Me desangro, ayúdame a vivir

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Rogerd

Siempre en silencio y aún no comprendo como es que sigo viviendo en este mundo tán macabro dónde no he podido encontrar la felicidad, al parecer mi mayor pecado había sido nacer y sin la necesidad de que me lo dijeran moría y no comprendía en como seguía en pie, estába cansado de esta vida dónde nisiquiera mis padres me querían y solo era víctima de sus abusos y agresiones y aún así solo consigo estar encerrado en esa burbuja del pasado que tanto deseaba borrar. Mi vida desde que tengo recuerdos solo puedo recordar cada golpe, y sumado a gritos: - ¡TAYLER.! ¡TAYLER HAZ ESTO! ¡VOY A MATARTE BASTARDO!
Solo era un cerdo de mierda que se revolcaba en su propia porquería. Nunca era suficiente y aún así todo era resolvido a medias por golpes, quemaduras y torturas, días en los que pasaba sin comer. Una madre que solo vestía como prostituta y cogía drogada con su pareja como desquiciada sexual. No era un gran ejemplo y tenía que escucharle gemir como gata en celo, me daba asco y solo aumentaba mi ira y la impotencia de no poder resolver ni huir. Solía llorar por las noches para desahogarme un poco mientras que de día mostraba mi lado fuerte con la mirada de lo que se podía llamar asesino, nunca había matado a nadie pero, no dudaría en hacerlo si se llegara a presentar la oportunidad la tomaría. Los días eran oscuros. Una vez unos hombres entraron a la casa tumbando la puerta y me hicieron transladado fuera de ese lugar, mientras gritaban y apresaban a los que me hicieron tanto daño. Un hombre apareció, bien vestido y me llevó hasta otro lugar, una casa dónde habían muchos niños pero, yo no hablaba con ellos, era diferente y era notorio, ellos mismos se alejaban de mí. Me envieron a una escuela, dónde los demás me temían por mi aspecto y cicatrices, viejaba en autobús hasta que una vez un hombre llegó matando al chófer y secuestrando el autobús con varios compañeros dentro. Su mirada, era como la mía pero mucho más profunda y densa. Si este era el momento iba a tornarse diferente, era la oportunidad que necesitaba. Cuándo se detuvo y empezó matar me acerqué hasta él sin que se percatara, confío en mí y realicé lo que deseaba, era emocionante pero trágico de que un niño tomara esta vida pero, tampoco podía juzgar quién era sí nací torturado.
No he vivido mucho con él, pero ha demostrado más interés del que otras personas que han aparecido en mí vida. Me asustaba el hecho de que este tomando un riesgo tán grande pero me emocionaba poder sonreírle y que me correspondieran la sonrisa. En la vida suelen suceder tantos sucesos inesperados, tantos que nos pueden llegar a sorprendernos y ahora solo está en mí en aprovecharlo y empezar a marcar mí vida desde ahora y sanaras heridas que hacen que me desangre por dentro.

Logan

Rogerd nos miraba, con una pequeña sonrisa y sus ojos vidriosos. Me acerqué a él y le di un abrazo.
- No sé cuánto has sufrido, pero por como nos conocimos es suficiente para saber con todo el dolor que cargas.
No pude terminar de hablar, me correspondió el abrazo fuertemente y empezó a llorar. Esto es lo que necesitaba, desahogarse un poco de todo lo trágico que le ha sucedido, necesita mucha atención y yo se la daré, no tiene sentido de que un niño viva en ese estado para siempre. Supongo que ahora podra jugar por aquí mientras Marie se atiende de él cuándo no estoy. Ambos me estarán esperando cada vez que me vaya, muchas más razones para preocuparme más por mí vida con respecto a lo que haga allá fuera.


Mariposa AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora