Lo que sale a la luz

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—Entonces, todos esos papeles hablan sobre reencarnación. Específicamente, la de ustedes.

Stan asintió ligeramente convencido de ello, aunque todavía trataba de hacerlo por completo en su cabeza; Su consciente se lo negaba porque no tenía sentido. En ninguna parte se explicaba el por qué, su familia estaba relacionada con la realeza si en realidad era descendiente directo (o reencarnación) del antiguo general de Larnion.

—No sé si me gusta esto — Le confesó a su mejor amigo, paseando por las calles arenosas del antiguo reino de eruditos —Hay muchas cosas que no cuadran. El embajador escribió con terror el regreso de Eric.

—Sí, y tú lo acabaste cuando aceptaste el trono — Le dio un codazo con orgullo —Eso acaba todo. ¿Qué dijo Kyle de esto?

—No mucho... Con más razón, se ha dedicado a estudiar todas las cosas respecto a reencarnaciones.

—Que romántico — Suspiró Kenny enternecido—No pudieron estar juntos en el pasado, han renacido para estarlo en el presente.

—Lamento que Tweek y tú se hayan visto envueltos en esto. Pero no es cosa de la historia o el destino, a mí Kyle de verdad me gusta. Hubiera buscado la forma de estar con él, fuera parte o no del pasado

—Eso lo sabemos los dos, no te preocupes ya — Kenny se detuvo unos momentos, quitándose el zapato para sacarle la arena —¿Y has hablado con él?

—¿Tweek? No, desde que decidió volver a Denver. Admito que extraño su café

—Que no te oiga Kyle — Rió Kenny asegurándose su calzado —Hay algo que he querido preguntarte.

Stan esperó a que Kenny se acomodara los zapatos mientras él observaba la arquitectura del pueblo en el desierto, un lugar a las faldas de un templo que funge para todo aquel que deseé buscar respuestas.

Antiguamente, usado por los eruditos, hoy, un lugar de paz y rezo.

El lugar le recordaba mucho a algunas zonas en Egipto, en el estilo de la construcción de hogares, calles angostas y puestos de venta y compra

—¿Qué fue de Butters?

Stan se sorprende.

—¿Butters? — Levantó la ceja —¿A estas alturas preguntas por él?

—¡He tenido muchas cosas en la cabeza! — Se defendió cruzándose de brazos —Y tú tampoco me has hablado de él.

—Bueno, él se mudó, fue lo último que supe — Explicó, retomando camino por las calles apenas transitadas —Pero, cuando te fuiste a Rumanía y Cartman te buscó, se había pasado con Butters.

—¿Se conocían? — Kenny cuestionó

—Eso debería preguntarte — Stan chistó —Trabajaste para él, ¿No estabas consciente de su existencia?

—No. Te puedo jurar que, si Butters es de este mismo lado de la realidad, jamás fui consciente de que trabaja con él.

—¿Y decidiste pensar en él ahora por qué...?

Kenny metió las manos en los bolsillos de su pantalón, pateando algunas piedritas en el camino, tratando de evadir la respuesta. Sin embargo, conoce a Stan muy bien, y Marsh insistirá.

—Tuve celos de ti y de Kyle — Confesó cabizbajo —Tienen una relación increíble, discuten como todos, pero... Se saben arreglar. Se aman tanto y de verdad, que no les bastó una vida para estar juntos, que han reencarnado.

Stan caminó a su lado sin decir algo, esperando que Kenny se desahogara, sintiéndose culpable quizá, porque Kenny no merecía sufrir de esa forma.

El príncipe perdido [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora