FAERIE

Capítulo 11: Arco y flecha.

Las miradas esperanzadas de los comerciantes caen sobre mí como reflectores en pleno escenario oscuro. Pero la mirada que más me genera nervios y profunda cólera es la del pelinegro.

Todos ellos esperan mi respuesta y en esos instantes quiero que me trague la tierra. No quiero creearles esperanzas pero tampoco quiero arruinarlas. Estoy en aprietos gracias a Lawliet, él me ha puesto en esta situación incómoda y lo único que quiero es estrangularlo, en toda mi existencia nunca conocí a alguién tan odioso como él.
El silencio sólo hace la situación aún más incómoda, trago duro, pero mi boca no se abre, no tengo el valor como para hablar y no muy segura doy un asentimiento de cabeza. <<Felicidades! has cavado tú propia tumba>>. Me dice la vocecilla que yace dentro de mi cabeza.

Luego de hacerles saber que me encargaría de arreglar esto lo más pronto posible, continuó con mi caminó rumbo al castillo. La noche estaba acercándose, por lo que las calles de estilo colonial comenzaron a ser alumbradas por antorchas y fogatas. A pesar de que algunos seres continuaban haciendo su recorrido no podía borrar del todo la desolación del camino que me conduce hacia el castillo. Esto empeora luego del tener que comenzar por un camino pedregoso a mitad del bosque. Tenía que darme prisa o la noche cubriría todo el camino.

El trancurso se había vuelto incómodo; los sonoros pasos de Lawliet no hacían más que darme la extraña e incómoda sensación de ser perseguida por un callejón oscuro. Aún me resulta gracioso el hecho de que a pesar de contar con un par de alas opten por pisar la tierra. Volando sólo cuando lo creen necesario, y en estos momentos era algo estrictamente necesario, pero lamentablemente aún me encuentro fuera de práctica como para emprender vuelo a largas distancias y si él no se digna a volar me volveré loca puesto que sus pisadas me están frustrando.

Exasperada, giro sobre mis talones para encararlo. 一¿qué es lo que quieres?一 pregunté con aire disgustado.

Él mantiene su mirada fija en mí sin ninguna expresión, para luego mirar a su alrededor en busca de alguién a parte de él. 一yo?一 se apunta con el dedo índice.

一No me gustan tus chistesitos sarcásticos.一 expresó con molestia y mis brazos se cruzan sobre mi pecho a medida que lo fulmino con la mirada.

一Se nota que no tienes buen sentido del humor.一 se encoge de hombros y su labios muestran diversión.

Pongo los ojos en blanco. 一si solo quieres molestar...

一Escucha...一 me interumpe dando un paso al frente, 一sé que las palabras que te dije en ese momento no fueron las adecuadas pero eran ciertas. La verdad duele puede doler pero te acostumbras a ello.一 dice con aire relagado, enfocando su mirada en los árboles que nos rodea.

一No sé si te estas disculpando o estas simplemente buscando la manera de molestarme.一 frunzo el ceño.

一Las dos cosas.一 una ligera sonrisa se forma sobre la comisura de sus labios, como si fuese un niño que acaba de hacer alguna de sus mejores travesuras. 一por cierto, golpeas bien, estoy seguro de que seras buena en las peleas mano a mano.

<<Ya no sé si se esta burlando, me esta alagando, molestando o intentando
disculparse. Si resulta ser lo último. Se nota que no sabe como pedir perdón puesto que es pésimo en el intento>>.

一Esta bien.一 digo en un suspiro, 一tal parece que el pedir perdón no va contigo así que te perdonó.一 ahora soy yo la que esbozá una sonrisa.

一No me estoy disculpa....

Extiendo mi mano en señal de alto. 一aquélla noche en la que te conocí no me disculpe y tú te metiste a la cabeza que si lo había hecho.一 explico echando un vistazo al cielo que amenazaba con oscurecer. 一así que para ti el pedir perdón es primero hacerte el chistoso, luego ser sarcástico, para después ser arrogante y al final ser alagador... te perdonó ya que tú orgullo no te deja.一 dicho esto le doy la espalda antes de que intente protestar y comienzo a seguir con mi camino ya que no quiero que nos atrape la noche.