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Capítulo 8.

            Kim.

     Despierto cerca de las 7h30 de la mañana con unas ojeras tremendas,  el mayor sueño del mundo y con muy pocas ganas de hacer los exámenes finales de tiro y defensa personal.
     Rita me sorprende trayéndome el desayuno a la cama, sabe que estuve fuera casi toda la noche. Todavía tiene los ojos muy apagados y tristes por lo que le ocurrió a sus padres recientemente. Trago cada bocado con gusto, tenía mucha hambre. Termino rápido de comer porque a las ocho en punto tengo que estar en el campo de tiro.
     Estoy un poco ansiosa, como siempre antes en cada prueba, no sé si quiero hacerlo ya o que no llegue mi turno jamás. Ya es hora, me toca.
   - "Tres flechas en el centro de la diana para aprobar, cinco y tengo el máximo."- me repito una y otra vez mentalmente. Cierro los ojos para concentrarme - " Uno... dos y... tres." - disparo. Sigo con la vista la flecha y cuando llega al centro, suspiro y preparo mi segundo tiro.

     Termino mi examen de tiro con arco con el máximo de puntos y me dirijo al gimnasio para mi rutina de ejercicios antes de mi última prueba del año. Entre mis tandas de abdominales, empiezo a sudar bastante. Cuando las gotas de sudor recorren mi cuerpo, me acuerdo de la lengua de Hoseok y eso me eriza. ¿ Por qué se supone que a toda hora pienso en ese chico? No debería, pero lo hago.¡ Y de qué  manera!
     Después de la prueba decido tomar una ducha fría para relajar mis músculos y tener una larga siesta. Los párpados se me cierran en cuanto mi cabeza toca la almohada.

     " El aire fresco mueve mi pelo,  que me cubre la cara y no me deja ver los árboles alrededor del prado ni la pequeña mariposa que estoy persiguiendo. Cuando me quito el cabello de la cara veo a papá agachado en el suelo sonriéndome.
   - ¿Papá?
   - Ven - me dice y corro hacia él. Me da un abrazo y me besa la frente - Mi niña pequeña, cuando seas grande, no me olvides."
     El ruido del despertador interrumpe mi siesta. Medio dormida todavía, trato de apagarlo, pero me rindo y lo tiro al suelo. ¡Por fin se calla esa basura!
     Me levanto con pesar. Tomo una linterna, un papel y un lápiz, con él escribo la nota que debo llevar a la comisaría hoy.
     " LA PANDILLA DE RICK ESTÁ EN EL GARAJE. HAGAN SU TRABAJO. X"
     Sencillo y directo como siempre. Mientras me visto comienzo a pensar. No entiendo a la policía de ese pueblo, todos son unos vagos y no sé que se harán cuando me vaya a estudiar a la capital. Las cinco pandillas que hay merodeando por ahí tampoco son tan difíciles de atrapar, dejan rastros por donde quiera y se exponen demasiado.  Yo solo llevo cinco años en esto y el único problema que he tenido es que solo puedo salir en algunas noches.

     Llego a la entrada del pueblo y me escabullo dentro de los callejones hasta encontrar la estación de policías.  Subo por las escaleras y cuando estoy en el tejado entro por la puerta de la azotea que siempre dejan abierta para mí.
     Todos están dormidos, ¡vaya policías incompetentes!. Dejo la nota en el escritorio del comisario. Toco la alarma mientras salgo por una ventana y me quedo mirando cómo se despiertan; es una de las cosas que voy a extrañar. Es divertido verle las caras e incluso, uno se cae de la silla. Salgo de ahí  y me dirijo al garaje solo para molestar. Está todo como lo dejé.  Empiezo a aplaudir y a hacer ruido con cualquier cosa.
   - ¡ Despierten, dormilones! La poli vendrá. Tienen que darles una bienvenida adecuada. - intentan decir algo pero no me esfuerzo en escuchar - No se preocupen, ya me voy. No me extrañarán en la cárcel - comienzo a reírme mientras cierro la puerta y dejo la llave.

     El bosque está inmerso en un silencio total. El cielo está estrellado y la luna brilla como nunca. Camino con calma; no estoy ni un poco apurada, todavía son las once de la noche.
     Me escondo detrás de unos arbustos cuando veo una fogata encendida. Me sorprende ver a Rita sentada en un tronco llorando. No está sola. Una sombra se acerca a ella, me calmo al ver que es Namjoon. Me acerco a ellos.
   - ¡ Qué susto me has dado, Kim! - exclama Namjoon mientras abraza a Rita. Me siento junto a ella y le acaricio la espalda.
   - Veo que no va a mejorar en un buen tiempo - le digo a su novio.
   - No te preocupes. Yo estaré ahí para ella. Al finalizar el curso se irá a vivir conmigo.
   - Creo que es una buena idea - le digo.
   - Kim, ¿has hablado con Hoseok últimamente?
   - No, ¿por qué? ¿Le pasa algo? - pregunto un poco asustada.
   - No lo sé, no me ha dicho nada. Se ha pasado casi dos días en cama o en el baño. ¿ Sabes algo de eso?
   - No, Namjoon, ni idea. Pero ahora me está empezando a preocupar. Debería ir a buscarlo. - me levanto pero él me toma de la mano y me detiene.
   - Es peligroso que vayas tú. Dejámelo a mí - me dice.
   - No, tú quédate con Rita, le haces falta - lo callo antes de que intente protestar otra vez - No me descubrirán.
   - Está bien. Su habitación es la 53, si te sirve de algo.