La noche anterior no había podido dormir muy bien y más por las pocas horas de sueño que logre conciliar, eran tantas dudas y tantas emociones juntos que no sabía que pensar. Miraba hacía el techo esperando solamente de que se escuchará la alarma para poder concluir con está tormenta que abarcama mi mente. Cada segundo se mostraba como una bala atravesandome y el latido de mi corazón retumbaba por las paredes causando un eco insaciable entre la monotonía anímica entre mi alma y mi cuerpo.
Me siento sobre la cama y tomo mi teléfono, aún marcaban las cuatro de la mañana; lo miro de manera despectiva y cansada desbloqueandole para desactivar la alarma, no iba a dormir más y no podía, además, no quería. Colocando mis pies sobre el suelo y poniéndome de pie, caminé hacía la puerta para encender la luz. Tengo que poner mi mente a trabajar en algo antes de perderme a mí mismo hoy en lo que iba a ser la sangre. Miro debajo de mi cama la caja que poseía las armas y para hacer mi último trabajo, camino hacía ella y agachandome para sacarla de ella la culpable de muertes anteriores.
La puerta de mi habitación se abre y volteo, Raúl se encontraba allí mirandome fijamente e inexpresivo, causando un pequeño aire de tensedad, pero en vez de causarme nervios solo conseguía agrandar mi ira en mi interior.
- ¿Preparandote? Dijo de manera seca
Me quedé en silencio mientras sostenía el arma en mis manos.
- ¿No dirás nada Logan?
- Ya sabes lo que pienso aún sobre esto, y de lo que me opongo. Y no solo yo, pero aún así cumplimos tus órdenes como perros sumisos.
Mi mirada se había vuelto amenazante y él, simplemente agachaba la cabeza.
- Ya hemos hablado sobre esto, de igual forma nos vemos ahora. - Dijo mientras daba media vuelta y se iba cerrando la puerta de la habitación. Nunca ha sido fácil desde que empezó con todo esto, siempre causando daño, siempre observando todo desde otra perspectiva aún cuando era yo el causante de todo, no era mi único camino pero aún así decidí tomarlo cada vez que tomaba una vida. Esa sensación de extrema angustia al ver la cara reflejada de alguién que aún quería seguir viviendo, manteniendo un poco de esperanza con que no sucediera lo que para mí era lo inevitable.
Mis manos tiemblan ahora y luchó por ser fuerte al momento de jalar el gatillo.
De pronto observo como la pantalla de mi teléfono empieza a alumbrar.
- ¿Una llamada? - Miro más detenidamente ¿Marie? - Lo tomo rápidamente y le contesto con cierta duda.
- ¿Logan? ¿Estas bien?
- Mmm sí ¿Porque lo preguntas?
- Te conozco lo suficiente para saber en lo que piensas, ya voy en camino. Marco y Deniel llegaran pronto. Ve a afuera, pasaran por tí.
La llamada terminó y solo pude quedarme en silencio, hoy volvería a ser quién odio y me tengo miedo a mí mismo por como es una parte de mí. Tomé la pistola y la guarde entre mi espalda y el pantalón. Me puse de pie y miré todo con mirada de desprecio, pronto me largaria del lugar del cual me llena de sufrimiento. Salí a la calle, la cual la poca luz de los faros que alumbran la calle oscura y solitaria en el alba, de la cuál y casí de acercaba el recta final. Una camioneta se parqueaba frente mío y yo, solo me dispuse a entrar en silencio.
Deniel quién iba de conductor se voltea y me pregunta sobre Marie, por lo que le respondo que ya viene en camino. Marco se mantiene escéptico, mirando al frente mientras fumaba un cigarrillo.
No pasó mucho tiempo cuándo la figura de Marie apareció y abriendo la puerta de la camioneta entraba se acomodaba.
Marco interrumpió el silencio con su grave voz
- Ya saben que hacer, nada puede salir mal hoy, es mucho dinero lo que ganaremos y nos vamos todos al carajo.
Deniel, Marie y yo acentimos con la cabeza. Marie se acerca a la parte trasera y saca unas máscaras entregandonas uno a cada uno por sí las dudas de que algo saliese mal no nos reconocieran tán fácilmente. Deniel toma las llaves y enciende la camioneta mientras arranca. Les dirijo la palabras diciéndoles:
- Iremos trás un autobús escolar, le secuestramos y huyo con él, nos vemos en el almacén. Allí ustedes se encargan del resto, el comprador llegará aquí está misma tarde. No dejen rastros.
Nos dirigimos hacía la calle 9 de Dalia, a esperar a que pasará el autobús. Una sensación de vacío invadía mi cuerpo y el tiempo pasaba de manera encubierta tán transparente que no notaba cuánto tiempo había pasado allí esperando. Marco le hace una señal a Deniel y este acelera la caminota enfrente del autobús que se acercaba.
- Vamos Logan has lo tuyo.- Me dijo Marco.
Salí de la camioneta con la máscara y sacando la pistola detrás apunte a la cabeza del conductor y con un disparo en seco le quité la vida sin pensarlo. Los gritos de los niños dentro no se hicieron esperar, me acerque a la puerta del conductor y abrí la puerta. Corrí el cuerpo del hombre y le tiré a un lado del autobús. Deniel aceleró la camioneta y se marchó chillando llantas mientras yo tomaba el tramo del destino de estos niños. Arranqué el autobus para llevarlo hacía el almacén.
Los niños lloraban y gritaban del terror, nunca había hecho tal vil error en mi vida como lo haría pronto. Entendí la radio por si alguna noticia de lo que estaba aconteciendo.
Miré por el espejo para contar los niños que iban dentro, y pude contar apenas 15, los suficientes para el contrato. Pero había algo diferente, un niño del cuál no dejaba de mirarme, de manera seria y sin miedo, en silencio como sí lo que sucediera le diera igual. Era extraño.
No pasó mucho tiempo cuándo ya se hacía el primer aviso sobre un autobús secuestrado con varios niños por padres preocupados por sus hijos. Pero ya era tarde, ya habíamos llegado hacía nuestro destino.
Parqueo el autobús dentro del almacén y les grito a los niños:
- ¡Ustedes serán mi regalo y a partir de ahora, que inicie la fiesta.!
Los chicos gritaron con más fuerza y angustia mientras las balas que disparaba le atravesaban en cráneo dejándoles sin vida en los asientos en los que venían. Corriendo sangre por el pasillo.
- ¡Uno, dos, tres y cuatro! ¡Vamos, todos irían a conocer la muerte en algún momento.!
Me ví interrumpido en mi discurso hasta que ese niño, se puso de pie y se dirigió hacía mí colocándose de mi lado y serio y con una voz tambaleante se refirió hacía mí con una frase que lo cambiaría todo.
- Yo también quiero matar, como tú.
Mi sangre se helo en ese instante, dejándome en shock sobre lo que me había dicho. Este niño ¿Quiere matar?
- Déjame matar al resto, por favor. - Suplicó.
Mi mente y cuerpo no reaccionaron y solo me dejé llevar, le di el arma al niño y este sin pensarlo dos veces les disparó a sus compañeros y cuándo terminó el trabajo me dijo: - Quiero ser, como tú.
La masacre de la cuál un niño colaboró con un extraño para tal enferma acción. ¿Que tanto vivió para hacer hecho esto? Me causó impresión y emoción, él era una máquina de matar sin sentimientos ni emociones. Él, será quién me vaya a ayudar a buscar a Jade.
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Mariposa Azul
ActionEl mundo está lleno de errores, yo soy uno de ellos, gracias a esto logré acomplarme a los cambios una y otra vez sin importar las circunstancias; en mi mente solo existe el caos, la conmoción y aún dentro de todo esto un poco de sentimientos reales...