Capítulo 45: El Dragón.

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一¡Estas loca!一 me dice Andrea, luego de haber escuchado mi idea.

一Lo sé, es algo loco pero tal vez funcione.一 digo. Y ella sólo me mira dubitativa.

Unos segundos de silencio pasan, cuando vislumbro a sus espaldas la silueta de una brúja. Llevando entre sus manos una cadena forjada en hierro y su sonrisa maliciosa, sólo hace que un frío escalofrío me recorra de pies a cabeza.

一¡Cuidado!一 le advierto a Andrea que gira su rostro para obtener un vistazo. Siendo golpeada en la mejilla con la cadena.

La chica con la que minutos antes me encontraba ideando un plan, cae ante el golpe que le fue propiciado. Dándole así la oportunidad a la brúja de que se le subiese con una daga entre sus manos; lista para apuñalarla. Sin embargo sus intenciones son interrumpidas por mi intervención. Atravesandola con la hoja mi espada, como sí aquello se hubiese hecho norma en mí.

Una vez y ayudo a Andrea a reincorporarse, musita un: 一gracias.

Y en tan solo unos instantes, nos vimos rodeadas por unas seis brujas que sonreían divertidas de la situación en la que nos han puesto. Por lo que yo y Andrea vimos necesario mantenernos espalda con espalda para protegernos de un ataque sorpresivo.

一¿Se te ocurre algo?一 le pregunté a Andrea, sin siquiera despegar mi mirada de las brujas que teníamos a nuestro alrededor frente.

一No. Creí que tú eras la de las ideas.一 responde a mis espaldas.

一Minutos antes dijiste que mi idea era loca.一 protesté y Andrea me mira rápidamente por el rabillo del ojo.

一Ya no me importa que sea una idea loca!一 dijo con desespero y no puedo evitar sonreír ante ello. 一¿qué te hace gracia? Por sí no te has dado cuenta estamos rodeadas por unas brujas y mientras nosotras hablamos les estamos dando la oportunidad para que se acerquen.

Mientras que ella sigue comparando mí sentido del humor con el de Lawliet, yo me concentro en pensar cómo salir de este círculo de brujas. Emprender el vuelo no parecía ser una buena opción, ya qué corremos el riesgo de ser atrapadas por las cadenas que llevan entre sus manos. Además de que también corremos el riesgo de ser heridas por una flecha perdida.

Quedando como única opción; luchar sobre la tierra.

Las cadenas forjadas de hierro han comenzado a ser lanzadas sobre nosotros, con la intención de ser pescadas por una de ellas.

En vista de que estamos rodeadas por una brujas que no dejaban de lanzarnos sus cadenas, decido elevarme un poco para dar un aleteo que logra hacer una ráfaga de viento que hace que el polvo de los escombros se eleve. Bloqueando por unos instantes su vista.

Andrea y yo sacamos provecho de ello; atravesando con nuestras espadas a más de una. Pero en acto mi compañera es atrapada y arrastrada por una de sus cadenas.

Inmediatamente avanzo a ayudarla. Dejando a un lado mi espada para poder sujetarla de ambas manos para evitar que diga siendo arrastrada, y es entonces cuando un dolor punzante invade mi brazo. Haciendo que suelte a Andrea de una de sus manos. La sangre ha comenzado a brotar, la siento correr por debajo de mi armadura. Sin embargo no suelto a la chica que es tirada del otro extremo.

Ella con su mano libre logra dar un impecable golpe a la cadena, que termina siendo rota. Siendo así liberada del agarre de la cadena.
Es entonces, cuando doy un vistazo a mi brazo derecho que se encuentra con una daga que había logrado atravesar mi armadura. Y sin pensarlo dos veces la saco. El dolor me invade y la sangre fluye con más libertad entre mi brazo hasta llegar a la palma de mi mano.

一Oh no! Te hirieron.一 exclamó Andrea.

El dolor que me invade es ignorado ante la situación a la que estamos. Pues la bruja al no lograr su cometido con Andrea, se lanza sobre mí. Tomándome del cabello, Andrea intenta quitarmela de encima pero otra bruja aparece y le proporciona arañazos. La escena de yo y Andrea tratando de liberarnos de los tirones de cabello son parecidos a cuando las de las chicas de secundaria se pelean en los pasillos de la escuela.

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