Mariposa Azul

Nuevo rumbo

La gran oportunidad de la cuál hubiera sido un gran paso a mí venganza había concluido en ese instante al menos por un tiempo. Debía proseguir aún, me esperaban ya dos personas a las que no les podía fallar por el aprecio que les tenía. Conducir hasta casa y empezar a guardar mis cosas para irnos de acá y como todo, abandonar lo que no era aún cuándo formaba gran parte de algo. La situación que merecía mi pensamiento y nuevas acciones eran consideradas erróneas para quién había sido mi mentor pero ahora era el momento justo para cambiar eso, se dice que siempre el estudiante supera al maestro y esta era la gran ocasión. Había cambiado todo desde ese maldito día que decidí ver mi vida desde otro ángulo y sucedieron tantos acontecimientos que nunca espere pero la vida siempre llega con sorpresas, uno cambia, el sufrimiento te ayuda a cambiar y a muchas veces darnos a entender cuándo debemos tomar algo por nuestras propias manos y no esperar a que alguien resuelva todo por uno. Me impulsa la ira y mi sed de venganza contra esas perras que jugaron conmigo de esa manera y no, no lo iba a superar y ahora este niño quiere seguir mis pasos y claro que lo haré, seré su familia y él la mía, quiere ser fuerte y lo haré cambiar mucho más de lo que ha vivido hasta ahora; este mundo de mierda con gente de mierda nos hará ser mejores a base de eliminar a quienes nos hicieron morir una vez para reencarnar en algo más, como un humano que dejó de serlo por abandonar su propia humanidad pero de igual forma, aún se mantienen los sentimientos.
Estoy furioso por no conseguir darle a ningúna llanta para poderle seguir por ahí hasta pedirle algo más que explicaciones, claro que debe sufrir lo mismo que yo, y ahora que sabe que estoy con vida luchará por evitarme a toda costa, ahora con más precaución que antes pero a ser verdad eso no me molesta, a este punto solo hará todo mucho más divertido.
Tomé mi teléfono y le marqué a Marie, mientras Rogerd se quedó completamente tranquilo, sin reacción, parecía muerto.
- ¡Marie contesta...!
- ¿Hola.? ¿Pasa algo?
- Claro que pasa algo, la ví.
- ¿A quien viste?
- A la perra de Agnes, ven a casa ahora, apresuraremos todo, y tengo que contarte algo más. Solo apúrate.
Colgué el teléfono y aún estaba alterado, golpee mis puños contra el volante y estaba cada vez más furioso y necesitaba desahogarme, gracias a Dios conocía el lugar perfecto para está gran ocasión. El famoso bar que cambió todo, Mariposa Azul. Encendi el auto y puse marcha, no está tán largo en auto y Marie tomaría un poco de tiempo en llegar a casa, aún tengo tiempo para un trago y comer algo con el niño. En la vida nos damos cuenta de tanto y cuanto puedes llegar a hacer para cumplir con algo que deseas, la diferencia de muchos conmigo es que yo, me esfuerzo y no me rindo aún cuándo creo que todo está perdido.
Rogerd quién iba ido en la vista que obtenía de la ventana volteó a verme y con una voz suave e intranquila en parte me dijo: - Tienes cara de loco.
Esas palabras me hicieron volver a verle de manera con una sonrisa como si me hubiera dado una especie de cumplido y para mí lo era, siendo una obra de arte ante el mundo tratando de cambiarlo todo a base de sangre era bastante agradable para mís oídos.
- Rogerd, ponle atención a está frase y por favor espero que nunca la olvides. Cada quién tiene un poco de locura pero yo, ya perdí la cuenta. Así que imagínate con quién estás tratando ahora, lo poco de humanidad que reflejo es el hambre y sed y no solamente me estoy refieriendo a lo físico para que me entiendas, soy u  hombre que, a preferido otros caminos de la vida por circunstancias que uno nunca espera. -
Él solo se volteó y siguió mirando por la ventana, ya casí llegábamos y muero de hambre, después de este día posiblemente pase un rato para que vuelva de nuevo a ese horrible bar. Si acaso valía la pena la atención de la mesera sexy que había allí. Espera un momento, ahí estaba Richard, quién me había comentado sobre todo esto antes de que sucediera y todo este tiempo solo he evitado ese lugar sin darme cuenta que allí podrían estar las respuestas a lo que busco. Hoy es un gran día para poder, llenarme.
En poco tiempo llegamos, le dije a Rogerd que se quedará en el auto por mientras estaba allí, era momento de la verdad y sobre porque decidió protegerme y sí ahora podría ayudarme a encontrar lo que tanto buscaba. Y allí estaba, enfrente de ese maldito lugar otra vez, tán solo recordar todo me causa repugnancia pero de igual forma solo hay un camino hacía la verdad y mi vida, la que me arrebataron de las manos. Todo lucía igual en su fachada, caminé lentamente mientras observaba alrededor con una sonrisa de oreja a oreja, mis ojos se abrían más por tal felicidad que nadie comparaba ni con la de los mismos dioses y ahora me encontraba aquí. Y aquí vamos, en hora de volver a vernos Alice y Richard.