Dejando la realidad

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*Tiempo después*

—Bueno, esa fue la última vez que ví a Kyle...

Los ojos de mar observaron fijamente, ilusionados y sorprendidos. La pequeña dejó a un lado el peluche con forma de un tierno y regordete dragón, decidida a escuchar el resto de la historia de los labios de Stan.

Torció la boca y su mirada retó al contrario. Stan le sonrió, nervioso y asustado por la profunda convicción de la niña... ¡Era idéntica a su madre!

—¡Cuenta el resto de la historia! — Exigió

—Ese fue el resto de la historia, cariño — Suspiró

—¡No puede ser el resto de la historia! — Se cruzó de brazos ofendida —¡Me niego a creer que no lo volviste a ver!

—Pero así fue, Evy. Kyle y yo no nos volvimos a ver.

—¡Mamá dijo lo contrario! — Hizo puchero —Ella te escuchó soñar con él

—E-Es muy diferente soñarlo y vuelto a ver

La pequeña apretó los puños y se levantó sobre las piernas de Stan, él estaba consciente que haría la misma rabieta que su madre, las conocía demasiado bien.

Para fortuna suya, el padre de Evelyn llegó y la cargó antes de que la niña descargara su furia.

—Okay, basta de molestar a tío Stan — Reprendió

—¡Pero no me quiere contar el resto de la historia!

—Si te dijo que es todo, hay que creerle

Evelyn se cruzó de brazos y rió en cuanto su padre comenzó a hacerle cosquillas.

Stan suspiró levantándose del sofá, recibiendo a su hermana mayor en la sala, la madre de Evelyn, Shelly Marsh.

—Estas son las cosas con las que te deberías quedar — Ella se llevó una mano a la cintura, señalando con el pie una caja de cartón grande —Son cosas de nuestros padres y algunas de la cocina y demás

—Bien, tú te llevarás algunas, supongo

—Probablemente.

Evelyn yacía sobre la espalda de su padre y él felizmente jugaba con ella al caballito, ajenos a la conversación de los hermanos.

—¿Seguro que no quieres ir tú en mi lugar? — Shelly insistió —Gobernar un país así, no va conmigo

—¿Y gobernarlo yo con mi estado de ánimo tan deprimente? — Rió y negó con la cabeza —No, gracias, estoy bien aquí.

—El documento dice que tú eres el rey, no yo

—Pero que podía nombrar a alguien a mi puesto, esa eres tú — Sonrió de lado y guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón —Estoy segura que harás un excelente trabajo.

—No confío en ti

Stan tampoco en él mismo.

—¿Qué dice Larry de esto?.

Shelly miró a su esposo e hija jugar en el suelo, encogiéndose de hombros sin poder responder.

—Le cuesta creerlo, Evelyn lo entenderá

—Su sueño de vivir en un castillo se hará realidad.

Como buena hermana mayor, Shelly sujetó las manos de su hermanito y lo miró.

—Todavía me cuesta pensar que las historias que mamá nos contó de Zaron, eran reales

—Nos las contó porque Kyle apareció. De no hacerlo, seguiríamos en la ignorancia

El príncipe perdido [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora