Nothing can save you. [haikyuu] [Mafia Au]

Capítulo 52: Decide

Wakatoshi bajo del jet y rápidamente se dirigió al todo terreno que lo esperaba, el viaje duro al menos otros veinte minutos para llegar a su destino; cuando llego a la pequeña casita entró sin llamar, la pequeña anciana que estaba en la cocina solo lo dejo pasar mientras le ofrecía una reverencia.

-¿Cómo sigues Shouyo?

-Pues creo que igual, al menos ya estoy despierto -respondió.

-Hubo un ataque hace dos semanas a uno de los barcos que traían suministros armamentistas a los rusos, fue un duro golpe -le dice Wakatoshi mientras la tristeza se reflejaba en su rostro.

-¿A quién perdiste?

-Shirabu y Leon, dieron su vida por mi.

-Ahora debes de vivir bien por ellos -menciona Hinata- ahora dime que haces aquí, ¿no solo es una visita social o sí?

-Tienes que venir conmigo, estas sanando rápidamente pero nadie más debe de saberlo, ni siquiera tu pequeño amigo rubio, hemos decidido dar un ataque sorpresa a Oikawa y sus aliados, pero solo lo sabemos Sugawara, Akaashi, Bokuto y yo, los demás siguen con el plan que ya se había acordado.

-Tenemos que acabar con todo ya, ya estoy harto de tantas muertes innecesarias -dice Hinata.

-Eso debiste pensarlo antes de entrar a este mundo.

-Lo sé, pero hay que ponerle fin a todo -dice Hinata mientras se levanta lentamente- Wakatoshi comienza a ayudarlo a vestirse y le da un abrigo que le va a servir para el frío.

-Tu amigo Kenma tiene buenas conexiones pero no tan buenas como las mías, debes agradecerle por cuidarte tanto.

-Sí, eso pienso hacer.

Al salir de la pequeña casa, Hinata observa el paisaje y le gusta, la nieve cubre todo lo que hay a la vista y para él es hermoso; observa cajas en el pórtico de la casa y a Ushijima dándole un pequeño sobre a la anciana, los vecinos lo observan y muchos niños van a despedirse, Hinata solo les sonríe y comienza a caminar hacia el todo terreno.

El viaje es ajetreado y el dolor es algo que el pequeño hombre debe aguantar; cuando llegan al jet, Wakatoshi lo toma en brazos y lo sube al notar que el dolor no lo deja avanzar más.

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Oikawa estaba sumamente estresado, los rusos ya no tenían comunicación con sus bases y obtener las drogas que éstos consumían era cada vez más difícil, el Pakhán estaba sumamente estresado debido a la abstinencia y él lo pagaba. Nunca se había puesto a pensar lo que sufrían sus amantes al estar con él y ahora lo entendía, el dolor era monstruoso y no podía evitarlo, ya no era el líder de ningún grupo, él solo había entregado su territorio a los rusos y ahí estaban las consecuencias.

-¿Cómo va tu cuerpo? -pregunta el líder ruso.

-Obviamente mal, no fuiste nada amable conmigo -le dice Oikawa mientras se sienta en la cama- entiendo que estés en abstinencia pero no me trates tan mal.