Capítulo 36: El demonio y el caballero.

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La noche es fría pero algo en mi interior es consumido por el fuego. El frío que alguna vez me afligia se fue desvaneciendo poco a poco, y el abrigo que me cubría se había convertido en un estorbo.

Todos ya se encontraban dormidos a excepción de mi que tengo la costumbre de observar la fogata a altas horas de la noche en dónde las llamas del fuego bailan en ligeras y suaves ondas.
Por más que lo intentará me era difícil conciliar el sueño. Yaciendo sobre mi regazo aquel libro 一que ahora sé es un pequeño legado que mi padre había dejado a Faerie一. Teniendo la esperanza de encontrar algo que me lleve a una respuesta en concreta con respecto a mi extraña marca, pero no he encontrado nada, y eso me preocupa. Por qué sí mi teoría termina siendo cierta, no seré la persona que salvará a Faerie cómo todos creen.

Un suspiro sale de entre mi boca a medida que vuelvo a observar cada hoja. Las yemas de mis dedos pasan varias de sus páginas, hasta encontrarme con una historia que llamó por completo mi atención en cuanto leí el título...


El demonio y el caballero.

Hemos visto el cómo un ser de luz se convierte en uno oscuro, lo que me lleva a mi siguiente pregunta... ¿podrá un ser oscuro convertirse en uno de luz? He comenzado a creer de que es posible.

Hace ya algunos años atrás apareció un suceso que pocos recuerdan ó bien prefieren no decirlo...

Tal y cómo los ángeles pueden entrar a Faerie, lo mismo es para los demonios sólo que para estos les es mucho más difícil entrar al mundo de seres féericos. Ya qué no se les esta permitido ingresar por el simple hecho de ser seres de maldad pura, por lo que en cuanto se logra encontrar con uno de ellos, éste es inmediatamente un peligro, tanto para Faerie cómo para la humanidad. Llegando a ser cazados por los caballeros del palacio real ó los mismos ángeles.

Hace algunos años, se había llegado la noticia de que nueve demonios habían llegado a Faerie. Comenzando a hacer diversas maldades junto a los seres de la oscuridad, así que los reyes vieron la necesidad de mandar a sus mejores caballeros a cazar dichos demonios.

Una vez que habían sido encontrados, los caballeros comenzaron a aniquilarlos; siendo envueltos en medio de una masacré en dónde habían distintos seres oscuros, entre ellos, una mujer que inspiraba terror de quién la viera.
Ésta era totalmente ágil a comparación de sus compañeros demoníacos, su rostro y ropa se veían envueltas en un color camersí y su mirada parecía atravesar el alma misma de los demás.

Al ver cómo todos sus colegas eran aniquilados, no le quedó más que huir. Sin embargo una tripulación de caballeros hiba tras de ella quién decidió adentrarse a el bosque. Y cuando creyó que por fin había logrado estar a salvo, se sentó sobre una roca para sanar así sus heridas de gravedad. Llegando a sus oídos el sonido de una espada que había sido desenvainada a pocos centímetros de su cuello; viéndose apuntada por la fina hoja de una espada plateada.

Cuándo el caballero la miro a los ojos no podía creer lo que estaba viendo; un demonio con ojos cristalinos le suplicaba clemencia. Para muchos los ojos de aquella mujer inspiraban terror, pero para él había sido todo lo contrario. Bajando su arma. Cómo sí hubiese algo en ella que lo había vuelto débil, cómo sí hubiese caído ante un hechizo similar a el de una brúja ó el cántico de una sirena.

Desde entonces aquél demonio juró lealtad al caballero que le había perdonado la vida y quién la mantendría oculta de los demás.

Aquél aspecto aterrador se había vuelto en el más hermoso dentro de Faerie. Su cabello y alas oscuras eran algo inusual pero aceptado por todos.
Ella había logrado pasar desapercibida dentro de Faerie durante algunos años que terminaron forjando un romance entre ambos. Contrayendo así, el matrimonio con aquél hombre de armadura y espada plateada.

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