XXV

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—Veamos la calidad de la mercancía.

Y en un último intento, grite tan fuerte como pude, mientras sentía como ese horrible hombre rompía mi blusa desde la parte de mi espalda, dejando al descubierto mi piel, para terminar sintiendo su mano moverse por todo ese lugar, hasta que sentía como se detenía en el broche de mi sujetador.

Deseaba que esto fuera un sueño, donde debía despertar lo más pronto posible, por lo mal que estaba pasando este momento, llore tan fuerte con la intención de que se alegara de mi al igual se aburriera dejándome sola aquí.

—Ahg, eres un maldito dolor de cabeza— expreso molesto.

Al dejar sentir su peso, sentí un gran alivio, pensando que por fin si iría, pero solo un deseo mío que no se cumpliría, debido a que sentí como colocaba un trapo en mi nariz y boca húmedo, lo sujetaba tan fuerte impidiendo que me moviera.

—A ver si así me dejas de molestar con tu llanto desesperante y tus gritos estúpidos, que no entendéis que nadie os escucha desde aquí.

Ya no podía, me sentía demasiado débil, mis ojos se empezaban a cerrar aun por más que no lo quisiera, estos seguían intentando cerrarse, mis esperanzas se habían rompido por completo.

***

Estaba tan furioso, estos bastardos se había atrevido a aparecer, creyendo que tendrían la oportunidad de llevarse a todas la mujeres que vieran correr por ese parque, sobre mi cadáver les permitiría llevarse alguna de ellas, ya era suficiente aguantar su comportamiento estúpido.

—Enemigos haciéndose presente, por la calle principal— avise por el micrófono que llevaba en el collar del cuello—tome posición para disparar a discreción.

Estaba en la azotea en uno de los edificios, tenía tanta suerte de que me hubieran informado de que estaba este evento para los humanos, tenía mucho sin ver a estos reunirse con tanta euforia.

—Posiciones tomadas señor— respondieron—estamos listo para recibir la señal.

La notificación de uno dejaba la posición de los demás, tome los binoculares para mirar más de cercas, de cuantos bastardos estábamos tratando y cuáles serían las posiciones que tomarían.

Acomode el micrófono de mi oído para escuchar a los demás integrantes de las posibles tácticas que usarían los que estarían en el combate de cuerpo a cuerpo.

—Flanquearemos el lado derecho, están desprotegidos y no tienen posición segura para resguardarse en nuestro ataque sorpresa.

—Tomaremos la posición del área oeste, desde el centro del parque, nos seria de utilidad para identificar a los hombres que se lleguen a infiltrar de manera solitaria.

Eso último había llamado completa mi atención, era seguro que de manera individual estos se adentraran para capturar a las mujeres que corrieran asustadas de manera solitaria y desprotegidas al igual.

Eso era lo más vulnerable que podían estar, y era lo más desagradable, a ellas no las culpaba, ni les tenia rencor, ya que muchas de ellas estaban emparejadas con los de mi pueblo, y eso era una adoración, porque brindaba felicidad para muchos después de ver sufrido un infierno en los campos de experimentación.

Al verlos llegar y empezar a disparar sin piedad a los hombres, asesinándolos sin remordimiento, di la señal, mi sangre hervía por los inocentes sacrificados, como si sus vidas no valieran en lo más mínimo, de solo pensar de que muchos no volverían con su familia y dejando un dolor, provocaba en mi interior el origende la destrucción.

El guardián de la noche, la historia del monarca. [PAUSADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora