Momentos de paz

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Kenny escuchó los rumores del servicio en el castillo, el embajador de Larnion había escapado, y no era mentira, dos días después, su hermano confirmó que éste dejó su puesto para irse con Stan.

McCormick calló, supo que esos dos estarían juntos, no era normal su “amistosa” cercanía.

Tres días después, gritos inundaron el lugar, el rey volvió.

Kenny se hizo camino entre la gente que comenzaba a reunirse alrededor de la entrada, obstruyendo su vista y la reunión con su amigo.

Se empujó y salió, sintiendo la tristeza y decepción en sólo segundos. Era obvio, ya lo sabía, pero no puede evitar sentir dolor viendo a Stan abrazar a Kyle por la cintura, hablando con el anciano, para después, besar al pelirrojo.

Así debían ser las cosas. Él no estaba hecho para estar con Stan.

—¡Stan!

Sólo debía ser su mejor amigo, su fiel compañero, era su castigo por haber creído en Cartman.

—¡Ken!

Pero al menos debía ser su consuelo que aunque amara a Kyle, lo soltó sólo para correr a él y a sus brazos.

—¿Pero qué haces aquí, hombre? — Le sujetó de los hombros —¿No estarías a miles de kilómetros?

—Sí... Pero nada como el hogar — Explicó —¿Qué sentido tiene irme, si todos estarían lejos?

—Kyle tuvo que ver, ¿No es así?

—Tuvo que ver en todo, pero tampoco miento en que no tenía sentido irme si todos estaban aquí

Ahora volvían a estar juntos, a seguir fortaleciendo su amistad como debía ser.

La gente se hizo a un lado atrayendo la atención de los presentes en el lugar. Sparky ladró efusivo, y a juzgar por la gente que se inclinaba en reverencia, Stan supo de quién se trataba.

Sus sospechas fueron ciertas, Shelly Marsh apareció.

—¡Shelly! — Le sonrió nervioso a su hermana mayor —Oye, te sienta bien esa corona.

La joven castaña se detuvo frente a su hermanito causando en Stan cierto ápice de terror, cerró los ojos con miedo luego de ver a su hermana levantar la mano, pero para su sorpresa, Shelly le revolvió el cabello.

—Sabía que vendrías.

Stan le sonrió.

—Supongo que debo hacerme cargo de lo que me toca

Y repentinamente, Shelly le soltó un fuerte golpe en el brazo que Stan casi se desmaya, encorvándose en su lugar.

—¡¿Y por qué carajo me hiciste venir?! ¡Estúpido niño mimado!

Kenny se carcajeó, los pobladores decidieron omitir comentarios y el único que se acercó preocupado, fue Kyle.

—Lo siento — Se disculpó honesto con los ojos húmedos —De verdad...

Kyle ayudó a Stan a levantarse, éste solamente le sonrió en modo reconfortante prometiendo que no era tan grave.

—¿Ahora sí te vas a quedar?

—Es una promesa.

Con la promesa hecha, y sabiendo que su hermano las cumplía, Shelly se llevó las manos a la cabeza para quitarse la corona que le pertenencía a Stanley por derecho.

Sin embargo, antes de entregarla y que él la recibiera, el anciano interpuso la mano.

—No es tan fácil entregar la corona así. Ahora que es todo oficial, se realizará la ceremonia de ascención — Explicó dándole la cara a la gente del castillo —¡El rey ha venido para quedarse!

El príncipe perdido [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora