La chica soñada

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*4 años después*

Stan abrió la puerta de su casillero ubicado en las duchas del gimnasio de la preparatoria. Todavía tenía atada la toalla húmeda alrededor de la cintura y el cabello goteando sobre sus hombros

Comenzó a sonar el tema principal de la película “Jaws” en el fondo, y al otro lado de los casilleros, unos chicos hablaban de que esa cinta sería parte de su maratón del fin de semana.

Stan ignoró la conversación, pero algo en la música alertó sus sentidos. Sintió un pequeño escalofrío, mientras sacaba y desdoblada su playera. No le dio tiempo de actuar, tras ser repentinamente atacado por la espalda.

Pegó un chillido gracioso del susto, con un par de brazos fríos rodeando  su cintura y unos labios en su cuello.

Dejó al vampiro con su misión, pero ni siquiera pudo contrarrestar cuando la zona fue succionada.

—¡Kenny!

Empujó a Kenny con el rostro molesto, aumentando más su enojo al mirar la sancarrona sonrisa del rubio.

—Vamos, ¿Por qué te enoja?

—¡¿Por qué?! —Alzó la voz y velozmente la bajó antes de generar sospechas —Te dije que no lo hicieras de nuevo.

Se giró al espejo de la puerta del casillero, observando la zona rojiza y bien marcada en su cuello.

—Mierda... Todavía tengo dos clases

—Por algo te presté el maquillaje de Karen, ¿No?

Frunció las cejas y Kenny rió divertido.

—Sólo deja de hacerlo —Comenzó a vestirse —El abuelo cree que me estoy viendo con una prostituta.

—Mierda... ¿El abuelo lo cree? —Se sintió dolido —Marco muy mal entonces.

—Ya no lo hagas —Continuó —La gente empieza a sospechar.

—¿De qué?

—¿De qué? —Repitió incrédulo —De que tenemos algo más, Kenny.

—¿Por qué lo creerían?

—Déjame ver —Le pidió darse la vuelta para ponerse los pantalones —Ninguno de los dos tiene novia, pasamos casi todo el día juntos y misteriosamente, aparecen chupetones en mi cuello luego de vernos... ¿Y todavía no crees que sospechen?

—Bueno, bueno, son muestras de lo mucho que te estimo

—No, muestras serían si dejaras de hacerlo.

Kenny se cruzó de brazos y rodó los ojos con molestia.

—Bien, sí. Yo no puedo demostrarte cuánto te quiero, pero apuesto a que si ese amiguito tuyo, Kyel.

Kyle...  —Corrigió

—Kyle... Apuesto a que si ese chico fuera real, e hiciera lo que yo te hago, ¡Le pondrías decoración!

—No seas ridículo —Suspiró —Kyle sólo fue una cosa de la infancia, algo sin importancia y pasajero.

Más animado, Stan abrazó a su amigo por el hombro y le sonrió.

—Tú eres mi mejor amigo.

Kenny torció la boca y lo miró de reojo.

—¿El mejor?

—Por supuesto. El mejor —Rió —Sólo, no hagas eso de nuevo, ¿Sí? Lo digo por el abuelo, sólo eso.

No muy convencido, Kenny dejó caer los hombros y también imitó al pelinegro en su abrazo con una sonrisa.

El príncipe perdido [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora