XII

28 5 0
                                    

(Actualizado)


Seguía insistiendo mi instinto animal, la sensación de querer arrancar mi piel mi torturaba, mis músculos permanecían tensos, ejercía tanta fuerza en mi mandíbula, al sentir dolor en mis encías por el intento de mover de sitio mis dientes— grite de dolor, me negaba ceder ante aquel instinto que solo provocaría problemas—algo de mi comida había provocado esto, esto no era normal.

—Señor— voltee rápido a la puerta, viendo la silueta de uno de mis ayudantes.

De solo verlo y escucharlo, deseaba hacerle daño, e incluso había gruñido después saber su presencia como respuesta ante sus palabras, podía ver como movía sus labios, como si estuviera hablando, no escuchaba ni entendía.

—Date prisa— demando, por el pasillo fuera de la habitación se escuchaban pasos apresurados—dámela ahora.

Ahí estaba el, apuntándome con el arma sin titubear, se adentró con cuidado sin hacer un movimiento que me hiciera atacarlo, después de él llegaron más, imitando su acción para terminar acorralándome en el interior de mi cuarto.

—Estas fuera de control— informó otro de los integrantes—solo pídalo, y nos encargaremos de contenerlo.

—Reíd, no estas utilizando las palabras correctas— musito bajo, el permanecía bloqueando la salida.

El color de sus ojos era de un color amarillento cercas del dorado, podía distinguir sus deseos de ser un buen líder en este momento.

—No me digas que hacer, Leith— reclamo Reíd—todos estamos asustados de lo que pueda hacer en este momento el líder.

—Es mejor que guardéis la calma vosotros— su voz era la más calmada.

Mantuve mí vista sobre él, a decir verdad, era el más adecuado de actuar en este tipo de momentos, su mira era firme, no mostraba miedo al apuntarme con el arma, Zar estaba a unos cuantos metros de mí, era el único albino entre nosotros, tenía mucho potencial para dirigir a un grupo de nuestros hombres.

—Señor— se dirigió a mí— ¿me autoriza tomar el control del asunto?

El asentimiento fue rígido, no debí asentirme amenazado, pero lo estaba, cerré mis ojos al sentir el dolor atravesarme en todo el cuerpo, gruñí molesto por que estaba perdiendo el control.

—Rodéenlo por completo— dio la orden Zar— Leith, toma el puesto de Reíd, asegúrate de bloquear bien la entrada y evitar que los demás se acerquen al escuchar ruido, debemos mantenerlos protegidos de cualquier posible ataque.

Su postura era firme, y estaba dispuesto a que todo se cumpliera al pie de la letra, mi pecho se presionaba al contener los gruñidos, quería intentar lograr salir de esto, sé que mi nana no había hecho a propósito, jamás pondría en peligro la seguridad de los demás porque lo había demostrado en muchas de las ocasiones.

—Reíd, revisa la comida de nuestro líder— dio otra orden.

—Pero...

—Obedéceme— fue firme ante sus palabras—creo que algo contiene esa maldita carne, hemos presenciado este comportamiento de los demás cuando consumen carne— confeso, haciéndome pensar en sus palabras—tengo la sospecha de que han introducido algún fármaco a todo tipo de carne, saben perfectamente que nosotros solemos comer eso con más frecuencia, así que si introducen algún fármaco que tenga esta reacción, les será más fácil localizarnos.

Al escuchar sus palabras, me hice analizar la información, era cierto, habíamos tenido problemas con unos cuantos residentes que permanecían con nosotros después de sus respectivos rescates del edificio de contención, caí de rodillas al final, no podía seguir resistiendo, recargue el peso de mi cuerpo en mis brazos al ponerlas en el suelo, deje salir un grito de dolor.

—Dispara— le exigí.

Lo cual obedecieron, cinco disparos fueron los que se escucharon, los dardos, el contenido de este, empezó a instalarse en mi sistema con rapidez, haciendo que el efecto fuera rápido he eficaz.

—La carne tiene otro aspecto en su interior además su textura— informo Reíd.

—Lo sabía, no era coincidencia que cada vez que alguien de nuestros residentes consumiera carne se pusiera en este estado— menciono frío—Nash y Ales, tomen toda la carne y llevarla a la sala de investigación, Leith tu impide que alguien más coma carne, si es necesario revisar las habitaciones, hazlo— surgiría con rapidez—muévanse, Reíd y yo, nos encargaremos de la seguridad del líder.

Habían hecho un buen trabajo, habían utilizado dos antídotos y tres sedantes, debido a que tardaría en hacer efecto, así que era mejor mantenerme dormido un par de minutos o horas hasta que fuera capaz de estar consciente y no actuar salvaje.

—Ayúdame a llevarlo a su cama— atrajo la atención de su amigo—necesita descansar.


Gracias por leer.

El guardián de la noche, la historia del monarca. [PAUSADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora