El guardián de la noche, la historia del monarca. [PAUSADA]

XXXVI

Asentí, para soltarlo y regresar para irnos, sentía tanto alivio y paz a la vez, no deseaba perderlo de nuevo, mi padre me vio con amor al verme en el asiento teniendo una sonrisa.

Llegamos a tiempo a casa, me despedí de ellos para irme a dormir, me sentía tan cómoda, no me costó en absoluto quedarme dormida cuando me acomode en la cama.

Cuando desperté desayune y me dedique hacer la tarea, o más bien lo que me hacía falta de ella, y por último la termine enviando para no quedarme con ella, me dedique a mandar las demás que tenía, algunas me habían dado suficientemente para poderlas terminar con calma, y otras no tardaban en pedírmelas para evaluarme.

— ¡Princesa!— grito mi padre— ¡tienes visita! —aviso.

Tome mi celular mientras me podía de pie y caminaba a la sala, hasta que lo vi, no tarde en correr hacia el para finalmente abrazarlo, él me había recibido con una sonrisa, Kilian había cumplido su palabra.

—Lo hiciste— murmuro entre sus brazos.

—No podía falta a mi palabra— hablo, mientras recargaba su barbilla en mi cabeza.

—Bueno, ya que estas aquí, ¿podrías cuidarla en lo que salgo? —pregunto mi padre, mientras lo miraba.

Kilian solamente asintió, aceptando hacerlo, mi padre tomo su abrigo y las llaves y salió, mi madre había ido a trabajar después de desayunar, ahora estábamos completamente solos. Aleje mi rostro de su pecho, para observarlo mejor, notando que llevaba lentes negros que cubrían sus ojos exóticos, sin contar que llevaba la capucha, al ver que tenía mi mirada sobre su rostro, no tardo en sonreírme.

— ¿Por qué cubres tus ojos con esos lentes? —cuestione curiosa, mientras llevaba mis mano a esto, para quitárselos y ponérmelos, dándome cuenta que estaban demasiados oscuros, pero aun así podía ver bien.

—Tengoalgo de sensibilidad con la luz— comento, mientras con un brazo suyo me manteníaabrazada y su mano libre, acariciaba mi mejilla.

—E leído que algunos tonos de color de iris, tiene ese efecto, puede que algunos puedan tener ceguera a temprana edad y...

—Lose— expreso divertido—mas no padezco esa condición, simplemente os no tolero la luz directa en ellos, te doy mi palabra.

Después de eso, antes de que pusiera hacer cualquier otra cosa, Kilian simplemente me levanto para terminar sobre su hombro.

— ¿Pero qué haces? —dije sorprendida.

Más no me contesto, me sujeto de las piernas, mientras empezaba a caminar, no podía ver mucho desde mi posición, intente levantar mi cabeza para ver, pero me cansaba, y me sentía extraña si llegaba a tocarlo, que no fuera para mantener contacto físico para un abrazo.