Mis manos sacuden levemente de él pero por más que le llamará no respondía y eso me aterraba, pues la mordedura de una naga puede ser mortal.
El profesor se acerca a nosotros para inspeccionar la mordedura. ㅡtengo que atenderlo, y rápido.ㅡ una vez dicho esto Damián y Andrew le ayudaron al profesor a levantar el cuerpo inconsciente de Lawliet.
Una parte de mi se estrujo al momento de ver la cantidad de heridas que tenía el pelinegro; la sangre seca se encontraba plasmada sobre su frente y sus manos parecían haber sido quemadas.Me dolía verlo así, era tanto el miedo que sentía que mis manos comenzaron a temblar, mi cuerpo dolía y mis ojos estaban a punto de hacer brotar las lágrimas. Miro hacía a mi alrededor en dónde sólo se encontraban escombros, lanzas esparcidas, el fuego invadía sólo las dos torres delanteras y los caballeros hacían todo lo posible por disiparlo, mientras que el cielo nocturno era cubierto por unas nubes que anticipaban la llegada de lluvia luego de haber sido aclamada por las hadas del agua.
Mi corazón se encontraba agitado al igual que mi respiración, pocas eran las fuerzas que tenía como para levantarme, sin embargo lo hice para después seguir al profesor.
Una vez entrado al castillo, nos dirigimos rumbo a una de las habitaciones en donde Andrew y Damián dejaron al chico sobre una cama.
Las reinas de las estaciones permanecen en el pasillo mientras que yo sólo me atrevo a recargar mi cuerpo sobre el marco de la puerta a medida que recorro el área con la mirada. Al lado izquierdo de la cama se encuentra una mesita de noche en dónde un florero yacía con tres tulipanes, la habitación era grande y la alfombra era de un estilo victoriano al igual que los muebles.
Había regresado al castillo.Mi mirada finalmente es fija en el chico que tenía un cierto rubor en sus mejillas, algunos cabellos se encontraban pegados a su frente yaciendo sobre este la palma de Francisco. ㅡtiene mucha fiebre.ㅡ aseguró.
Aquellas palabras hicieron que rápidamente entrará a la habitación. ㅡes grave, ¿verdad?ㅡ le dije lo más tranquila que pude pero la preocupación me carcomia.
ㅡLa mordedura de una naga es letal.ㅡ explicó el hombre de ojos azules a medida que retira su mano de la frente del pelinegro mientras que yo trato de no entrar en pánico.
Ya había escuchado sobre esto en alguna de sus clases, en donde me dijo que el veneno de la mordedura inicia con una fiebre alta que es lo suficientemente alta aún si de alguién de fuego se trata. Una vez que invade el veneno por completo el cuerpo del afectado cambia drásticamente a frío; anticipando así la llegada del veneno a su corazón.
El saber los efectos que tiene tal veneno hacia que me asustara ante el pensamiento de perderlo. Es entonces cuando unas manos toman de mis hombros con gentileza. ㅡvamos Rossbell.ㅡ me dice Dyllianae, insutandome que le siga.
Estaba tan encerrada en mi angustia, que no me había percatado de la presencia de todos. ㅡtenemos que atender tus heridas, el profesor se hará cargo de Lawliet.ㅡ agrega con voz suave en un intento por calmar mis nervios pero no podía alejarme, quería estar con él, ver que todo estará bien.ㅡAnda. Yo estaré aquí e iré a decirte como se encuentra.ㅡ me dijo Damián en una diminuta sonrisa que de alguna cierta manera me reconforto.
-
Las puertas de mi respectiva habitación son abiertas. Todo se mantenía tal y como lo había dejado. La alfombra anticuada, la enorme cama con cortinas elegantes se mantenía ese aura acogedor, sobre la mesita de noche se encuentran los jeans negros y camiseta grande de color verde militar que llevaba puesta al momento en que llegue a Faerie, y al lado de esas prendas se encontraba un florero de cerámica que contaba con unas hermosas rosas rojas. El anticuado tocador tenía frascos de perfumes, cajitas de maquillaje y joyas.

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FAERIE
FantasiAl momento de cumplir los 16 años, la vida de Lucy da un giro inesperado. Regresando a Faerie, lugar en dónde habita una variedad de seres mágicos. Lucy descubre que es una hada y futura heredera al trono, llevando por nombre; Rossbell. Dado a los...