capitulo 4

21.5K 1.1K 33
                                    

canción de titanium de David Guetta ft Sia.

Me levanto dando un pequeño salto y me pongo a caminar por la habitación intentando aclarar mis sentimientos, es decir, por alguna extraña razón tengo ganas de correr, de huir hasta no poder mas, de escapar y convertirme en un lobo para siempre, pero otra parte de mi indica que me quede, que no huya y eso es lo que no entiendo ¿Por qué no lo haría?

Tomo ropa, unos pantalones deportivos, una blusa rosa y me meto a la ducha, mientras el recuerdo de Nicolás brota por mi mente, invadiéndola por completo.

Flash back.

Tomaba la toalla y la envolvía en mi cuerpo aún algo mojado por la ducha, fui a mi habitación no sin antes haber cerrado la puerta del baño con cuidado, sentí la presencia de alguien a mi alrededor y al darme cuenta que no estoy sola veo a Nicolás, quien está recostado en mi cama, mirándome con ese cabello sedoso suave, rubio y revuelto, esos hermosos ojos café que parecen dos esferas brillantes que despliegan una ligera luz y con esa sonrisa que provoca que toda chica suspire.

- Hola – Dijo mirándome de arriba a abajo, sonreí y tomé mi ropa, cuando siento sus grandes manos tomarme por la cintura volteo y nuestras caras están demasiado cerca, al modo de sentir su calor emanar.

- Nicolás, ¿Quién iba a decir que ahora eres mi novio? – Dije con la respiración un poco entrecortada y las palpitaciones de mi corazón algo más aceleradas que de costumbre, pongo mis manos alrededor de su cuello mientras él me mira fijamente a los ojos, luego a mis labios.

- Si, solo tuyo, al igual que tu – Pasó sus labios por mi cuello y lo mordió un poco - Solo mía.

Fin del flashback.

Me visto en el baño terminando de recordar ese pequeño momento de felicidad a su lado, cuando termino de ponerme la ropa me peino de una coleta alta y en ese momento la tristeza me invade una lágrima solitaria resbala por mi mejilla y siento como mi corazón late un poco más lento  y esa sensación del nudo en la garganta también aparece al momento de recordar que no sólo era mío, de que me traicionó no sólo una vez, si no más de 3 veces, al creer que me amaba y después de todo fue sólo creer y convencerme a mí de que todo lo que me decía era verdad.

Salgo de la casa a las siete de la mañana y me pongo a hacer calentamiento antes de correr un rato por el territorio, y luego por el bosque. Se me quedó entrenar a esta hora ya que mi padre nos enseñó a entrenar desde temprano y él siempre reprendía a Steven porque era el más lento de todos nosotros y siempre llegaba 20 minutos tarde porque se quedaba dormido así que lo ponía a correr y a entrenar una hora más. Sonrío al recordar como mis hermanos  y yo nos divertíamos aunque mi padre no nos permitiera jugar mi padre si lo permitía, ella solía abogar por nosotros y decía que no importaba porque divertirse y dejar las responsabilidades de lado de vez en cuando no afectaba a nadie.

Corro bastantes kilómetros con el límite de velocidad que mi padre siempre imponía, él decía que si corría con todas mis fuerzas me cansaría más rápido y peor, iba a parecer asustada y un alfa jamás debe parecerlo ya que un alfa es la fortaleza de la manada y si la fortaleza se muestra con miedo o débil la manada caerá ya que pensarán que no tienen oportunidad. Mi padre me ponía a esquivar varios objetos mientras corría para así estimular mi agilidad, recuerdo cuando una de sus pelotas pesadas me dio en el ojo cuando se la había lanzado a Bryan pero él la esquivó con facilidad. Suspiro y me doy cuenta de que en este momento no estoy bajo sus reglas ni las regla de nadie así que paro.

- Hoy no – Susurro para mí misma.

Me pongo en posición de ataque y escucho cada sonido así como las aves vuelan y cantan, mi respiración agitada y mi corazón acelerado por el ejercicio, siento el viento golpearme la cara y revolver sutilmente mi cabello mientras hace danzar las hojas de los árboles. Cierro los ojos disfrutando más de los sonidos y olores a tierra mojada, a pino, y sobre todo a naturaleza, la punta de mis dedos tocan la fina y húmeda tierra y provoca una cierta paz en mí, además de que me reconforta y me hace sentir de alguna manera libre.

Alfa y BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora