*Dos días después*
—¿De qué debí haberme enterado por ti y no por Kyle?
Stan suspiró, metiendo sus cosas nuevamente en la mochila, escuchando los reproches de Kenny en el marco de la puerta.
—De que me voy hoy mismo — Respondió guardando las cosas de Sparky.
—Wow...¿Por qué?
—Esto no es lo mío, Ken — Explicó —Ser el “rey” de una tierra que apenas conozco, es... Muy fantasioso.
Kenny asimiló.
—No es que sea de fantasía, no puedes con el paquete. Te da miedo gobernar.
Sí, ¿Y?
—No, no es eso — Frunció las cejas —¡Es demasiado! Sigo creyendo que esto exista.
—¿Apenas? Cuando éramos niños, hablabas de esto. De Kyle, de Forlán, de las bayas de volcán...Y ahora que estás aquí, como el legítimo rey, ¡Te echas para atrás! Si no es cobardía, no sé.
Stan rodó los ojos, volviendo a su misión.
—¿Y? Me salvaste porque te proclamaste rey, sin ti... ¡Eric podría volver y matarme!
—Ese gordo no volverá — Cerró furioso su mochila —Hablé con el anciano, él aceptó mi marcha
Kenny esperó.
—Y me permitió irme, en mi lugar, vendrá Shelly.
—¿Shelly?
Stan se colocó la mochila en la espalda, con la correa de Sparky en la mano.
—Es mi hermana, es la mayor — Explicó —Es, obviamente, la más capacitada de la familia para hacerse cargo de este papel.
Kenny se cruzó de brazos, agitando la cabeza por la idea de tener a Shelly Marsh liderando el país más poderoso de Forlán.
—No, no, no, no — Kenny lo siguió por la puerta —No puede Shelly. Debes ser tú.
—¡¿Por qué tanta insistencia?! — Comenzó a silbar para llamar a su mascota —¡Yo no pertenezco aquí!
—Pero... Stan.
—Lo siento, Ken.
—Pero, pero... — Suspiró —¿Si estás consciente que no es tan fácil?
Stan lo pensaba, llevaba haciéndolo desde que habló con el anciano.
“—Por favor, debe entender y respetar mi decisión.
El anciano colocó las manos en la mesa, aceptando el camino que el joven Stanley proclamó.
—Que sea lo que ha dicho. Puedes irte.
Stan celebró, pero antes de levantarse, el hombre volvió a hablar
—Le haremos saber de su decisión a la joven Shelly, pero, cambio de algo sin importancia.
Stan no comprendió.
—Todo aquello perteneciente a esta tierra, sea borrado de la tuya.
—¿A qué se refiere con eso?
—Todos tus amigos deberán quedarse aquí. No podemos permitir que las dos tierras se mezclen de nuevo. Vivimos mil quinientos años de injusticia por ello. Puede volver a casa, pero ellos se quedarán.”
Kenny, Wendy, Tweek... Kyle.
—¿Vas a dejar ir años de amistad así como así?
Podía apelar por la compañía de uno, quizás la de Kenny.
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El príncipe perdido [Style]
De TodoEn algún momento de la historia, un mundo conoció a otro y, maravillados por su cultura, la hicieron su hogar.