La chica trata de besar a Gabriel en los labios cuando salen del baño, pero él agacha la cabeza hacia un lado y planta el beso en su mejilla. Lo dejó muy claro antes de que garcharan, se aseguró de que ella entendiera que no era nada serio, que solo era una forma de aliviar la tensión, pero ella lo intenta de todos modos. Siempre sucede, porque, bueno, tanto hombres como mujeres lo desean. Siempre esperan algo que él no está dispuesto darles, porque su corazón pertenece a otra persona.
Es una chica muy bonita, realmente impresionante, con el cabello castaño y ojos marrones. En circunstancias normales, Gabriel no habría cogido con ella, pero eso no importa ahora. Ella es una estudiante que acaba de pasar por el pueblo, y Gabriel espera irse en unos días y Renato... bueno, Renato ya se ha ido.
Él le da a ella una sonrisa que realmente no siente y luego la dirige hacia la mesa donde todos sus amigos están sentados mientras él tropieza hacia la barra. Levanta la mano hacia Gastón para indicar que está listo para otra birra, pero solo recibe una mirada dura a cambio.
Gastón termina con el cliente que está atendiendo y luego se acerca y toma a Gabriel por la muñeca en silencio, arrastrándolo hacia el extremo desocupado de la barra con demasiada rapidez para que los pies borrachos de Gabriel puedan seguir el ritmo de manera adecuada.
Él arroja a Gabriel a una silla y dice: —Te dije la primera vez, hace dos horas con la primera mina, que si volvías a hacerlo, te iba a sacar de acá a patadas— le dice y cierra los ojos para calmarse un poco antes de seguir—. Sé que esto es duro para vos. Es duro para todos nosotros, Gabi. Eso no significa que puedas convertirte en un... —Gastón se detiene y suspira antes de continuar—. ¿Qué crees que Rena...
—No digas su nombre—Gabriel gruñe—. ¿A quién le importa lo que él pensaría? Ciertamente no le importaba nada de nosotros. No le importaba uno de nosotros lo suficiente como para decirnos que se estaba yendo.
—Él está... está pasando por algunas cosas, Gabi— Gastón suspira—. Lo ha tenido difícil desde que decidió abandonar la escuela. Y ya sabes cuánto afectó eso a la relación con su viejo. Y luego, con Fausto simplemente dejándolo así... Necesita tiempo. Él estará de vuelta.
—"Querido Ga...—se apresura a decir Gabriel, y comienza a expresar la nota que había memorizado después de haberla leído demasiadas veces en las últimas cuarenta y ocho horas—. "Siento hacerlo así, pero no soy el mejor con las despedidas. Necesito ir a otro lugar, a un lugar en el que no sienta que me esté asfixiando con todo. Decile a todos que lo siento". No va a volver, Gastón. Ya no hay nada acá para él.
—Eso no es cierto—dice Gastón en voz baja—. Dame tus llaves, Gabi. Llamaré a alguien para que venga por vos.
—Nuestro departamento está a 10 minutos de acá— Gabriel se burla—. Caminaré.
—No creo que debas quedarte allí hasta que te hayas calmado un poco, rulitos— dice Gastón, con suavidad, dando palmaditas en el hombro de Gabriel—. Entregamelas.
Gabriel murmura algo sacando sus llaves el bolsillo y tirándolas al suelo.
Gastón no dice nada mientras las recoge, va detrás de la barra y las tira a la pecera donde las guardan para los clientes que están demasiado borrachos para conducir. La cuestión es que Gabriel sabe cuándo está demasiado borracho y todavía no lo está. Él está totalmente bien. Así que espera unos minutos hasta que Gastón se da la vuelta y se distrae con una pelea entra las dos chicas con las que Gabriel se había enganchado esta noche, y las roba del tazón.
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Luz de Guía
Romansa-ADAPTACIÓN- A Gabriel no le importa estar asilado. Pasa sus días solo y se ha acostumbrado a ello. De todas formas, nunca le gustaron las personas. En realidad le gustaban pocas personas, solo había una a la que él realmente quería, y todas ellas s...