Dormiste bien?一 la voz de Andrea suena amable y a la vez divertida. Es increíble que me haya despertado tarde.

一¿Porqué no me despertaron?一 pregunto con voz ronca. Ignorando la pregunta de la chica.

一Lawliet dijo que te dormiste ya muy tarde, así que no quisimos despertarte.一 responde Andrea y mi mirada se clava en el chico que acomoda sus pertenencias sobre Raiven. No me había dado cuenta de que él estuviese despierto. 一no sabía que tenías problemas para dormir.一 dice Andrea con voz suave y dulce.

No digo nada. Mi atención está puesta en el pelinegro que me sostiene la mirada. Él sabe la causa por la qué me es difícil dormir y una parte de mi se siente furiosa de que sea precisamente el único que lo sepa.



Una vez que cargo a Rubí con mis pertenencias, continuamos con nuestro camino por los cielos. El aleteo de los pegasos es más audible con el silencio que nos acompaña, nadie a dicho nada en lo que llevamos por recorrido.

Un bostezo me asalta y cubro mi boca que parece comerse al mundo entero de un mordisco.

Andrea me mira por unos instantes de manera divertida para luego fijar su mirada al frente. 一probablemente la razón por la qué no dormiste bien sea porque era en el área...

一No.一 la interrumpo. 一ya he pasado noches de campamento o al menos cuando era una niña.一 mascullo y me precipito a añadir. 一la razón por la qué no he podido dormir ya es algo a lo que debería acostumbrarme.一 dijo y Andrea me ofrece una mirada confundida.

一Así que tenías mucho sin acampar...一 dice casi en un susurro que soy capaz de escuchar.

一Sí.一 tal parece que no esperaba una respuesta de mi parte ya que me mira sorprendida.

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