VII

48 6 0
                                    

Pero en realidad no le había prestado atención a lo que había dicho, debido que aún permanecía en mi estado de asombro, no intente alejarme del dulce niño, estaba disfrutando demasiado el tener al pequeño entre mis brazos, tenía esa sensación de mantenerlo en este lugar.

—Y tus ¿padres dónde están? —pregunte curiosa.

—No lose— bajo la vista.

Al ver su reacción, me dio a entender que era la primera vez que se separaba demasiado de la presencia de sus padres.

—Yo, solo quería ver lo que vosotros aséis mientras estaba aquí— admitió, confirmando mi sospecha.

—Oh pequeño, no te preocupes, yo te ayudare a buscarlos— lo anime, lo cual funciono al verme emocionado.

—Vos me ayudareis a ¿buscar a mi mami? — sus ojos brillaron de alegría.

—Claro— le sonreír.

Me puse de pie mientras tomaba su pequeña mano asiéndolo sentir seguro, limpié un poco el desorden que había hecho para empezar con la búsqueda.

Pasaba lentamente por el pasillo principal, deteniéndome brevemente al comienzo de las divisiones con la intención de buscarlos mejor, terminamos en el otro extremo donde lucia poco confiable, tuvimos que pasar por este, una de las lámparas parpadeaba mucho dando la sensación de que este se apagaría, mostrándose algo tenebrosa, debido a que estábamos pasando por un pasillo donde había mucha variedad de cuchillos, tal vez estaba siendo demasiado paranoica.

Si él se había perdido, también sus padres estarían buscando con desesperación, así que había más probabilidades de encontrármelos durante la búsqueda. Esto me hiso recordar la vez que yo también llegue a perderme en un supermercado de aquí en España, éramos nuevos y no conocía tan bien como donde vivía antes. Me causaba miedo estar en este pasillo, mantuve muy apegado al pequeño, que por cierto no tenía idea de cómo se llamaba.

«Que torpe soy, si le hubiera preguntado tal vez me sería más fácil preguntar a las personas que llegue a ver»

No, eso es una terrible idea, cualquier podía mentir que era sus padres y sería fácil de que lo raptara, estaba bien en que yo misma estuviera haciendo esto, pero si no lograba hacer bien esto, no sabría qué hacer con él, mis padres me regañarían, pero dudaba que me hicieran dejarlo, ellos no eran capas de eso.

El sonido de pasos era muy ruidoso, como si la persona que estaba pasando por aquí, hiciera saber su presencia, eran ruidosas y marcadas, haciendo que mi piel se erizara por momento de suspenso que creaba, la respiración de aquel sujeto era igual de ruidosa y pesada, persa muy apenas el gruñido, haciendo que volteara lentamente a ver a mis espaldas, encontrándome la presencia de un hombre completamente alto de aproximadamente un metro noventa, la vestimenta que portaba hacia resaltar su músculos trabajado, la chaqueta se aferra a su cuerpo, la camisa blanca de botones debajo de la chaqueta lucia apretada, su gesto lucían peligros, tenía lentes de sol muy oscuros que impedían ver sus ojos con el reflejo de la luz entrar por dentro, tenía pantalones de mezclilla y unos zapatos a juego.

Estoy muy nerviosa con la presencia del sujeto peligroso, y aún más asustada me siento al ver como sostiene en su mano izquierda un cuchillo demasiado filoso a mi parecer, mientras la punta de este está en dirección del suelo, su agarre es fuerte, al ver como sus manos se tornan algo blancas por tanta fuerza.

Parecía que en cualquier momento me atacaría— estaba en todo mi derecho a estar tan asustada por la vida del pequeño como por mi propia vida—con manos temblorosas lleve el cuerpo del pequeño detrás mío, intentándolo de proteger de un posible ataque de ese hombre.

Su reacción al ver mi acción me puso muy tensa, llevándome a pasar saliva sonoramente, estaba intentando ser valiente, pero todo estaba saliéndome mal, torpe retrocedí intentando salir de este pasillo, así el hombre no intentaría hacerme daño en caso que así lo planeara.

«No seas miedosa, tienes que mostrarte firme» me daba palabras de aliento.

Él se erguí tanto, haciéndose ver mucho más alto y peligros, su mandíbula estaba tensa, su pecho se hincho mirándose retador, en respuesta eleve mi rostro, demostrándole confianza en mí misma, cuando era mentira, tenía ganas de echarme a llorar.

—Papi— exclamo el pequeño.

Se asomó de mi espalda para mirar al hombre al frente nuestro, «esto no puede ser cierto, o ¿sí?» me cuestione al ver como este escapaba de mi protección y salía corriendo hacia él, para ultimo saltar a sus brazos siendo sostenido a tiempo, cuando soltaba el cuchillo.

—No— susurre asustada.

Esto no debe de estar sucediendo, se supone que él debía estar detrás mío en vez de estar en los brazos de que aquel hombre. No podía creérmelo, estaba ahí, mirando muy bien ese momento.

—Papi, me encontraste— dijo emocionado.

—Nunca desaparezcas de ese modo Seth— su voz era muy masculina.

Mostraba signos de alivio mientras lo abrazaba con necesidad, y desesperación como intentando asegurarse de que lo tenía en sus brazos.

—No lo vuelvas hacer— le reprendió— por favor, —suplico— no me perdonaría que algo te sucediese, tu madre se ha puesto como loca al ver notado que, no os estabas con ella.

Se negaba a soltarlo y alejarlo para observarlo e asegurarse que estaba bien.


Gracias por leer

El guardián de la noche, la historia del monarca. [PAUSADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora