XXXIII

16 3 0
                                    

Dejo de sonreír pero, mantenía la comisura de sus labios levantada, haciendo ver que estaba ¿contento?, lentamente se sacó su saco para colocarlo en el perchero, «¿Quién diablos se cree, para hacer eso con tanta confianza?», sus ojos tenían un ext...

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Dejo de sonreír pero, mantenía la comisura de sus labios levantada, haciendo ver que estaba ¿contento?, lentamente se sacó su saco para colocarlo en el perchero, «¿Quién diablos se cree, para hacer eso con tanta confianza?», sus ojos tenían un extraño color, que me costaría demasiado describir, demostrando diferente al resto de las persona.

De repente se movió, adentrándose a más a nuestra pequeña área de la sala, quedando en el centro, mientras seguía observando, teniendo sus manos dentro del bolsillo de su pantalón negro.

—Tú casa, es demasiado pequeña, pero es bastante acogedora— expreso mientras miraba el techo de esta—no hay lujos, ni cosas llamativas— hablo un poco bajo—extraño pero cómodo— termino mirándome.

— ¡Oye, ¿Qué haces, regresa a tu lugar?!— le dije algo exaltada mientras le apuntaba a la puerta.

—No— negó con la cabeza—estoy cómodo aquí— expreso mientras tomaba asiento.

No tarde en verlo incrédula mientras tenía un poco mi boca abierta, pero que se creía para hacer eso.

—Oye, no debes hacer eso, ¿acaso no te han enseñado modales?— le recrimine indigna.

—Eres divertida, huma...— antes de que terminara, cerró la boca de golpe, a lo cual lo mire interrogante ante aquella palabra, pero él simplemente se puso reír libre mente—enserio que eres divertida pequeña.

—No tienes el derecho de decirme así— dije mientras me cruzaba de brazos.

El simplemente encogió los hombros, mostrándose aún más divertido, aun así no había pasado de largo esos largos colmillos, cuando lo mire reír con ganas, eso no era normal, ninguna persona lograba tenerlos así, no de manera natural.

—Enserio tienes que marcharte ahora mismo— dije de repente.

—No puedo, aún siguen ahí afuera esos hombres— dijo algo serio—corro peligro aun, además de que me siento cómodo aquí.

—Pero no eres un invitado, así que no te puedes quedar por mucho tiempo— le hice saber.

— ¿Invitado? —Cuestiono confundido mientras ladeaba de nuevo su cabeza— ¿Qué es eso?

—Deberías de saberlo, cualquier persona sabe de eso y aprende— le dije algo molesta.

—No tenía idea de ese término, mucho menos lo sabía— seguía mostrándose confundido.

—Pues, que clase de persona eres para no tener idea de ese dato importante, en todas partes del mundo se maneja, incluso en una aldea se sabe eso.

Me miraba aún más curioso cada vez que hablaba más, hasta incluso llegó a pensar que sus ojos habían cambiado de color.

—Entonces explícame— demando, mientras se ponía de pie y se acercaba.

—Lo are pero si te mantienes en ese lugar— dije algo asustada y nerviosa mientras retrocedía y le señalaba su lugar.

—Bien— acepto, mientras permanecía donde estaba.

—Una invitación, es un término para permitir quedarse a una persona en un cierto lugar, como en este caso, en mi casa.

—Entonces, invítame— sugerido interesado—hazlo— ínsito, mientras me miraba atentamente.

—No— dije a lo cual provoque que el frunciera el entrecejo, mostrándose molesto de alguna forma—ya te dije, no te conozco, eres un completo desconocido, eso nomas se hace a personas como amigos, apersonas de completa confianza— hable nerviosamente pero aun así firme.

—Invítame, seré tu amigo entonces— insistió.

—Estás loco— dije repentinamente, a lo cual al percatarme de lo que había dicho, me tape la boca, el me mediaba frustrado.

— ¿Por qué no?, invítame, seré tu amigo si así lo obtengo— dijo persistente.

—He dicho que no, ahora vete— dije firme, mientras me acercaba al sofá más cercana y tomaba el cojín para terminar lazándoselo, logrando golpe su rostro—márchate— repetí, mientras tomaba otro y se lo lanzaba, a lo cual lo sujeto a tiempo.

—Estas siendo muy grosera, ¿acaso tú no tienes educación? —reclamo.

—Oye, no uses mis palabras contra mí— lo acuse con mi dedo índice.

El guardián de la noche, la historia del monarca. [PAUSADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora