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Abrí mis ojos encontrándome con su mirada, con la oscuridad apenas y podía distinguirlo pero sabía que era él.

—Te tengo— dijo en un murmuro.

Cuando tome una postura mejor, tuvo la delicadeza para abrazarme, se agacho algo para poder estar a mi altura, mientras ocultaba su rostro en mi cuello, sintiendo como su nariz se movía cuando olfateaba. Me sentía muy extraña en esta posición, pero lentamente le correspondía al llevar mis brazos por debajo de los suyo para poder sobar un poco su espalda mientras estábamos en esa posición.

—Estaba muy preocupado por ti— expresó lentamente sin alejarse—temí que no volverías a despertar, sentí que te perdía de nuevo— su voz se quebró con la última frase—por favor, no te vayas de mi lado.

Sin mucho esfuerzo me levanto, sintiendo como mis pies quedaban en el aire, mientras su rostro seguía oculto, en este momento, me sentí muy incómoda, solo estuvimos así por un momento hasta que finalmente me dejó en el suelo, sus brazos me soltaron para llevar sus manos a mi rostro, sentí su aliento tocar mi rostro, hasta que sentí como su nariz acariciaba la mía con afecto, mi corazón no tardó en latir frenéticamente, provocando sentirme muy nerviosa.

—Es una tortura no tenerte a mi lado todo este tiempo, perdóname por verte abandonado, lo lamento tanto— sonaba atormentado—perdóname— suplico en un hilo de voz.

—Está bien, Kilian, no hay nada que perdonar.

— ¡No! —Alejo su rostro repentino, mostrándose arrepentido y exaltado a la vez—perdóname, perdóname— suplicó, apunto de llorar.

Llego a preocuparme el tono de voz que usaba, nunca lo había visto tan desesperado y asustado a la vez, es como si la culpa lo carcomiera, algo que me dejaba muy confundida, puesto que no consideraba que hubiera hecho algo para que estuviera en ese estado.

—Está bien, te perdono, solo tranquilízate por favor— pedí, manteniendo la calma, mientras llevaba una de mis manos a su mejilla, acariciándola con cariño.

En ese momento sentí como una lagrima bajaba lentamente, sintiéndose tibia ante el tacto, con una de sus mano cubrió mi mano que estaba en su mejilla, para tomarme de sorpresa, debido a que termino besándome de manera inesperada, tomándome completamente desprevenida con su acción.

Y ahí estaba, siendo besada por el chico el cual me atraía de cierta manera, y que además era mi mejor amigo de la infancia, mientras yo me mantenía estática en mi lugar, no sabía ni cómo reaccionar, mi mente estaba en blanco.

« ¿Realmente está bien que esto esté sucediendo? », me cuestione en mi mente, realmente estaba muy confundida.

Lentamente se separó de mí, solo habíamos estado con los labios pegados, sin ser forzado o brusco, podía decir que fue un beso cálido y adorable, era lo único que podía decir al respecto. Y volvió abrazarme de nuevo, pero esta vez sin tener que agacharse para estar a mi altura, estaba envuelta en sus brazos, sintiendo lo caliente que estaba en esta posición, algo tímida le correspondí.

—No volveré a alejarme de ti, no de nuevo— expresó con seguridad—os prometo.

Dejo su barbilla sobre mi cabeza, sin dejar todo el peso, era agradable, pero aún seguía sintiéndome insegura.

Me aleje cuando escuche como mi estómago hace ruido, mostrándome que tenía apetito, y que necesitaba comida en este preciso momento.

—Debéis tener apetito, venid.

Sin esperar respuesta mía, tomó mi mano y me llevó fuera del pasillo, pasando rápidamente por la pequeña sala, sin darme tiempo de saludar, hasta que llegamos a la cocina, donde sin titubear, me hizo sentarme en la primera silla, sin permiso, tomó un plato cubierto que estaba en la alacena, para ponerlo enfrente mío de manera ansiosa y dar la vuelta para buscar en los cajones algún cubierto y sentarse a mi lado.

El guardián de la noche, la historia del monarca. [PAUSADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora