El príncipe perdido [Style]

Nuevo Amigo

La última vez que le había pedido algo a su madre, tuvo que gastar días enfocados duramente en sus estudios de primaria, con tal de tener su consola de videojuegos a cambio de A+ más en sus notas.

No habían pasado dos semanas de aquello, y ya tenía otra petición.

Así que, mientras él miraba con total atención su caja de cereal favorito sentado en la mesa de la cocina y su madre preparando la cena, buscó las palabras adecuadas para continuar.

Pero sabiendo qué diría, el ambiente era pesado, envuelto en una tensión a cortar finamente.

— Mamá... — Habló por fin

— Dime, pequeño.

Divagó, moviendo la caja de hojuelas de una mano a otra, arrepintiéndose de hablar. Aún no estaba listo, sin embargo, ya había acomodado el brazo para soltar la granada.

— Me encontré con un niño perdido en el bosque, ¿Puede quedarse?

Y soltó el arma, ahora, la espera a su detonación, era incluso peor.

—...

Ninguno de los dos dijo algo, Stan fingía leer los componentes de su cereal en la espera de la respuesta de su madre, por su parte, Sharon se había detenido haciendo la cena, escuchando las palabras que su pequeño hijo soltó.

— ¿Qué?

Stan titubeó, simulando desinterés para volver a repetir.

— Su nombre es Kyle, lo encontramos en el bosque, ¿Puede quedarse?

Sharon parpadeó confundida, apagando el fuego de la estufa y enfocando la atención requerida en la petición del niño.

— Por supuesto que no — Respondió con firmeza

— ¡Pero mamá! — Stan dejó la caja y se giró a verla — Estaba perdido y herido.

— Sí, pero debe tener una familia que lo está buscando y nosotros vamos a ayudarle a volver con ellos. El niño, no es un objeto para que hables así de él.

— ¿Pero y si no tiene familia?

— La tiene, Stan. — Recalcó en las palabras para cerrar la conversación y terminar con la cena — Ahora, ve a ver a tu padre y hermana, la cena está lista.

De mala gana, Stan dejó la mesa de la cocina para salir del mismo cuarto, refunfuñando por su tarea, pensante en qué hacer para que el pequeño niño se quedara y conociera más.

Fue directo a la escalera, pero al pie de ella, Sparky miraba hacia arriba, moviendo su colita peluda y sin perder detalle.

Stan levantó la mirada, captando con sus iris mar, la figura del pequeño niño, sentado en el escalón, abrazando sus rodillas y apoyando su barbilla en ellas. Preguntó con algo de preocupación, pero el otro no respondió.

—... La cena está lista — Le dijo para cambiar el tema — Apuesto a que todavía debes tener hambre.

Kyle le observó unos segundos, sorprendido de que el chiquillo no insistiera en querer saber más de su historia. Cualquiera le habría obligado, le habría puesto algún ultimátum, pero él parecía entender la privacidad.

Así que bajó las escaleras y Stan lo recibió.

— Te queda mi pijama — Expresó asombrado — Sí te queda, ¿Verdad?

— Sí, es... Muy cómoda

— Eso es bueno, muy bueno — Le sonrió — ¿Y te sientes mejor?