Gran dia

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La mañana era hermosa y el dia parecia ser diferente al resto de los que había tenido, podía describirse como esos cuentos para niños donde hace un hermoso sol y cielo despejado con unas cuantas nubes y yo allí como el protagonista, no tan inocente, claro. Me levanté demasiado dispuesto, el aire que se mecía por la casa tenía una tonada melódica con la madera y ese olor tan particular a ella me conmovía y aquí solo había lugar para tener una sonrisa, y en mi mente solo podía convencerme en lo que estaba ocurriendo. Marie aun estaba dormida y tenia rato de no pasar tiempo con ella y Richard. Baje y no había nadie, la cocina estaba solo y ordenada, tenía mucho tiempo de no cocinarle a alguien así que tome los ingredientes principales para hacer crepas. Rebuscaba entre la alacena y cajones para preparar todo. 

La casa estaba siendo manipulada por una esencia diferente, era otra persona quien se encontraba ahí, respiraba y actuaba diferente a lo de costumbre y no solo la casa se veía afectada por ta hecho de la naturaleza. El propio bailoteo de cómo estaba actuando le hacía parecer una flor en primavera dejándose llevar por el viento, casi con un ritmo tan musical y propio de él. El silencio aunque era predominante no rebasaba su propia respiración y pasos entre la madera, que le acompañaban el dulce aroma del azúcar en la mezcla. Su pelo parecía una cortina ligera que se movía a todos lados con el mas mínimo movimiento. Ya estaba casi listo para afrontar lo que venía, y aun como un niño seguía siendo tan inocente como el resto de lo que le acompañaba. Alguien que había vivido tanto entre el sufrimiento ¿Como era capaz de demostrar tanta alegría? Quizá solo daba lo que él quería recibir y percibir del mundo oscuro del cual estaba acostumbrado a vivir. 

Pronto su soledad se volvió interrumpida por Richard, quien le miraba fijamente a lo que hacía y se le acercó lentamente hasta estar lo suficientemente cerca de él y darle un abrazo.

- ¡Buenos dias Richard! ¿Descansaste bien? - Le pregunté mientras le servia las crepas recien hechas.

- ¡Sí hermano! - Dijo con gran energía aunque duró poca, cambiando su rostro a uno mas triste. - ¿Volveras a irte?

Me acerque y le abrace. - No lo sé y me gustaría también tener esa respuesta.-

- Solo disfrutemos tu estancia aquí. - Dijo Marie en cuanto entraba a la cocina sonriente. - Vaya ¿Has hecho esto tú solo? No sabía que tenías dotes culinarios además de los que mostraste ayer. - Dijo en tono de burla.

- Bueno será mejor que los pruebes. - Repliqué. 

La mañana transcurrió de manera tranquila, con lo que parecía ser una familia feliz después de un gran desenlace de hechos, y así parecía pasar todo el resto del dia, jugando entre ellos y jugueteando en el bosque, y todos parecían niños donde no les importaba el mundo sino lo que sucediera en ese momento e inspira a vivir solamente y de esa manera todo lucia de manera deslumbrante para ellos. Los humanos se habían vuelto a su verdadera naturaleza frágil y feliz en un bosque tan apartado que nadie sabia que ahi hubiera vida mas allá de la muerte y la devastación e un caos cargado de destrucción pero no era el momento para eso. Como todos en nuestra vida deseamos que muchos de estos momentos sean eternos y vivir para siempre en ellos pero sino, no seria vida y le quita todo lo emocionante a lo que la verdad es y será.

Mariposa AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora